En medio de rumores de que el recalentamiento planetario se detuvo en los últimos 15 años, el nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) indica que las tres últimas décadas fueron, sucesivamente, más cálidas que cualquier otra desde 1850.
El Resumen para Responsables de Políticas del informe del Grupo de Trabajo I – Bases de Ciencia Física, se divulgó este viernes 27 en Estocolmo. El texto completo sin editar se conocerá el lunes 30 y constituye el primero de los cuatro volúmenes del Quinto Informe de Evaluación del IPCC.
El recalentamiento es «inequívoco», sostiene el IPCC. «La atmósfera y el océano se han calentado, las cantidades de nieve y de hielo se han reducido, el nivel del mar se ha elevado y las concentraciones de gases de efecto invernadero se incrementaron», señala.
Para el climatólogo brasileño Carlos Nobre, uno de los autores principales del Cuarto Informe de Evaluación, el nuevo reporte no da «ninguna razón para el optimismo».[pullquote]3[/pullquote]
«Cada una de las últimas tres décadas fue sucesivamente más caliente que cualquier otra desde 1850. En el hemisferio Norte, el período 1983-2012 conforma probablemente los 30 años más cálidos de los últimos 1.400», dice el nuevo resumen.
Los datos «de las temperaturas medias terrestres y de la superficie del océano, calculados como una tendencia lineal, muestran un calentamiento de 0,85 grado en el período 1880-2012», añade.
Respecto de la supuesta pausa en el aumento del calor, el IPCC señala: «La tasa de calentamiento de los últimos 15 años (1998-2012), que fue de 0,05 grado por década y que comenzó con un potente El Niño (fase cálida de la Oscilación del Sur), es menor que la calculada entre 1951 y 2012, que fue de 0,12 grado por década».
Pero, argumenta, «debido a la variabilidad natural, las tendencias que se basan en registros de períodos cortos son muy sensibles a las fechas de comienzo y final y no reflejan en general las tendencias climáticas de largo plazo».
En síntesis, señala el documento, «es virtualmente cierto (99 a 100 por ciento de certeza) que la troposfera se ha calentado desde mediados del siglo XX».
Nobre señaló a IPS que «el reporte observa con más detalle lo que está cambiando y reduce las incertidumbres con un conocimiento científico perfeccionado».
Además, confirma que las alteraciones del clima se originan principalmente en las acciones humanas, añadió Nobre, secretario de Investigación y Desarrollo del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Brasil.
La humanidad deberá decidirse a dejar gran parte de los combustibles fósiles –responsables de la emisión de gases que recalientan la atmósfera— y pasar a otras formas de energía renovable, apuntó.
Técnicamente es posible, lo que falta es una opción consciente de todos los países, aseveró.
«Esa transición tiene un costo, pero que es cada vez menor que el que se estimaba hace 15 años. El problema no es la tecnología, sino la decisión política», insistió.
Para Carlos Rittl, coordinador del programa de cambios climáticos y energía de WWF-Brasil (Fondo Mundial para la Naturaleza), «si bien el calentamiento ha experimentado una aparente estabilización en cuanto a la temperatura media, los años más calientes que se hayan registrado estuvieron en la última década. Eso no nos deja en ninguna situación de confort».[related_articles]
El informe del IPCC, una revisión de las investigaciones científicas disponibles, se basó en trabajos de 259 autores de 39 países, y contó con 54.677 comentarios.
Su aparición vino permeada de una renovada ola mediática de dudas y rumores sobre la existencia del calentamiento global.
Con base en diferentes trayectorias de emisión de gases de efecto invernadero, el resumen presentado este viernes proyecta para fines de este siglo una elevación de la temperatura que excederá 1,5 grados respecto del período 1850-1900 en todos los escenarios, excepto en el de menor concentración de gases.
También sostiene que probablemente el aumento exceda los dos grados para 2100 en los dos escenarios de mayor emisión de gases.
El anterior informe de evaluación, de 2007, preveía un aumento de dos grados, en el mejor de los casos, y de hasta seis, en el peor.
Luego del fracaso de la conferencia intergubernamental de Copenhague, en diciembre de 2009, cuando los países no consiguieron lograr un acuerdo para reducir la contaminación climática, se redoblaron los cuestionamientos al IPCC, en particular por una errónea estimación del derretimiento de los glaciares del Himalaya.
La «información se usó de forma irresponsable por quienes quieren negar el calentamiento global», dijo Rittl.
Seis años después, hay más y mejores evidencias científicas para estimar, por ejemplo, cuánto aporta el derretimiento de hielos a la elevación del nivel del mar.
Para fines de 2100, la elevación media del mar oscilaría entre 24 centímetros y 63 centímetros, según el mejor y el peor escenario de contaminación atmosférica.
Las lluvias «aumentarán en las regiones más húmedas y se reducirán en aquellas donde ya hay escasa pluviosidad», comentó Rittl, doctor en ecología.
En Brasil, los ejemplos son la árida región del Nordeste y las más húmedas del sur y el sudeste. La incidencia de lluvias crecerá entre uno y tres por ciento en las zonas sureñas, según la velocidad del calentamiento, mientras las áridas presentarán patrones de sequía más severos.
Todas las tendencias que confirma el informe son «alarmantes», dijo Rittl.
Los humanos «somos responsables de esos cambios, que van a empeorar el escenario actual en el que ya hay cientos de millones de personas soportando escasez de agua, de alimentos y de condiciones adecuadas para sobrevivir», argumentó.
El primer volumen del Quinto Informe de Evaluación del IPCC aparece dos meses antes de que se celebre en Varsovia la 19 Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
En esa reunión debe haber un esfuerzo mundial que garantice la transición hacia una economía baja en dióxido de carbono, dijo Nobre. «Este informe es un shock de realidad».
En su opinión, Brasil es uno de los «pocos buenos ejemplos», pues consiguió reducir en 38,4 por ciento sus emisiones de gases invernadero entre 2005 y 2010, debido a la caída de la deforestación en la Amazonia.
«Brasil adoptó compromisos voluntarios, pero en lo global no hay un acuerdo ambicioso», dijo Nobre.
Cuanto más tiempo se demore en «tomar acciones concretas, será más difícil e improbable conseguir una trayectoria sostenible de acomodamiento y adaptación a los cambios climáticos», estimó.
Rittl cree que los gobiernos deben hacer frente al cambio climático como un desafío nacional para el desarrollo, la inclusión social y la reducción de la pobreza. «Se necesita lidiar con los riesgos y las oportunidades con mucha responsabilidad», concluyó.