El Banco Mundial anunció que pondrá más énfasis en los problemas relativos a la tenencia de la tierra y en la sostenibilidad social y ambiental de las inversiones agrícolas.El Banco, uno de los mayores prestamistas para el desarrollo en el mundo, también reiteró el lunes 8 su preocupación por el acaparamiento corporativo de tierras a gran escala, que ha afectado vastas extensiones de África en los últimos años.
«El Grupo del Banco Mundial comparte las preocupaciones sobre los riesgos de las adquisiciones de tierra a gran escala», dijo el lunes el presidente de la institución multilateral, Jim Yong Kim, en un comunicado emitido desde su sede en Washington.
«Garantizar el acceso a la tierra es crucial para millones de personas pobres. Las políticas modernas, eficientes y transparentes sobre la propiedad agraria son vitales para reducir la pobreza y promover el crecimiento, la producción agrícola, una mejor nutrición y un desarrollo sostenible», señaló.
Luego de décadas en las que la agricultura era casi ignorada por los inversores internacionalesm, donantes bilaterales e instituciones multilaterales como el Banco Mundial, en los últimos años creció el interés por este sector.
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Kim observó que el Banco Mundial también ha aumentado sus inversiones en agricultura, pero advirtió que «se necesitan más esfuerzos para crear capacidad y salvaguardas para los derechos a la tierra, y para empoderar a la sociedad civil para que exija a los gobiernos que rindan cuentas».
Antes de su conferencia anual de cuatro días sobre tierra y pobreza, que se llevará a cabo esta semana en Washington, la institución sostuvo que la población mundial habrá aumentado en 2.000 millones de personas para 2050, lo que requerirá ampliar en 70 por ciento la producción agrícola del planeta.
Aunque el Banco reiteró los llamados a efectuar nuevas inversiones públicas y privadas tanto en pequeña como en gran agricultura, alertó que «las inversiones solas no serán suficientes» para lograr el aumento de producción que se necesita.
El Banco urgió a adoptar normas nacionales e internacionales más firmes en materia de inversiones y propiedad agraria, para ayudar a los agricultores de todo el mundo a mejorar sus rendimientos.
«Las tierras disponibles escasean, y hay todo tipo de especuladores e inversores inescrupulosos explotando a pequeños agricultores, pastores y otros productores que carecen de poder para defender sus derechos», indicó el Banco. «Esto sucede sobre todo en países con regímenes agrarios débiles».
Por eso el Banco fortalecerá los esfuerzos para mejorar la gobernanza agraria, proteger los derechos de los propietarios y promover políticas «que reconozcan todas las formas de tenencia de la tierra y ayuden a las mujeres a lograr un trato igualitario en la materia».
Crece el debate mundial
Debido a la mayor volatilidad de los precios mundiales de los alimentos y a la demanda de biocombustibles en el último lustro, las tierras agrícolas se convirtieron en un lucrativo «commodity», o producto básico negociable, para los inversores internacionales, que se han centrado particularmente en África.
Según una investigación realizada en 2011 por el Banco, solamente en 2009 inversores privados compraron o arrendaron 60 millones de hectareas de tierras en países en desarrollo.
En muchos casos, organizaciones locales de la sociedad civil advierten que estas transacciones se llevan a cabo con la complicidad del gobierno y sin cumplir normas internacionales para consultar a las partes afectadas.
«Hay gobiernos que ceden tierras a inversores internacionales, gratis o a precios preferenciales, con la idea de que así se logrará un desarrollo más veloz», dijo a IPS el especialista Nicholas Minot, del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias, con sede en Washington.
«Hasta cierto punto eso tiene lógica, pero hay una gran cuestión: si esa tierra era propiedad del gobierno o si estaba ocupada por pequeños agricultores sin títulos. Establecer una tenencia segura de la tierra seguros para los campesinos es un asunto enorme pero crucial», agregó.
La conferencia de esta semana sobre tierra y pobreza, la décimocuarta que organiza el Banco Mundial, es la más grande realizada, e incluye la participación de gobernantes de varios países.
«Este no es un asunto nuevo para el Banco, pero ha cobrado mucho más destaque, aunque algunos países están más interesados que otros en lograr más transparencia para mejorar la gobernanza agraria», dijo a IPS el asesor sobre tenencia agraria de la institución, Jorge Muñoz.
El Banco desarrolló una nueva herramienta para que los gobiernos obtengan un análisis rápido de la situación de la propiedad agraria en sus territorios y del marco legal vigente. El Marco de Evaluación de la Gobernabilidad sobre la Tierra ya tiene 33 países que lo usan, según Muñoz
Además, el Banco ayuda a implementar las «Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional«, aprobadas en mayo de 2012 bajo los auspicios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Según la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), por lo menos 22 países han requerido asistencia técnica para implementar esas pautas. Aunque el proyecto todavía está en fase piloto, un «borrador cero» se divulgará el mes próximo.
«Las regulaciones voluntarias no siempre funcionan, pero en este caso pueden ser la única manera de garantizar que los pequeños agricultores no sean víctimas de abusos y puedan poseer tierras que quizás hayan ocupado por varias generaciones», dijo a IPS la cofundadora de Food Tank, Danielle Nierenberg, un centro de estudios con sede en Washington.
«Sin estas directrices, quedaremos en la anarquía. Gobiernos y consumidores deben tener la iniciativa para que las coporaciones se tomen esto en serio», agregó.
El Banco también participa en otro proceso de la FAO para desarrollar una serie de Principios para la Inversión Agrícola Responsable.
En los últimos años, algunas organizaciones de la sociedad civil cuestionaron el rol del Banco en la facilitación de compras de tierras a gran escala, en especial su rama para el sector privado, la Corporación Financiera Internacional.
Sin embargo, Muñoz dijo que buena parte de estas críticas exageraron el rol de la institución, que no se dedicó tanto a financiar como a ofrecer ayuda técnica para las reformas.
«Hay un importante problema mundial en el acaparamiento de tierras. El rol del Banco es, esencialmente, conducir la asistencia para que los países mejoren la gobernanza agraria y para mejorar la conducta de los inversores privados», sostuvo Muñoz.