La gran amenaza que supone que hasta una pequeña infección resulte mortal llevó a los representantes de los países miembro de la ONU a comprometerse a tomar medidas colectivas contra la resistencia a los antibióticos en el marco de la Asamblea General del foro mundial.
Pero algunos países en desarrollo no podrán atender ese problema sin hacer frente, primero, a ciertas carencias fundamentales en materia de desarrollo como el acceso a inodoros, saneamiento y vacunas.
“Para un país que carece de saneamiento básico y tiene un sistema de salud rudimentario, los desafíos son otros”, puntualizó en diálogo con IPS el director de programas de salud de Pew Charitable Trusts, Allan Coukell.
“Sin embargo, para empezar, hay algunas acciones que todos pueden tomar y que son significativas”, apuntó.
Las medidas necesarias figuran en la declaración política adoptada por los estados miembros de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) el miércoles 21 de este mes, e incluyen el compromiso de los gobiernos de generar consciencia sobre el problema de la resistencia a los antibióticos y mejorar el control de su uso en la salud y en el sector agropecuario y pesquero.
La declaración se suma al Plan Global de Acción, adoptado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2015, al ampliar la respuesta más allá de la salud e incorporar a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y a la intergubernamental Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE, por su acrónimo histórico).
Prevención de infecciones
“El primer instrumento para luchar contra la resistencia es evitar las infecciones”, indicó Judit Rius, asesora legal en Estados Unidos de la campaña acceso de Médicos sin Fronteras (MSF).
Si bien el abuso de antibióticos aviva la resistencia contra los antimicrobianos, Rius también sostiene que la situación se agrava por la falta de acceso a medicamentos, como vacunas, e incluso a veces hasta a los antibióticos más apropiados para cada situación.
Por ejemplo, en el caso de la tuberculosis, responsable de la muerte de 1,5 millones de personas en 2014, la falta de acceso a un tratamiento adecuado en las primeras etapas de la enfermedad puede hacer que se vuelva resistente a múltiples antibióticos, lo que complica la salud de algunos pacientes, explicó Rius a IPS.
“Una respuesta rápida es muy importante para ese paciente en particular, así como para frenar la propagación de la variedad resistente a otras personas”, precisó.
En algunos países en desarrollo, muchos pacientes no acceden a los medicamentos que podrían ayudar a frenar la propagación de la tuberculosis resistente, mucho más grave y mortal, indicó. Por ello, MSF quedó satisfecha de que la Asamblea General de la ONU haya reconocido el desafío que supone la enfermedad, que golpea a las naciones más pobres.
Uso inapropiado
La falta de acceso a una medicación adecuada es parte del problema, pero el aumento de la resistencia obedece principalmente al mal uso de los antibióticos tanto en la salud como en el sector agropecuario.
“La causa fundamental es que sencillamente nos excedemos en el uso de antimicrobianos, los utilizamos en las actividades agropecuarias y los usamos en la salud humana”, puntualizó Keiji Fukuda, representante especial del director general para resistencia antimicrobiana de la OMS, al ser consultado por IPS.
El abuso “se debe a diferentes causas, pero probablemente la más importante sea que la gente ni siquiera sabe que esto es un problema”, añadió.
Fukuda sostiene que muchos pacientes usan antibióticos cuando no los necesitan porque, por error, consideran que son un “medicamento mágico que los mejorará” y su uso no tendrá ninguna consecuencia negativa.
El abuso y el uso indebido de antibióticos en la producción de carne y pescado también es responsable de propagar la resistencia a los antimicrobianos.[related_articles]
Estados Unidos se unirá pronto a los países europeos, que prohibieron el uso de antibióticos para fomentar el crecimiento del ganado y de animales de granja, pero en muchos países en desarrollo, esa práctica todavía no está regulada.
Por ejemplo, en Chile, el uso de antibióticos en la producción de salmón es mucho mayor que en Noruega, donde en los últimos años, la industria ha tomado medidas para reducir su abuso.
El presidente de la Organización de Consumidores y Usuarios de Chile, Stefan Larenas, opinó en diálogo con IPS que eso se debe a que instituciones como la suya no tienen el mismo peso en su país y en otros en desarrollo como el que tienen en las naciones más ricas.
“El desafío mundial es poner fin al doble discurso de la industria, al menos en la del salmón”, subrayó, pues, según dijo, en Chile y en Noruega operan las mismas compañías pero usan una cantidad muy diferente de antibióticos en uno u otro país, según la normativa local.
Asistencia técnica para los países en desarrollo
“La capacidad de los estados para hacer frente a la resistencia antimicrobiana varía de forma drástica según el desarrollo de los países y las diversas capacidades de sus sistemas de salud”, observó el primer ministro de Tailandia, Prayuth Chan-o-cha, en su declaración como representante del llamado Grupo de los 77 (G77), integrado por 133 países en desarrollo.
Sin embargo, no se destinaron los recursos para hacer frente a este problema, a pesar de que la declaración política llama a destinar fondos para ayudar a los países más pobres.
En definitiva, no queda claro cómo harán las naciones en desarrollo para atender problemas fundamentales de desarrollo como la falta de cañerías, de saneamiento y de vacunas, causantes de las infecciones que generan una dependencia excesiva en los antibióticos.
Traducido por Verónica Firme