El gobierno de Siria permitirá la entrega de ayuda humanitaria a la ciudad de Madaya, controlada por fuerzas insurgentes y asediada por el gobierno desde hace seis meses, luego de que un informe periodístico revelara que varios de sus habitantes murieron de inanición.
Se esperaba que la ayuda a la ciudad ubicada a 40 kilómetros de Damasco llegara este lunes 11 con comida suficiente para unas 40.000 personas a lo largo de un mes. Se prevé que a finales de semana lleguen medicinas.[pullquote]3[/pullquote]
La difícil situación de la población de Madaya recién se supo cuando la red de televisión independiente de Gran Bretaña, ITV, difundió un video con imágenes de niños esqueléticos. Muchos de los habitantes no tenían nada para comer, salvo tierra y pasto, y la desesperación llevó a algunos a comer gatos y perros, según ITV.
«El pueblo de Siria está de rodillas. La economía se derrumbó, la infraestructura esencial, como las redes de agua y electricidad, pende de un hilo y, para colmo, se avecina un invierno muy frío», declaró el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
«Hay 12 millones de personas en Siria que necesitan ayuda con suma urgencia», denunció.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el CICR consiguieron acceso a la zona el jueves 7.
El CICR indicó que su prioridad, en conjunto con la Media Luna Roja Siria, es llevar la asistencia a 500.000 personas que viven en zonas asediadas o de difícil acceso, como Madaya, Zabadani, Foua y Kefraya.
«Casi 42.000 personas que permanecen en Madaya corren el riesgo de sufrir más hambre e inanición. La ONU ha recibido informes creíbles de personas que mueren de hambre o son muertas al intentar salir” de la zona, declaró el foro mundial el jueves 7.
“El 5 de enero… un hombre de 53 años habría muerto de inanición mientras su familia de cinco personas sigue padeciendo una desnutrición grave”, añadió.
El foro mundial informó que el gobierno de Bashar al Assad le había otorgado el permiso para acceder a Kefraya y Foah, en el norte del país y asediadas por las fuerzas rebeldes, mientras que Madaya y Zabadani están sitiadas por las fuerzas gubernamentales.
Se calcula que 4,5 millones de personas viven en zonas de difícil acceso, incluidas 400.000 personas en 15 localidades asediadas que no tienen acceso a la ayuda humanitaria que necesitan con urgencia.
La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció que el cerco en torno a Madaya es «un sitio de estrangulamiento total”.
«Unos 20.000 residentes… padecen la privación con riesgo para su vida de los elementos básicos para la supervivencia, y 23 pacientes en el centro de salud apoyado por MSF murieron de hambre desde el 1 de diciembre”, denunció.
“MSF recibe con satisfacción los informes de que el gobierno sirio permitirá el suministro de alimentos en la zona, pero insiste en que la entrega inmediata de medicinas que puedan salvar vidas… también debe ser una prioridad, y pide que se permita la evacuación médica de urgencia de los pacientes enfermos a lugares seguros de tratamiento», exhortó.
De las 23 personas que murieron de inanición, seis eran menores de un año de edad, cinco eran mayores de 60 y las 12 restantes tenían entre cinco y 60 años, explicó MSF.
La ciudad recibió ayuda por última vez en octubre, cuando varios camiones entregaron suministros médicos. Algunas personas fueron evacuadas en diciembre, pero a pesar de los reiterados pedidos no se permitió el acceso humanitario desde entonces.[related_articles]
«El conflicto en curso sigue obstaculizando la respuesta humanitaria y la libertad de movimiento está restringida por la presencia de actores armados y minas terrestres”, señaló el comunicado de la ONU.
El nuevo Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi, declaró el jueves 7 que con el número sin antecedentes de refugiados y personas desplazadas en todo el mundo es necesario un mayor esfuerzo diplomático para encontrar soluciones a los conflictos y los abusos que expulsan a la gente de sus hogares.
«El ACNUR está navegando por aguas extraordinariamente difíciles», declaró el italiano Grandi en su primera conferencia de prensa desde que asumió el cargo el 1 de enero.
«Se lo debemos, ante todo, a los propios desplazados por la fuerza, pero también se lo debemos a los Estados… que buscan con desesperación soluciones a las situaciones que implican refugiados», afirmó.
“Incluso en las circunstancias más desesperadas tenemos que pensar en la solución de los desplazamientos», subrayó.
Grandi hizo hincapié en que los países que albergan grandes cantidades de refugiados, como Líbano, donde se encuentran más de un millón de sirios, necesitan más ayuda. También destacó que el reasentamiento, las visas humanitarias y la reunificación familiar son herramientas que pueden permitirles a los refugiados hallar la seguridad en otros países, «no a través del tráfico, sino por lo que llamamos las vías legales».
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) señaló el miércoles 6 que tiene fondos suficientes para brindar asistencia alimentaria a 526.000 refugiados sirios en Jordania durante los primeros cinco meses del año en curso.
«Esta es la primera vez desde diciembre de 2013, cuando nos las arreglamos para recibir fondos suficientes para garantizar la asistencia durante los cinco meses siguientes”, aseguró Shaza Moghraby, portavoz del PMA en Jordania.
Traducido por Álvaro Queiruga