Los donantes internacionales de Tanzania, entre ellos Alemania, Gran Bretaña y el Banco Mundial, retienen 449 millones de los 558 millones de dólares en ayuda externa prometida para este año, a la espera de que concluya una investigación sobre la corrupción en el sector energético de este país africano.
El parlamento acusó a altos funcionarios tanzanos de autorizar pagos por 122 millones de dólares a la empresa Pan Africa Power Solutions Tanzania Limited (PAP), que habría adquirido una participación de 70 por ciento en Independent Power Tanzania Limited (IPTL), una compañía privada de energía contratada por el Estado para producir electricidad.[pullquote]3[/pullquote]
«Es probable que muchos proyectos de desarrollo de infraestructura que requieren financiación de los donantes se paralicen debido a este problema”, advirtió Benson Bana, analista político de la Universidad de Dar es Salaam.
«El gobierno debe aprender la lección y asegurarse de que los fondos públicos se gestionen bien», resaltó en diálogo con IPS.
La segunda economía de África oriental después de Kenia desarrolla actualmente una gran cantidad de proyectos que requieran fondos externos para los sectores de la energía y la infraestructura, como la construcción de puertos, carreteras y plantas de energía en un plan quinquenal a un costo de 25.200 millones de dólares.
Pero el año pasado el gobierno advirtió que el retraso en el desembolso de los fondos procedentes de la asistencia externa lo obligarían a dejar de lado algunos proyectos hasta el ejercicio siguiente.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) sumó su voz a la disputa entre Tanzania y los donantes externos.
«El desempeño” del país “fue satisfactorio hasta junio, pero se deterioró desde entonces y aumentaron los riesgos, derivados del retraso en el desembolso de la asistencia”, señaló el FMI en un comunicado publicado en su página web este mes.
Tanzania es uno de los mayores receptores de ayuda en África subsahariana. Las donaciones y los préstamos en condiciones favorables representan entre 20 y 30 por ciento de su presupuesto anual.
La decisión de los donantes de suspender la asistencia debido a la corrupción “será fundamental para que el entorno empresarial aborde los problemas de gobernanza que planteó el caso de IPTL», expresó el FMI.
El Ministerio de Hacienda anunció un presupuesto de 11.600 millones de dólares, en el cual 800 millones de dólares provendrán de capital externo, destinado a financiar proyectos importantes para el país.
«Alcanzar nuestra meta de ingresos es una cuestión de vida o muerte. Somos muy serios en nuestra búsqueda de reducir la dependencia de la ayuda exterior y estamos refinando nuestro entorno empresarial para atraer inversiones que puedan producir ingresos», declaró el ministro de Finanzas, Saada Mkuya.
No es prudente que Tanzania se aferre a la volátil ayuda exterior para financiar su presupuesto tras más de 50 años de independencia política, según diversos analistas.
«No es sano que un país como el nuestro siga dependiendo de los donantes para financiar el desarrollo. No hay duda de que muchos proyectos no despegarán a causa de este enfrentamiento”, aseguró Humphrey Moshi, economista y profesor de la Universidad de Dar es Salaam.
«La corrupción en el sector de la energía se puede reducir con la adopción de sistemas sólidos de rendición de cuentas”, sugirió Zitto Kabwe, el presidente de un comité de supervisión parlamentaria de las cuentas públicas. “Leyes que sometan los contratos al control parlamentario serían de gran ayuda», añadió.
Que el gobierno no haya erradicado la corrupción en el sector energético es un mal precedente porque el país está a punto de prosperar económicamente tras el reciente descubrimiento de grandes yacimientos de gas natural, según observadores políticos.
La Corporación para el Desarrollo del Petróleo de Tanzania calcula que el país tiene reservas de gas natural estimadas en 1,5 billones (un millón de millones) de metros cúbicos en su costa austral. Estos recursos son más que suficientes para llevar al país por la senda del desarrollo económico, a la vez que pondrían fin a su dependencia de la ayuda externa.[related_articles]
Los donantes advirtieron este mes que liberarán el resto del dinero prometido luego de que se tomen las medidas correspondientes contra los funcionarios implicados en el llamado «escándalo del fideicomiso».
Los países que son socios de “Tanzania toman el caso IPTL… con la mayor seriedad y monitorean cuidadosamente su evolución, ya que el caso implica grandes montos de fondos públicos”, señaló Sinikka Antila, el embajador de Finlandia y presidente del grupo de donantes de este país.
En noviembre de 2014 el parlamento pidió al gobierno que destituyera a altos funcionarios, incluidos el fiscal general Frederick Werema y el ministro de Energía, que habrían desempeñado un papel fundamental para facilitar el polémico negocio de IPTL-PAP. Werema dimitió desde entonces.
En diciembre, en un intento desesperado por recuperar la confianza de los donantes, el presidente Jakaya Kikwete destituyó a Anna Tibaijuka, ministra de Desarrollo de la Tierra y Asentamientos Humanos, porque esta habría recibido un obsequio millonario de uno de los accionistas de IPTL.
En lo que parece ser una demostración de fuerza, Estados Unidos, a través de su agencia de ayuda exterior Millennium Challenge Corporation (MCC), expresó su profunda preocupación por la lentitud para controlar la corrupción y exhortó al gobierno que tome medidas concretas para combatir el problema como una condición para la aprobación de la asistencia futura.
«El progreso en la lucha contra la corrupción es esencial para un nuevo convenio con la MCC, así como para la mejora del clima de negocios en general en Tanzania», manifestó Mark Childress, el embajador estadounidense, en diciembre de 2014.
Tanzania fue uno de los 10 países analizados por la MCC, cuyo directorio se reunió en diciembre para determinar su idoneidad para iniciar o continuar el convenio de desarrollo.
Entre 2008 y 2013, la MCC financió un convenio por 698 millones de dólares para proyectos de inversión en agua, carreteras y energía eléctrica en toda Tanzania.
Edición de Phil Harris / Traducción de Álvaro Queiruga