Cuando el parlamentario noruego Bjørnar Moxnes propuso al Movimiento BDS para el Premio Nobel de la Paz 2018, el líder del Partido Rojo debió hacer frente a lo inevitable: la furiosa arremetida de organizaciones proisraelíes y antipalestinas.
“Mi nominación es primero y antes que nada propalestina, no antisraelí”, explicó en entrevista con IPS.
El Movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) es una campaña mundial de rápido crecimiento que comenzó hace 13 años y que procura reforzar la presión económica y política sobre Israel con el objetivo de crear de una vez por todas un Estado palestino.
Inspirado en una exitosa iniciativa similar contra el apartheid en la década de los años 60, que hizo que Sudáfrica abandonara el sistema de segregación racial de la minoría blanca contra la minoría negra a principios de los años 90, el Movimiento BDS se propaga de la mano de académicos, sindicatos, órganos estudiantiles, defensores de la paz, legisladores y organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo.
La nominación tomó en cuenta el objetivo del movimiento, sus logros y su creciente llamado a la defensa de los derechos humanos de los palestinos, explicó Moxnes.
“Nuestro partido ha apoyado de forma consistente todas las formas legítimas de lucha que buscan la justicia para el pueblo palestino desde hace décadas”, añadió.
“Nos fascina que sea una campaña no violenta, legal y que respeta el derecho internacional y los derechos humanos y muy eficiente para colocar la lucha por los palestinos otra vez en la agenda internacional en una coyuntura difícil para la causa palestina”, añadió.
Es alentador que un movimiento tan amplio cuente con el apoyo de otros premios Nobel como Desmond Tutu y Mairead Maguire, defensora de la paz de Irlanda del Norte.
“Esperamos que la nominación pueda encender una campaña internacional a favor de otorgar el Premio Nobel de la Paz al Movimiento BDS, lo que cambiará la forma en que la comunidad internacional piensa y actúa en relación con el reclamo justo del pueblo palestino de libertad y justicia”, abundó.
Dentro de las reacciones negativas, el ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, Gilad Erdan, reclamó la semana pasada que un banco alemán cerrara la cuenta que “permite al Movimiento BDS reunir fondos para boicotear al estado judío y propagar el antisemitismo”.
Además, “encabezó una campaña internacional para defender a Israel de los ataques de odio del Movimiento BDS contra su derecho a existir”, dijo en entrevista con el diario Jerusalem Post.
La posición contra el BDS “fue adoptada por nuestros amigos cercanos en Alemania, incluso la Unión Demócrata Cristiana y municipalidades como las de Berlín, Frankfurt y Munich”, observó.
“Llamó al Banco para la Economía Social a unirse a las varias instituciones alemanas, dirigentes y ciudadanos que se unen para rechazar el movimiento de boicot discriminatorio y antisemita contra Israel”, añadió Erdan.
El boicot incluye retirar el apoyo a Israel y a compañías israelíes e internacionales involucradas en violaciones de derechos humanos de los palestinos, así como a instituciones deportivas, culturales y académicas israelíes cómplices, se puede leer en el sitio web del movimiento.
La iniciativa de desinversión urge a bancos, consejos locales, iglesias, fondos de pensión y universidades que retiren sus inversiones de las compañías israelíes y de las internacionales involucradas en violaciones de los derechos de palestinos.
Y la campaña de sanciones busca presionar a los gobiernos para cumplan con su obligación legal de pedir cuentas a Israel poniendo fin al comercio militar t a los acuerdos de libre comercio y expulsando al estado judío de los foros internacionales como la Organización de las Naciones Unidas y la Federación Internacional de Fútbol Asociado.
¿Qué posibilidades tiene el Movimiento BDS de obtener el Premio Nobel de la Paz?
“Nuestro partido tiene una actitud crítica hacia el Comité Noruego del Nobel por su tendencia histórica a favorecer los intereses de la élite geopolítica de Occidente y desconocer la voluntad de Alfred Nobel de otorgar el Premio de la Paz a personas y organizaciones que luchan por la paz y la desmilitarización”, explicó Moxnes a IPS.
Pero hubo varias excepciones importantes y honorables a esa norma “y tenemos la esperanza realista de que nuestra nominación de la campaña BDS pueda por lo menos quedar en la lista final, que publica el Comité del Nobel a fines de septiembre”, apuntó.
“No descartemos la posibilidad de lograr el Premio Nobel de la Paz”, acotó.
“Pero, y este es un punto que quiero subrayar, la nominación ya creó una campaña positiva en torno al Movimiento BDS en un momento en que Israel busca criminalizarlo”, observó.
Si los partidarios de la justicia para los palestinos del mundo se unen para mantener la campaña a favor de que obtenga el Premio Nobel de la Paz, podría servir a legitimar al movimiento y contribuir significativamente a aumentar la presión internacional sobre el gobierno israelí para que respete el derecho internacional, destacó Moxnes.
Al ser consultado sobre las posibilidades de que el Comité del Nobel, de cinco integrantes, evite una nominación polémica, Moxnes recordó: “No nos olvidemos que otorgó el Premio Nobel al primer ministro israelí Isaac Rabin y al canciller Shimon Peres, este último considerado el padre de la bomba atómica israelí”.
El líder histórico palestino de la Organización para la Liberación de Palestina, Yasir Arafat (1929-2004), compartió el premio en 1994.[related_articles]
“No creo que se pueda decir que hubo una tendencia propalestina que justifique descartar a un movimiento que lucha por una solución pacífica y justa para uno de los conflictos más viejos y encarnizados del mundo por medios pacíficos”, observó.
“Y la solución justa para los palestinos por la que aboga el Movimiento BDS es realmente clave para lograr la paz y la estabilidad en Medio Oriente que beneficia a toda la humanidad. Tiene todo para ser digno del Premio Nobel de la Paz”, aseguró.
Al ser consultado sobre cuánto apoyo político tiene la nominación en Noruega, Moxnes explicó: “El actual gobierno noruego es un estrecho aliado de Estados Unidos y parece estar más dispuesto a agradarlo, al igual que a su aliado en Tel Aviv que a mantener una posición de principios en materia de derecho internacional y derechos humanos”.
Por otro lado, hay un amplio apoyo a la causa justa del pueblo palestino entre los noruegos.
La Confederación de Sindicatos de Noruega, un gran actor de la política nacional, está totalmente a favor de la causa palestina y votó la implementación de medidas de BDS contra Israel en diciembre. Lo mismo ocurre entre partidos políticos y organizaciones no gubernamentales.
“Una de las cosas que apreciamos del Movimiento BDS es que claramente no se muestra hostil hacia los judíos, en general. De hecho, muchos judíos progresistas y organizaciones judías” lo apoyan.
Esto es importante para nuestro partido político, que rechaza de forma consistente todo tipo de racismo, incluso el antisemitismo, apuntó.
“Queremos un Medio Oriente donde judíos y palestinos puedan vivir en paz uno al lado del otro y con seguridad. Un camino justo y no violento hacia el reclamo justo del pueblo palestino sería un paso necesario hacia ese fin, que también beneficiaría a la población judía”, indicó.
El Comité del Nobel suele publicar los nominados seleccionados a fines de septiembre, se anuncia los elegidos en octubre, y se otorga el Premio Nobel el 10 de diciembre en Oslo.
Traducido por Verónica Firme