La agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los refugiados palestinos comenzó un ambicioso plan de recuperación de Gaza tras la devastadora guerra de 50 días entre el movimiento armado Hamás e Israel que destruyó una parte considerable del territorio costero.
Sin embargo, para que el plan prospere hará falta una enorme cantidad de financiación internacional, así como un alto al fuego de largo plazo que permita el levantamiento del bloqueo que Israel y Egipto impusieron a Gaza en forma conjunta.[pullquote]3[/pullquote]
«Estamos trabajando en un plan de 24 meses dirigido a 70 por ciento de la población de Gaza, que son refugiados, pero esto solo será posible si el bloqueo se levanta y se permite el ingreso de los materiales de construcción y otros elementos», indicó Chris Gunness, portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), en diálogo con IPS.
Se calcula que la Franja de Gaza alberga una población aproximada de 1,8 millones de personas en un territorio de 360 kilómetros cuadrados, lo cual la convierte en una de las zonas de mayor densidad demográfica del mundo, con 5.046 habitantes por kilómetro cuadrado.
«Una vez más se les pide a los contribuyentes que financien la reconstrucción de Gaza, y en este punto no hay garantías de seguridad, por lo que un alto al fuego permanente es esencial si no queremos volver al ciclo repetitivo de la destrucción y la reconstrucción», dijo Gunness.
La guerra de Gaza del 8 de julio al 26 de agosto, denominada Operación Margen Protector por Israel, se convirtió en la campaña militar más severa contra la zona desde la ocupación israelí de los territorios palestinos en 1967.
«La devastación causada esta vez no tiene precedentes en la historia reciente. Partes de Gaza se asemejan a una zona sísmica con 29 kilómetros de infraestructura dañada «, afirmó Gunness.
La guerra provocó la muerte de 2.130 palestinos y dejó a más de 11.000 heridos.
La destrucción fue total para más de 18.000 viviendas, y los daños obligaron al cierre de cuatro hospitales y cinco clínicas de salud.
Diecisiete de los 32 hospitales de Gaza y 45 de sus 97 clínicas de salud resultaron con daños considerables. Se calcula que la reconstrucción costará más de 7.000 millones de dólares.
Según datos de la UNRWA, 22 escuelas quedaron totalmente destruidas y 118 sufrieron daños durante los bombardeos israelíes, al igual que muchos centros de educación superior.
Aproximadamente 110.000 gazatíes permanecen en refugios de emergencia de la ONU o con familias de acogida, agrega la UNRWA. Solo la reconstrucción de los refugios costará más de 380 millones de dólares.
La Federación Palestina de Industrias asegura que 419 empresas y talleres resultaron dañadas y 129 quedaron totalmente destruidos.
«Tenemos un plan de dos años que se ocupa de todo el espectro de necesidades de los palestinos. Actualmente contamos con 300 ingenieros en el terreno en Gaza para evaluar las necesidades de reconstrucción”, explicó Gunness a IPS.
La estrategia de la UNRWA se divide en las etapas de socorro, de recuperación temprana y de recuperación plena.
«El período de socorro, que continuará durante los próximos cuatro meses, implica una intervención humanitaria urgente que incluye proporcionar refugio, alimentos y cubrir las necesidades médicas de los habitantes de Gaza desplazados», indicó el portavoz.
«El período de recuperación temprana continuará durante el próximo año y se ocupará de las necesidades fundamentales de la población, como la reparación de daños a la infraestructura ambiental, la restauración de las instalaciones de la UNRWA y la ayuda complementaria para el aprovisionamiento de los medios de subsistencia”, precisó.
«El período de recuperación durará dos años y se centrará en el impacto del conflicto mediante un programa de medios de subsistencia sostenibles que fomente la autosuficiencia y complete la transición de los refugios de emergencia y de estadías prolongadas de la UNRWA a su función original y su plena capacidad operativa”, añadió Gunness.
Una parte del programa de la UNRWA tendrá que ver con la protección, el género y la discapacidad. El aumento del número de hogares dirigidos por mujeres y con hombres discapacitados repercute en los patrones de desempleo.
«Las mujeres son las principales dadoras de cuidados y están estrechamente vinculadas al hogar y el trauma psicológico que exhiben los niños. Por otra parte, ya hubo señales de una mayor violencia de género», destacó el portavoz.
«Queremos concentrarnos en la sensibilización de la violencia doméstica, la forma de abordar la violencia en el hogar y la construcción de relaciones sanas y equitativas con nuestro programa de empoderamiento de género”, dijo.[related_articles]
La agencia de la ONU también se encargará de la distribución de alimentos para cubrir los requisitos mínimos calóricos con alimentos básicos, como el pan, carne enlatada o atún, productos lácteos y verduras frescas. Además, entregará kits de higiene y tanques de agua para 42.000 familias.
Asimismo, se realizan reparaciones de emergencia a los refugios, ya que en esta ocasión las viviendas dañadas o destruidas fueron 70 por ciento más que en las hostilidades con Israel de 2008-2009. La agencia también distribuye ayuda de emergencia en dinero en efectivo a las familias de refugiados.
«Debido al enorme daño en los hospitales y los centros de salud, la UNRWA estableció hasta la fecha 22 puntos que prestarán servicios básicos de salud a los enfermos y heridos, y se enviaron equipos sanitarios para realizar los debidos controles», puntualizó Gunness.
El impacto psicológico de la guerra es otro factor que preocupa a la UNRWA.
«No hay una persona en Gaza que no esté afectada por la guerra. En consulta con el Programa de Salud Comunitaria de la UNRWA, contratamos a asesores adicionales y coordinadores juveniles que ofrecerán una amplia gama de servicios», aseguró.
«Si Gaza ha de recuperarse y si los gazatíes tienen alguna esperanza para el futuro, es vital que la comunidad internacional intervenga para ayudar a aquellos civiles… que siguen pagando el precio más alto», exhortó.
Editado por Phil Harris / Traducido por Álvaro Queiruga