África vive una acelerada urbanización acompañada de la proliferación de asentamientos precarios que son una maldición que trae aparejado un beneficio: empujar al continente a mejorar los espacios para vivir y las ofertas de trabajo para el creciente número de personas que buscan hacer su vida en las ciudades.
Muchos habitantes en el campo emigran a los pueblos y ciudades en busca de trabajo y mejores oportunidades, pero las ciudades africanas, 25 de las cuales están entre las 100 de mayor crecimiento en el mundo, no ofrecen servicios fundamentales, como vivienda, al ritmo que lo demanda la población.
El Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat) pronostica que casi 1.300 millones de personas, más que la actual población de China, vivirán en ciudades de África dentro de 15 años.[pullquote]3[/pullquote]
El rápido incremento de la urbanización del continente, de cuatro por ciento anual, ya significa una enorme presión para la capacidad que tienen las ciudades de ofrecer vivienda, agua, saneamiento, energía y hasta alimentos para la creciente población que albergan.
Asentamientos humanos y ciudades seguras y resilientes forman parte de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que deberán aprobarse este mes en la sede de la Organización de las Naciones Unidas de Nueva York.
Para cuando venza el plazo este año de cumplir los anteriores Objetivos de Desarrollo del Milenio, aprobados en 2000, ONU-Habitat habrá logrado la meta de sacar a 100 millones de personas de asentamientos precarios en Asia, China y parte de India, pero no en África.
Tokunbo Omisore, quien fuera presidente de la Asociación de Arquitectos Africanos, considera que este continente puede resolver el problema de los barrios tugurizados mediante la planificación y el desarrollo de ciudades y pueblos de forma tal de lograr un equilibrio entre vivienda, agua y saneamiento, energía y transporte a la vez que atraer inversiones para crear empleo.
Según Omisore, el problema radica en que hasta ahora los asentamientos fueron desarrollados para personas y no con ellas, y se preguntó si África quiere que los aspectos humanos de su patrimonio y valores culturales se reflejen en las ciudades o tiene que replicar las ciudades de las naciones ricas para ser considerada desarrollada.
“Los asentamientos irregulares y la expansión urbana requieren comprender las razones y los problemas derivados de su mera existencia e identificar el tipo de personas que viven allí”, explicó.
“Los gobiernos africanos miran al modelo de desarrollo de la infraestructura de las naciones industriales sin considerar el desarrollo humano de nuestras diferentes comunidades y sin garantizar la creación de oportunidades laborales, que son clave para la sostenibilidad de nuestras ciudades”, criticó.
“La gente hace las ciudades, no al revés”, remarcó Omisore.
Al redefinir los tugurios, las autoridades africanas podrán comprender mejor los vínculos rural-urbanos “para lograr soluciones africanas a los problemas africanos”, remarcó. Y llamó a realizar una “campaña de mercadeo para África y a apreciar lo africano”.
“Debemos estimular, identificar y celebrar el continente”, arengó. “Nuestras universidades deben formar arquitectos y urbanistas de tal forma que aprecien y promuevan la cultura arquitectónica africana”, añadió Omisore.
En un contexto en que África debe hacer frente al acaparamiento de tierras, en particular en la agricultura, los limitados y a menudo caros terrenos en ciudades plantean el dilema de si África debe crecer hacia arriba o extenderse horizontalmente.
También están quienes sostienen que aumentar la densidad de población es la respuesta a los problemas de vivienda del continente.
Aisa Kirabo Kacyira, secretaria general adjunta y directora ejecutiva adjunta de ONU-Habitat, señaló que la densificación es una forma de transformar al continente y sus ciudades, durante el segundo Foro de Inversión en Infraestructura Urbana de África, celebrado en abril.[related_articles]
“Si queremos que la urbanización sea posible y si construir viviendas sobre la tierra, sin elevación, sencillamente será caro, pero si queremos densificar, entonces tenemos que construir para arriba”, arguyó Kacyira, durante la reunión auspiciada por la división en África de la red de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU-A) y el gobierno de Angola.
“Sí, respetemos nuestra identidad y nuestra cultura, pero ajustémonos a principios que tengan sentido. No vamos a tener ciudades vivas escapando al problema y expandiéndonos y proliferando”, alertó.
Kacyira, además, observó que planificando, reduciendo la desertificación y reciclando los desperdicios, las ciudades africanas podrían contribuir a reducir su huella de carbón, un asunto clave en la Agenda de Desarrollo Posterior a 2015.
Un proyecto de viviendas en Kenia puede servir como modelo para la futura solución habitacional en África.
La federación de habitantes de tugurios Muungano Wa Wanavijiji se asoció con Shack/Slum Dwellers International para ofrecer una vivienda decente a los residentes de asentamientos irregulares. Para ello, creó un edificio de tres pisos llamado “La Huella”, que costó 1.000 dólares.
La iniciativa construyó 300 viviendas en dos asentamientos este año. Los residentes pagan 20 por ciento por la estructura y reciben apoyo para acceder a microcréditos que les permitan cubrir 80 por ciento del costo total.
La red CGLU-A, que reúne a 1.000 ciudades en África, estima que el continente necesita movilizar unos 80.000 dólares al año en inversiones para mejorar la infraestructura a fin de cubrir las necesidades de la población urbana.
Editado por Phil Harris / Traducido por Verónica Firme