«La asediada Guta Oriental sufre una catástrofe humana», aseguró el asesor especial del enviado de la ONU a Siria, Jan Egeland, para quien el conflicto en ese país «es el más sangriento en una generación».
En una entrevista con IPS, Egeland analizó la situación desde que el gobierno de Siria intensificó los ataques contra los rebeldes en estas últimas semanas, más de 700 civiles murieron, muchos de ellos niñas y niños, en la región de Guta oriental, en las proximidades de Damasco.
Tan solo el lunes 5, más de 90 civiles fueron asesinados a pesar de que el Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) llamó a un cese del fuego por 30 días y que Rusia declaró una tregua de cinco horas en la misma zona.
Damasco negó haber cometido crímenes, como un presunto ataque químico en el pueblo de Hammoria. Un convoy de la ONU logró llevar suministros humanitarios a unos 400.000 civiles atrapados en ese enclave mortal.
Pero la misión quedó trunca al no poderse realizar la descarga tras casi nueve horas de bombardeo.
IPS conversó con Egeland, también secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados, sobre la crisis humanitaria en el este de Guta y en todo el país.
IPS: ¿Podría decirse que el conflicto en Siria es la peor crisis que debe afrontar la comunidad internacional?
JAN EGELAND: El conflicto en Siria es el más sangriento en una generación.
Primero, hemos visto un brutal uso de la fuerza sin precedentes e indiscriminado contra civiles en los siete años de conflicto. No conozco otro lugar en el mundo con tantos niños, madres y padres huyendo por sus vidas, asesinados o mutilados.
Más de un cuarto de millón de personas abandonaron sus hogares solo en enero, muchos por segunda, tercera o cuarta vez.
Segundo, la guerra sin piedad de Siria es única porque las partes en conflicto se especializaron en negarle a las organizaciones humanitarias el acceso a las comunidades atrapadas en los combates. Los civiles se mueren sin necesidad todos los días porque a los trabajadores humanitarios no se les permite distribuir medicamentos, agua ni alimentos.
IPS: ¿Cuáles son las necesidades más acuciantes en el terreno en Guta Oriental? ¿Cuál es su respuesta?
JE: La asediada Guta Oriental sufre una verdadera catástrofe humana.
Hay 400 civiles atrapados en la región sin salida segura; se denunciaron 22 ataques contra civiles en solo cinco días en febrero, incluso contra 14 hospitales, tres centros de salud y dos ambulancias.
El derecho internacional se creó hace varias generaciones para evitar ataques contra civiles e instalaciones médicas. En la actualidad, Guta Oriental y otras comunidades asediadas en Siria están totalmente privadas de ellos.
La necesidad humanitaria más urgente ahora es una verdadera pausa en los combates acordada por todas las partes. Las agencias deben poder entrar y ofrecer servicios de forma sostenida y evacuar a los heridos y enfermos. El convoy que llegó a Duma el 5 de este mes fue un logro poco habitual.
La pausa de cinco horas acordada por los rusos no es ni suficientemente larga ni fue acordada por todas las partes, por lo que los civiles siguen escondiéndose de la violencia y huyendo de la ofensiva que se despliega en el terreno sin permitir casi el acceso a servicios básicos.
IPS: ¿La ayuda de la ONU ha sido suficiente para ayudar a la población civil?
JE: Las agencias de la ONU y las organizaciones humanitarias están listas y dispuestas a hacer mucho más para ayudar a los civiles en Guta Oriental y en todo Siria, pero varias de las partes no nos han dado permiso para ingresar.
Nuestros camiones están llenos de medicamentos vitales y nuestras instalaciones, de comida.
Lo que necesitamos es una garantía de las partes en conflicto de que no atacarán a los trabajadores humanitarios ni a los convoyes si ingresan a zonas asediadas.
Las agencias humanitarias dentro del propio enclave tuvieron que suspender sus operaciones porque eran blanco de la violencia.
Antes del convoy de Duma, uno solo había cruzado la línea de asistencia en Siria en las últimas ocho semanas, de los 25 para los cuales solicitamos acceso.
Ese convoy llegó a 7.200 personas en Nashabiya, en Guta Oriental. No habíamos llegado a ninguno de los 2,5 millones de civiles varados en áreas de difícil acceso antes del de Dar Jabira, cerca de Homs, el 3 de este mes.
IPS: Le dijo a los 23 miembros de la Fuerza de Tareas Humanitaria que le habían fallado a los civiles sirios. ¿Por qué sintió la necesidad de decirles eso?
JE: Mi mensaje fue brusco, pero claro. Son responsables de no ayudar al pueblo de Siria. Muchos de esos países tienen el poder de parar esta pesadilla humanitaria, pero eligen no hacerlo.
Instamos a Rusia, Irán, Estados Unidos, Turquía y los estados del Golfo, con influencia en Guta Oriental, que nos ayuden con varias cosas: bajar las armas, permitir el suministro sostenido de asistencia y servicios básicos para todos los lugares en Guta Oriental cada mes, y permitir la evacuación médica de 1.000 civiles heridos de gravedad.
IPS: ¿Cree que la resolución del Consejo de Seguridad es lo suficientemente fuerte y que el cese del fuego por 30 días se implementará?
JE: No conozco ninguna organización humanitaria que considere que bastan cinco horas para ofrecer asistencia u organizar las evacuaciones médicas.
Nos vamos a sentar con Rusia y otras potencias para ver si pueden ayudar a negociar entre las partes y a que respete la pausa humanitaria y por un plazo adecuado.[related_articles]
El Consejo de Seguridad prometió un cese del fuego de un mes, que nos hubiera permitido hacer nuestro trabajo si se hubiera respetado.
Todos los ojos están puestos en Guta Oriental, pero hay decenas de otros lugares en Siria, como la provincia de Idlib, con más de un millón de desplazados, donde la violencia continúa y los civiles soportan la peor parte del conflicto.
IPS: ¿Quién es responsable de la falta de acceso de las organizaciones humanitarias a las víctimas?
JE: La principal razón es que el gobierno de Siria niega las llamadas “cartas de facilitación”, necesarias para que las fuerzas de seguridad permitan cargar los convoyes humanitarios.
La ONU fue la principal fuerza que garantizó el ingreso a las áreas asediadas y de difícil acceso, pero hubo un endurecimiento de las posiciones del gobierno y de algunos grupos de oposición, y una presión menos efectiva de los estados miembro sobre el gobierno de Siria y sobre los otros grupos armados.
IPS: ¿Cuál debería ser el próximo paso de la comunidad internacional? ¿Podrá accederse a Guta Oriental en un futuro próximo?
JE: Esperamos que los nuevos convoyes sigan el logro de Duma. Solo 27.000 personas pudieron ser atendidas, y eso bajo un continuo bombardeo cercano.
Nuestro próximo paso es volvernos a sentar con Rusia y Estados Unidos y todos los que puedan incidir en los grupos armados de oposición y lograr un acuerdo que ayudará al resto de la población civil.
Es factible, si los que tienen influencia deciden usar su poder para hacer el bien
Traducido por Verónica Firme