Cuando a Gerald Abila le obsequiaron un teléfono celular inteligente en 2012, el entonces estudiante de derecho de Uganda no se limitó a comunicarse con sus amigos, sino que lo usó para fundar una organización sin fines de lucro que utiliza Facebook, Skype, Twitter, mensajes de texto y conexiones radiales para mejorar el acceso a la justicia y la ley.
«Mientras estaba en el aula al mismo tiempo usaba Twitter y Facebook”, comentó el abogado de 31 años a IPS. «Me hacían tantas preguntas jurídicas que decidí abrir un grupo en Facebook para dar consejos gratis, yo solo”, agregó.
Abila creó el grupo de Facebook en 2012, antes de egresar de la Universidad Internacional de Kampala con su título de abogado.
Empezó con 100 miembros, que recibían la ayuda del abogado todos los sábados de 15 a 16 horas, pero el grupo creció hasta transformarse en Barefoot Law (Ley Descalza), una organización con más de 16.000 seguidores en Internet y una aplicación para Android, el sistema operativo para dispositivos móviles.[pullquote]3[/pullquote]
«Decidí convertir esto en una organización porque el acceso a los servicios jurídicos es una pesadilla» en Uganda, sostuvo Abila, fundador y director gerente de Barefoot Law.
«Es como la salud, uno solo va al médico cuando está enfermo. Y solo acude al abogado cuando tiene un problema legal”, dijo.
Barefoot Law comenzó sus actividades de forma remota, pero cuatro meses después abrió una oficina en el distrito de Bukoto, en Kampala.
Hoy la organización cuenta con siete voluntarios de tiempo completo, incluido un técnico que trabaja desde Alemania. El equipo recibe unas 50 consultas diarias por los medios sociales, Skype, el correo electrónico, llamadas telefónicas y mensajes de texto.
Abila, que fue uno de los oradores de la Conferencia Internacional eLearning Africa 2014 sobre TIC (tecnologías de la información y comunicación) para el Desarrollo, la Educación y la Formación, realizada a fines de mayo en Kampala, dice que al menos 10 de las consultas que reciben cada día están relacionadas con el empleo. La mayoría de la gente simplemente quiere conocer sus derechos.
«La sucesión y las propiedades inmuebles también son un problema muy grande», según Abila, que aporta a Barefoot Law parte de los ingresos que obtiene de la enseñanza y su práctica jurídica.
«Educamos y correspondemos. Cada día recibimos un aspecto de la ley que consideramos que ha sido ignorada, por ejemplo, la ley de la tierra, que prevé los derechos de los ocupantes ilegales, y después lo publicamos en las redes sociales”, explicó.
El desconocimiento de los derechos legales
La mayoría de los ugandeses no es consciente de sus derechos legales. Pero Internet es una herramienta poderosa.
La reputación de Barefoot Law se conoce en lugares remotos como Kidepo, en la frontera de Uganda con Sudán del Sur. Un hombre de la zona viajó a Kampala para buscar asesoramiento por una disputa sobre tierras, y finalmente resolvió el caso.
Incluso personas que viven a miles de kilómetros, hasta en Somalia, conocen a la organización.
Anthony Latim, de 38 años, sufrió un grave accidente de motocicleta mientras trabajaba en 2010. Su empleador, una organización no gubernamental, se negó a indemnizarlo aunque pasó cuatro meses en un hospital de Uganda con el cuello y la uretra fracturados y no trabaja desde 2011.
Un amigo ugandés que vive en Somalia y «que se la pasa en Internet» le recomendó Barefoot Law. En el curso de un día Latim se enteró que tenía derecho a la indemnización y ahora sus abogados están por comenzar la mediación con sus empleadores.
«Estoy muy agradecido de que por primera vez entré en contacto con un abogado en Uganda que no me pidió dinero», destacó Latim en diálogo con IPS.
Abila cree que la única manera de que Uganda alcance los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la Organización de las Naciones Unidas es que la gente sea consciente de las leyes, “ya que una vez que se violan, nada se puede lograr”, advirtió.
No obstante, muchos ignoran la ley.
El parlamento aprobó 19 proyectos de ley entre junio de 2013 y mayo de 2014, indicó Irene Ikomu, abogada de Parliament Watch, una organización que brinda información virtual sobre el proceso legislativo en Uganda.
«Es mucho en comparación con los parlamentos anteriores”, aseguró Ikomu a IPS.
Uno de esos proyectos se convirtió en la ley contra la pornografía, promulgada en febrero. Versiones anteriores de la iniciativa legislativa incluían definiciones muy vagas de «pornografía» que referían a la exhibición de partes sexuales de la persona, como “los senos, los muslos, las nalgas o los genitales”.
En base a la ley, el ministro de Ética e Integridad, Simon Lokodo, generó un revuelo mediático cuando advirtió a las mujeres que serían detenidas si usaban minifaldas, a pesar de que la legislación no mencionaba la palabra “minifalda”.
A mediados de febrero Barefoot Law comenzó a recibir hasta 200 consultas por día de personas preocupadas por la ley, incluso de una mujer en la localidad oriental de Mbale a la que una multitud prácticamente desnudó porque sostenía que la minifalda que llevaba era ilegal.
«Recibimos muchas consultas de ese tenor, así que decidimos compartirla» por Internet, explicó Abila.
Al cabo de una hora el alerta en Facebook de Barefoot Law sobre el incidente se había compartido 7.000 veces, incluso por medios de comunicación y la policía. El público había sido informado de la realidad de la ley.
Barefoot Law se expande al medio rural
La organización sumó fuerzas con la Red de Mujeres de Uganda (WOUGNET, por sus siglas en inglés), que tiene centros de apoyo en todo el país. Las personas que necesiten asesoramiento jurídico del equipo de Abila pueden entrar en contacto con una de estas instalaciones, que tienen acceso a Internet.
La organización también tiene una colaboración con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) que consiste en subir el contenido de Barefoot Law al portal de la agencia internacional correspondiente a Uganda.
«También nos asociamos a estaciones de radio en áreas difíciles de alcanzar. Ellas nos llaman a una hora determinada, y nosotros brindamos asesoramiento gratuito a los oyentes que llaman o acuden personalmente a la estación”, informó Abila. El abogado tiene la esperanza de agregar líneas de teléfono gratuitas y ampliar sus actividades a la vecina Kenia en el futuro.
Abila cree que la tecnología es la «varita mágica» que supera los desafíos legales. «Siempre les digo a mis colegas que antes de la maestría hagan un curso relacionado con la tecnología de la información (TI), porque el futuro del Derecho está en la TI, no en la ley en sí”, afirmó.