Las demoras en la elaboración de una política nacional contra el cambio climático en Malawi están afectando a millones de familias que viven en las áreas más sensibles de esta nación del sur africano.
Así lo reconoció la ministra de Ambiente y Manejo del Cambio Climático, Halima Daudi.
La funcionaria, que lideró la delegación de su país en la 19 Conferencia de las Partes (COP 19) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático el mes pasado en Varsovia, dijo a IPS que la tardanza hace estragos en los más débiles.
“Por ejemplo, está el Fondo Verde para el Clima… para el cual tenemos que crear una autoridad designada que reciba los recursos, y no podemos acceder a ellos sin una política nacional sobre cambio climático”, ejemplificó.
En los últimos tres años, el gobierno de Malawi, con la ayuda de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha venido trabajando en la elaboración de una política contra el recalentamiento planetario y en un Plan Nacional de Adaptación para las necesidades del país a mediano plazo.
[related_articles]William Chadza, director ejecutivo del no gubernamental Centro para Políticas y Defensa del Ambiente, explicó: “No podemos financiar la adaptación sin una política nacional contra el cambio climático bien articulada y sin un plan de adaptación que debe crear el organismo específicamente encargado de administrar los fondos”.
Con él coincidió Daudi: “Es muy difícil para nosotros acceder a esos fondos para la adaptación y la mitigación, y esto a fin de cuentas incrementa la vulnerabilidad de muchas familias”.
No obstante, defendió a su gobierno, señalando que las demoras se deben a la falta de recursos “para realizar reuniones de consulta”.
“Y sobre todo a que no queremos apresurar esto. Es una política muy importante que va a definir nuestra postura frente al cambio climático. Nos estamos tomando tiempo para esto”, añadió.
Dora Marema, coordinadora de la red de activistas por temas de género y justicia climática GenderCC, advirtió que las demoras en implementar políticas climáticas en varios países africanos, incluyendo a Malawi, ponen en riesgo a cientos de miles de personas.
“Es cierto que la mayoría de los países no acceden a los fondos necesarios para la adaptación porque no tienen políticas en vigor, y eso impacta en los más vulnerables, especialmente en las mujeres que intentan recuperarse de los desastres asociados con el cambio climático”, dijo Marema a IPS.
Y cuanto más demore Malawi en adoptar una política, más le tomará a Agnes Katete y a su familia recuperarse.
Una mañana de marzo, una inundación arrasó con las chozas de Katete y de 10 familias más en la aldea de Kilipula, en el distrito de Karonga, sobre el lago Malawi, a unos 600 kilómetros de Lilongwe.
Katete fue afortunada. Logró escapar ilesa con sus cuatro hijos.
Pero como muchos otros en su aldea, perdió sus plantaciones de arroz, y nueve meses después todavía no ha podido hallar otra forma de sustento.
Katete y muchos otros afectados viven en tiendas de campaña instaladas por el gobierno y agencias de la ONU, y sobreviven gracias a donaciones.
“No sé qué nos va a pasar a mí y a mis hijos porque ya comenzó otra temporada de lluvias y todavía no tengo casa. Perdí mis ingresos y no tengo alimentos”, dijo a IPS.
En los últimos cinco años, persistentes sequías, inundaciones sorpresivas y lluvias erráticas afectaron a las áreas más vulnerables.
Solo este año, según el Departamento para Asuntos de Desastres, las inundaciones afectaron a cerca de 12.800 hogares y destruyeron cultivos enteros, principalmente en el norte y sur del país.
En marzo de 2012, inundaciones causadas por dos semanas de lluvias torrenciales destruyeron miles de hogares en ocho distritos, dejando a unas 300.000 personas desamparadas, ocho muertas y varias desaparecidas.
El mayor impacto se habría producido en el sector agrícola, dependiente de las lluvias. El país cuenta con tres millones de hectáreas de tierra arable.
Evans Njewa, jefe de políticas y planificación ambientales, dijo a IPS que uno de los métodos de adaptación que el gobierno piensa promover es la conservación de los suelos.
El funcionario explicó que los métodos de conservación, como la reducción de la labranza, la cobertura permanente de los suelos y la rotación de cultivos, pueden servir para la adaptación, ya que incrementan la productividad y ayudan a los agricultores a lograr una mejor retención del agua.
“Como muchos otros países africanos, consideramos la adaptación como una prioridad en la Política Nacional Climática”, dijo Njewa, porque a “un país menos industrializado” le es más fácil “concentrarse en la mitigación”.