El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pospuso de forma indefinida la votación de una resolución que reclamaría el fin de los asentamientos irregulares que Israel construye en el territorio palestino que ocupa.
Horas antes de la votación prevista, Egipto retiró la resolución respaldada por los estados árabes sin indicar cuándo se presentaría otra vez o siquiera si se volvería a presentar.[pullquote]3[/pullquote]
La resolución condenaba la “construcción y expansión” de los asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén oriental, considerándolos una “flagrante violación” al derecho internacional y un “obstáculo enorme a la concreción de la solución de dos estados”.
El temor de que Estados Unidos cambiara su acostumbrada protección a Israel en la ONU, llevó al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu a urgir al presidente Barack Obama a vetar la resolución contra Israel.
Por su parte, el presidente electo, Donald Trump, realizó comentarios en el mismo sentido: “Como lo ha sostenido Estados Unidos desde hace tiempo, la paz entre israelíes y palestinos solo se logrará mediante negociaciones directas entre las partes y no mediante términos impuestos por la ONU”, escribió en su página de Facebook.
La iniciativa de resolución coloca a Israel en una “mala posición para negociar” y “es extremadamente injusta con todos los israelíes”, añadió.
Los comentarios del presidente electo subrayan el marcado contraste entre las políticas en Medio Oriente del gobierno saliente y del entrante.
Trump designó a David Friedman como próximo embajador de Estados Unidos en Israel, un abogado especializado en bancarrota que apoya y reúne fondos para el importante asentamiento de Beit El, en Cisjordania. Además, en anteriores declaraciones descartó la idea de la solución de dos estados.
Desde la creación de la ONU, Estados Unidos siempre vetó las resoluciones concernientes a Israel y Palestina que pudieran perjudicar al estado judío. Un informe del Consejo de Seguridad señala que Washington vetó 30 resoluciones en asuntos relacionados con Medio Oriente.
En los últimos tiempos, el gobierno de Obama vetó una resolución en 2011, que también criticaba a los asentamientos irregulares, y otra en 2013, que no logró reunir los votos necesarios.[related_articles]
Para aprobar una resolución se necesitan nueve votos y ningún veto de las cinco potencias con esa potestad: China, Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña y Rusia.
No se sabe cómo hubiera votado Estados Unidos en esta última resolución, solo se sabe que el gobierno de Obama ha sido muy crítico con la construcción de asentamientos ilegales en Cisjordania y Jerusalén oriental. En octubre, el Departamento de Estado (cancillería) “condenó con dureza” la decisión del gobierno israelí de crear una nueva colonia judía en Cisjordania.
El nuevo complejo de viviendas, que podría incluir hasta 300 unidades, procura reubicar a residentes del asentamiento vecino de Amona, que la justicia israelí declaró ilegal y ordenó su evacuación y demolición.
El Departamento de Estado señaló que la iniciativa contradice anteriores compromisos de Israel de frenar la construcción de nuevos asentamientos y que eso perjudica las posibilidades de la solución de dos estados.
“Es profundamente inquietante que Israel tome una decisión tan alejada de sus intereses de largo plazo en materia de seguridad como lo es lograr una solución pacífica al conflicto que lo enfrenta a los palestinos”, observó.
Antes de la aprobación de la colonia, Estados Unidos dio luz verde a un fondo de 38.000 millones de dólares para la asistencia militar a Israel en la próxima década con el fin de fortalecer la seguridad de ese país a largo plazo.
“Los israelíes deben decidir, en definitiva, entre expandir los asentamientos y preservar la posibilidad de una solución pacífica de dos estados”, concluyó.
Casi 600.000 israelíes viven en Cisjordania y Jerusalén oriental, el territorio palestino que formará parte de su futuro Estado, junto con el de la Franja de Gaza. Israel ocupó esas tierras tras la guerra de 1967 y considera a Jerusalén su capital, en contra de las resoluciones internacionales.
Traducido por Verónica Firme