Países nucleares incumplen el Tratado de No Proliferación

El artículo sexto del Tratado de No Proliferación (TNP) establece la obligatoriedad de que los Estados con capacidad bélica nuclear se deshagan de sus armas nucleares como parte del acuerdo que exige que el resto de los países no las adquieran.

Los Estados nucleares defienden vigorosamente la no proliferación, pero han violado muchas disposiciones del TNP y otras normas internacionales.

Farhang Jahanpour
Farhang Jahanpour

Una opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia en 1996 declaró que «existe la obligación de proseguir de buena fe y llevar a su conclusión las negociaciones con miras al desarme nuclear en todos sus aspectos bajo un control internacional estricto y eficaz». Pero las potencias nucleares ignoraron esa opinión.

Los países nucleares, especialmente Estados Unidos y Rusia, también violaron el tratado con sus esfuerzos por mejorar y diversificar sus armas nucleares.

Los dos también están desarrollando ojivas nucleares tácticas de menor potencia, que pueden usarse en el campo de batalla sin producir gran cantidad de radiación.

Aunque el presidente estadounidense Barack Obama prometió reducir y finalmente abolir las armas nucleares, Estados Unidos está en proceso de desarrollar nuevas categorías de estas bombas, como la B61-12, a un costo proyectado de 348.000 millones de dólares en la próxima década.[pullquote]3[/pullquote]

Corea del Norte, India, Israel y Pakistán no pueden considerarse oficialmente como Estados nucleares, dado que el artículo 9 del TNP los define únicamente como aquellos que hayan fabricado y ensayado un dispositivo nuclear antes del 1 de enero 1967.

No obstante, todos esos países están en violación del TNP, y brindarles asistencia nuclear, como es el acuerdo de Estados Unidos con India para abastecerla de reactores nucleares y tecnología nuclear avanzada, también viola el tratado.

Lo mismo se aplica a la cooperación militar de Estados Unidos con Israel y Pakistán.

Los Estados nucleares son culpables de la proliferación

El párrafo 14 de la resolución 687 del Consejo de Seguridad de la ONU, que exigía el desarme de Iraq, también especifica la creación de una zona libre de armas de destrucción masiva (ADM) en Medio Oriente.

Todos los países que integraron la coalición liderada por Estados Unidos para derrocar a Saddam Hussein de Kuwait entendieron claramente que, después de la eliminación de las ADM iraquíes, Israel tendría que deshacerse de su arsenal nuclear.

Israel – y por extensión los países que no han implementado ese párrafo – han violado esa resolución vinculante. De hecho, se cree que tanto Estados Unidos como Israel mantienen armas nucleares en la región.

Durante la época del régimen racista del apartheid sudafricano, Israel y Sudáfrica colaboraron en la fabricación de armas nucleares.

En 2010 se informó que las actas “ultrasecretas” de las reuniones entre altos funcionarios de ambos países en 1975 muestran que el ministro de Defensa de Sudáfrica, P.W. Botha, solicitó ojivas nucleares, y que el entonces ministro de Defensa israelí, Shimon Peres, respondió ofreciéndoselas “en tres tamaños”.

Los documentos fueron descubiertos por un académico estadounidense, Sasha Polakow Suransky, en la investigación para un libro sobre la estrecha relación entre los dos países, cuya publicación Israel intentó impedir.

En 1977, Sudáfrica firmó un pacto con Israel para la fabricación de al menos seis bombas nucleares.

La Conferencia de Examen y Extensión del TNP de 1995 también pidió «el pronto establecimiento por las partes en la región de una zona libre de armas nucleares y otras armas de destrucción masiva en Medio Oriente”.

La comunidad internacional ignoró estas resoluciones al no presionar a Israel para que renuncie a sus armas nucleares. De hecho, todo pedido por una zona libre de armas nucleares en Medio Oriente tuvo la oposición de Israel y Estados Unidos.

La Conferencia de Examen del TNP de 2000 instó a «India, Israel y Pakistán a adherirse al Tratado como estados sin armas nucleares con prontitud y sin condiciones». Los Estados parte también acordaron «hacer esfuerzos decididos» para lograr la universalidad. Pero desde entonces, poco se ha hecho para lograr que los tres países se adhieran al tratado.

Durante la Guerra Fría, la Organización del Tratado del Atlántico Norte se negó a descartar el primer uso de las armas nucleares debido a la proximidad de las fuerzas soviéticas a las capitales europeas. No obstante, esta política no se ha revisado desde el fin de la Guerra Fría.

Existen reiteradas y creíbles versiones de que el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha  considerado el uso de armas nucleares antibúnker para destruir las instalaciones nucleares de Irán.

Durante los últimos 2.000 años y más, la humanidad intentó definir cuáles son los requisitos para una guerra justa. En las últimas décadas, algunos de esos principios fueron consagrados en acuerdos y convenios internacionales jurídicamente vinculantes.

Entre estos se incluyen el Pacto de la Sociedad de Naciones, tras la Primera Guerra Mundial, el Pacto de París (1928) y la Carta de las Naciones Unidas.

Algunas ideas son comunes a todos estos instrumentos, como el hecho de que toda acción militar debe basarse en la defensa propia, ser de conformidad con el derecho internacional, proporcionada, una cuestión de último recurso y no atacar a civiles y no combatientes.

También se pone énfasis en el arbitraje, la renuncia a ser el primero en el uso de la fuerza en la solución de controversias, y el principio de legítima defensa colectiva.

Resulta difícil ver cómo el uso de las armas nucleares podría ser compatible con cualquiera de estos requisitos. Sin embargo, a pesar de los numerosos pedidos internacionales para el desarme nuclear, los estados nucleares se negaron a cumplir con las disposiciones del TNP y a deshacerse de sus armas.

En su primer discurso de política exterior importante, realizado en Praga el 5 de abril de 2009, el presidente Obama habló sobre la eliminación de las armas nucleares.

«La existencia de miles de armas nucleares es el legado más peligroso de la Guerra Fría… Hoy en día, la Guerra Fría ha desaparecido, pero miles de esas armas no. En un extraño giro de la historia, la amenaza de una guerra nuclear mundial ha menguado, pero el riesgo de un ataque nuclear ha crecido”, reconoció entonces.

«Así que hoy, declaro claramente y con convicción el compromiso de Estados Unidos para buscar la paz y la seguridad de un mundo sin armas nucleares”, anunció.

Lamentablemente, esos sentimientos nobles no se pusieron en práctica.

Por el contrario, todas las potencias nucleares siguieron fortaleciendo y modernizando sus arsenales nucleares. Si bien sancionaron con energía, de manera selectiva, a los países que eran sospechosos de desarrollar armas nucleares, no han cumplido con su parte del trato para deshacerse de sus propias armas.

Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad del autor y no representan necesariamente las de IPS – Inter Press Service, ni pueden atribuírsele.

Traducido por Álvaro Queiruga

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