En sus últimos 10 meses como secretario general de la ONU Ban Ki-moon podría estar librando una batalla perdida para resolver uno de los mayores problemas que enfrenta el foro mundial, la ayuda humanitaria inmediata que necesitan 125 millones de personas en todo el planeta.
Para poner esa cifra en perspectiva, enorme incluso para lo que está habituada la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Ban razona que si esos 125 millones de personas integraran un solo país, sería el undécimo mayor del mundo, junto a Japón.[pullquote]3[/pullquote]
«Los números son insostenibles y los costos humanos son intolerables», denunció el secretario general el 5 de este mes.
Si logra encontrar una solución a la crisis esta será una parte integral del legado que Ban dejará cuando termine su período de 10 años al frente de la ONU en diciembre. Si falla, es probable que su sucesor herede el problema cuando él o ella asuma el cargo en enero.
El presidente de la Asamblea General de la ONU, el danés Mogens Lykketoft, explicó que hay 20 millones de refugiados fuera de sus países, 40 millones de personas desplazadas en zonas de guerra dentro de sus países y 65 millones más que necesitan ayuda temporal para sobrevivir debido a la inanición relacionada con el clima.
«Nosotros en la ONU intentamos sensibilizar y despertar conciencia. La ONU necesita de 15 a 20 mil millones de dólares anuales para apoyar a estas personas. ¿Es mucho dinero? Sí, pero es menos de uno de cada 4.000 dólares de los ingresos nacionales en todo el mundo”, subrayó.
En su solicitud de fondos, Ban sostuvo que el producto interno bruto del planeta supera los ocho billones de dólares y que el valor de las instituciones financieras del mundo equivale a más de 200 billones de dólares.
«Así que 20.000 millones de dólares no debería ser un gran problema, siempre que haya voluntad – voluntad política», afirmó.
Ban también mencionó los más de 10.000 millones de dólares recaudados en una conferencia de donantes celebrada en Londres el 4 de este mes, principalmente como ayuda humanitaria para los refugiados de la guerra civil en Siria, que en marzo cumplirá cinco años.
En sus últimos nueve años como secretario general no había sido testigo de una movilización que superara los 10.000 millones de dólares en un día por una sola causa, aseguró Ban en referencia a Siria.[related_articles]
«Esto es algo de lo que debemos estar muy orgullosos», declaró. «El mundo es puesto a prueba” añadió, y calificó las promesas de fondos de señal de «gran solidaridad, liderazgo y visión».
En la reunión en Londres, Ban recordó su infancia en Corea, cuando era un refugiado que dependía de la ayuda de las agencias de la ONU para sobrevivir.
«Yo mismo fui una persona desplazada. Algunos de ustedes quizás hayan leído la historia de mi vida. Nací en Corea poco antes del final de la segunda guerra mundial. Cuando cumplí los 6 años estalló la guerra de Corea en 1950”, relató.
«Tuve que huir de mi casa con mis padres sin saber a dónde ir. La vida era desdichada, terrible, pero para un niño pequeño no podía sentirse de manera tan seria y terrible como podrían haberse sentido mis padres”, indicó.
Ban contó que él y su familia sobrevivieron con alimentos y medicinas que les brindaron la ONU, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, además de leche en polvo, juguetes, libros de texto y demás formas de asistencia humanitaria.
Lo más importante fue que la ONU “nos brindó seguridad», dado que el foro mundial, por primera vez, ejerció su autoridad para mantener la paz y la seguridad internacionales, afirmó Ban.
El Consejo de Seguridad demostró su unidad en ese momento y adoptó una resolución para crear el Mando de las Naciones Unidas, dijo.
«Sin la ONU no podría estar frente a ustedes hoy. Si pienso en todo lo que me ha sucedido a mí y a mi país, a mi pueblo, solo fui capaz de sobrevivir por la ONU, con la ayuda de la ONU. Y ahora estoy de pie como secretario general», concluyó.
Traducido por Álvaro Queiruga