La falta de fondos frena la lucha contra la degradación del suelo

Delegados en la 15 sesión del Comité de Revisión de la Implementación de la Convención (CRIC 15) de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación (UNCCD), realizada en Nairobi del 18 al 20 de octubre de 2016. Crédito: Justus Wanzala/IPS.
Delegados en la 15 sesión del Comité de Revisión de la Implementación de la Convención (CRIC 15) de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación (UNCCD), realizada en Nairobi del 18 al 20 de octubre de 2016. Crédito: Justus Wanzala/IPS.

La degradación del suelo ya afecta a millones de personas porque es responsable de la pérdida de biodiversidad, de la menor disponibilidad de agua potable, de la inseguridad alimentaria y de la enorme vulnerabilidad de numerosas comunidades frente al fuerte impacto del cambio climático.

Según la Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación (UNCCD), 2.000 millones de hectáreas de tierras fértiles se degradan actualmente en el mundo, y unas 12 millones más se pierden cada año.

Los representantes de los países reunidos en la 15 sesión del Comité de Revisión de la Implementación (CRIC15) de la UNCCD, realizada del 18 al 20 de este mes en esta capital de Kenia, coincidieron en la urgencia de tomar medidas para hacer frente a ese problema.

Pero para lograr frenar la degradación del suelo se necesitan muchos recursos económicos.

La UNCCD propuso crear el Fondo de Neutralidad en la Degradación de la Tierra, que todavía no está operativo, pero que procurará reunir a las instituciones comprometidas con este desafío global.

La iniciativa apoyará la recuperación a gran escala de tierras degradadas para su uso sostenible y productivo mediante recursos a largo plazo del sector privado. El fondo también procura contribuir a garantizar la seguridad hídrica y alimentaria local y global, así como mitigar el recalentamiento planetario secuestrando 20 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) para 2050.

En concreto, apuesta a movilizar 50.000 millones de dólares para recuperar 300 millones de hectáreas en los próximos 20 años y reducir 20.000 millones de toneladas de emisiones de CO2.

El fondo ofrecerá un marco estructurado en el que confluyan actores públicos y privados para lograr la neutralidad en la degradación de la tierra (NDT). La asociación, además, contempla el aporte económico y la asistencia técnica.

El concepto de NDT se introdujo en la Conferencia de Río+20 de 2012. Su importancia radica en que mediante la neutralidad se asegura la tierra de la que depende cada hogar, región o país para obtener servicios del ecosistema, como agua, salud, producción y estabilidad.

El propósito coincide con la meta 3 del 15 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), adoptados por la Organización de las Naciones Unidas en septiembre de 2015 en Nueva York, que se propone lograr la NDT para 2030.

El Mecanismo Global de la UNCCD es el responsable de gestionar el Fondo NDT, que se propone luchar contra la degradación del suelo y la recuperación de 12 millones de héctareas al año.

Cuando el fondo esté operativo, también procurará otras iniciativas existentes para establecer un vínculo entre un enfoque de base (proyectos desarrollados en el terreno) e iniciativas generales (objetivos de gobiernos y propuestas institucionales).

El director del Mecanismo Global de la UNCCD, Markus Repnik, señaló que se necesitan 450.000 millones de dólares al año para luchar contra la degradación del suelo y la desertificación. Los fondos para el clima aumentan, pero se necesitan más recursos, observó. Los países han gastado 200.000 millones de dólares, pero el monto total disponible es inferior a los 400.000 millones de dólares.

El Fondo Verde para el Clima (FVC), un mecanismo financiero de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), procura destinar la mitad de sus recursos a medidas de adaptación. Además, el Banco de Desarrollo Africano apuesta a triplicar los fondos que destina al clima para 2020, apuntó Repnik.

El funcionario también observó que abundan los mecanismos de financiación, pero no hay ni una iniciativa que dé cuenta de cómo se movilizan esos recursos.

“Se necesitan datos más profundos sobre las finanzas. Se tiene que saber cuánto se gasta, de dónde provienen los fondos y quién los aporta, además de asegurar la compatibilidad y la confiabilidad de los datos”, precisó Repnik. Además, instó a las partes a considerar cómo movilizarán los recursos para cumplir con la convención.[related_articles]

La delegación de la Unión Europea en la CRIC15 urgió a los presentes a explorar más mecanismos de financiación en vez de depender de las instituciones multilaterales. También subrayó la necesidad de encontrar medidas creativas para movilizar fondos del sector privado.

En la conferencia de Nairobi se indicó que los países en desarrollo y sus socios aportaron 5.000 millones dólares a los esfuerzos para frenar la desertificación y la degradación del suelo. Pero los delegados insistieron en que se necesitan más recursos de forma urgente y que los países más ricos deben aportarlos.

Por su parte, las organizaciones sociales observaron que el costo por hectárea para luchar contra la desertificación varía según el país.

También observaron que “se necesita información más precisa y completa”, según la declaración conjunta.

Además, subrayaron que los programas de financiación para combatir la degradación del suelo deben incorporar el desarrollo de recursos humanos y que los mecanismos de financiación deben incluir a los 500 millones de pequeños agricultores del mundo, cuyos derechos requieren protección.

“Los grupos vulnerables, como los pueblos indígenas y pastores, deben recibir apoyo”, recuerda la declaración.

Además, las partes reconocieron la necesidad de movilizar recursos adicionales para fijar objetivos voluntarios en materia de NDT y la implementación de múltiples fuentes como el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), el FVC, el Fondo NDT (cuando esté operativo), partidas nacionales y aportes del sector privado.

También pidieron que el GEF, un mecanismo financiero independiente que trabaja con países e instituciones internacionales, juntos las organizaciones sociales y el sector privado, atiendan los problemas ambientales, y que el Mecanismo Global de la UNCCD ofrezca el apoyo necesario.

Por su parte, el director de Acuerdos Ambientales Multilaterales del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales de Kenia, Richard Mwendandu, recordó que se pueden movilizar fondos para cumplir con la meta 3 del 15 ODS, pero que no existen fondos globales para los esfuerzos contra la degradación del suelo.

“Solo unos miserables 30.000 dólares destinó el Mecanismo Global para ayudar a países en una iniciativa piloto para fijar objetivos como prevé el concepto de NDT”, observó en diálogo con IPS.

Los países tratan de movilizar fondos para luchar contra la degradación del suelo, añadió Mwendandu, quien recordó que el gobierno de Kenia destinó recursos, junto con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, para proyectos con ese fin.

Traducido por Verónica Firme

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