Otra hambruna en las excolonias europeas en África, y otra vez en la región oriental; Etiopía y Somalia son los países más afectados por la sequía y los desastres climáticos resultantes de actividades humanas, y principalmente de las de empresas multinacionales europeas y estadounidenses.
Se estima que hay 7,8 millones de personas que viven con inseguridad alimentaria en Etiopía, donde la sequía marchitó la cosecha y las pasturas en el sur. En el caso de Somalia, hay 3,2 millones de personas, una tercera parte de los 11 millones de habitantes, están al borde de la hambruna, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
También hay otras seis millones de personas perjudicadas, de las cuales solo tres millones pudieron recibir asistencia alimentaria.
“La crisis humanitaria se deterioró más rápidamente de lo que se había proyectado”, informó Raisedon Zenenga, vicerepresentante del secretario general de la ONU para Somalia, hace unas semanas al Consejo de Seguridad.[pullquote]1[/pullquote]
La gente se muere, apenas sobrevive y se ve obligada a emigrar
“La gente se muere y necesita protección, particularmente las mujeres y los niños, porque las condiciones secas los obligan a abandonar las áreas rurales hacia las ciudades, y que la violencia sexual aumenta en los campamentos para desplazados”, detalló Zenenga.
La degradación del suelo, las severas sequías y el avance de la desertificación obligan a las poblaciones a huir de sus hogares y a emigrar.
En las próximas décadas, cerca de 135 millones de personas estarán en riesgo de quedar desplazadas de forma permanente por la desertificación y la degradación del suelo, alertó Monique Barbut, secretaria ejecutiva de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD).
“Si no migran, los jóvenes y los desempleados corren más riesgos de ser víctimas de grupos extremistas que explotan y reclutan a los desilusionados y vulnerables”, añadió Barbut en su mensaje con motivo del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación, este sábado 17.
Se pierden la oportunidad de beneficiarse del aumento de la demanda global y de un amplio crecimiento económico sostenido. De hecho, las pérdidas económicas que sufren y las crecientes desigualdades que perciben hacen que muchas personas se sienten rezagadas, indicó Barbut.
“Buscan una vía de salida y la migración es un camino trillado. Las personas siempre migraron, de forma temporal, para sobrevivir en tiempos difíciles. Los ambiciosos suelen elegir moverse en busca de un mejor trabajo y un futuro mejor”, añadió.
Una de cada cinco personas de entre 15 y 24 años, por ejemplo, están dispuestas a emigrar a otro país, indicó. Y los jóvenes de las naciones más pobres están todavía más dispuestos como forma de escapar de la pobreza.
“Cada vez queda más claro que el componente de esperanza y elección a la hora de emigrar está cada vez más ausente. En otro momento fue algo temporal y por ambición. Ahora suele ser permanente y angustioso”, añadió.
Salvando animales, seres humanos y sustentos
Varias agencias de la ONU se han movilizado para ayudar a mitigar la nueva hambruna que sufren muchos países de África.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) impulsa una campaña para atender a más de 12 millones de animales en menos de tres meses.
El objetivo es proteger las fuentes de ingresos de cientos de miles de familias que dependen de la carne y de la leche de su ganado para sobrevivir. A mediados de julio, la FAO habrá alcanzado a 22 millones de animales y beneficiado a tres millones de personas.
“Salvar animales es salvar vidas humanas y medios para ganarse la vida. Cuando los primeros están débiles por la sequía, dejan de producir leche o se mueren, lo que significa hambre y las familias pierden autodeterminación”, explicó el representante de la FAO en Somalia, Richard Trenchard.[related_articles]
Alrededor de 3,2 millones de personas en Somalia están al borde de la hambruna, informó la agencia, la mayoría de las cuales viven en áreas rurales, y los animales, cabras, camellos, ovejas y vacas, son la principal fuente de animales y de ingresos.
“Lo que hemos escuchado una y otra vez de personas desplazadas en los campamentos es que cuando pierden a sus animales, todo colapsa. Es una pendiente muy empinada para ellos poder recuperarse. Hemos redoblado la respuesta para llegar a las familias antes de que ocurra”, añadió Trenchard.
“Las formas de generar ingresos son la mejor defensa contra el hambre”, añadió.
En Somalia, 6,7 millones de personas sufren hambre extrema por la hambruna persistente, indica la última evaluación de la FAO.
La agencia distribuyó 150 veterinarios por todo el país para tratar a las cabras y ovejas, así como a las vacas y los camellos, unos 270.000 animales al día. Los equipos están integrados por profesionales somalíes.
Cuidado simple y rentable
Los animales muy debilitados por la falta de alimentos y de agua son muy susceptibles a las enfermedades y a los parásitos, pero están muy frágiles como para soportar la vacunación, explicó la agencia.
En el marco de un programa de respuesta integrada para mejorar las condiciones, el tratamiento consiste en suministrar a los animales un refuerzo multivitamínico, medicamentos que matan a los parásitos internos y externos, así como otros tratamientos para luchar contra las infecciones respiratorias.
La atención simple y rentable suministrada por los equipos de veterinarios de la FAO refuerzan la capacidad de los animales y los mantienen vivos y productivos.
Además, a través de su Plan de Respuesta a la Sequía y de Prevención de la Hambruna, la FAO brinda combinaciones de asistencia estratégicas a gran escala para prevenir ese problema en Somalia.
Además de los tratamientos para los animales, la iniciativa incluye dar a las familias rurales dinero en efectivo para comprar alimentos, ayudar a las comunidades a rehabilitar la infraestructura agrícola y ofrecer a los agricultores vales para adquirir semillas locales, además de servicios de tractores para reducir la carga del trabajo.
Traducido por Verónica Firme