Rinaz Rojelat, el único comerciante que queda en la aldea de Zergely, en las montañas de Qandil, en el Kurdistán iraquí. Su negocio está justo frente a las ruinas de las casas destruidas de sus vecinos por el bombardeo de la aviación turca en agosto de este año. Crédito: Karlos Zurutuza/IPS

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