Pozos abundan pero el agua escasea en Swazilandia

Nuevos proyectos con grifos comunales podrían ser la solución para Swazilandia. Crédito: Mantoe Phakathi/IPS
Nuevos proyectos con grifos comunales podrían ser la solución para Swazilandia. Crédito: Mantoe Phakathi/IPS

Desde hace cuatro años, Tintfombi Msibi pasa todos los días por un pozo abandonado en su aldea de Ekuphakameni, una de las más secas en el sur de Swazilandia, cuando se dirige a un sucio arroyo a dos kilómetros de distancia para recolectar agua."Tenemos que esforzarnos para traer agua a esta comunidad, porque el pozo que instaló el gobierno para nosotros se deterioró", dijo a IPS esta mujer de 52 años.

El pozo fue instalado gracias al gubernamental Plan de Agua Umtfombo Wekuphila, bajo la condición de que los beneficiarios crearan un fondo para su mantenimiento.

Sin embargo, Msibi dijo que algunos miembros de la comunidad son demasiado pobres para aportar la cuota mensual de 1,60 dólares.

"La mayor parte de las personas son pobres aquí, así que no pueden pagar", afirmó.
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Debido a la falta de mantenimiento, el pozo se fue deteriorando, y el costo de las reparaciones ahora exige que cada hogar reúna 10 veces más dinero del que contribuyó originalmente para la apertura del hoyo.

En un país donde 63 por ciento de la población vive por debajo de la línea de pobreza, de dos dólares diarios, 17 dólares es una suma muy alta.

Pero la comunidad de Msibi no es la única que tiene dificultades en el acceso al agua.

La organización no gubernamental Water Project sostiene que 90 por ciento de los proyectos comunitarios para suministrar el líquido en este país de África austral no están funcionando.

El director del Departamento de Agua Rural del Ministerio de Recursos Naturales y Energía, Obed Ngwenya, confirmó que la enorme mayoría de los proyectos estaban estancados, pero señaló que solo podía dar cifras concretas una vez que fuera evaluado el funcionamiento de cada uno de ellos.

"Más de 90 por ciento de los planes rurales de agua usan pozos, que suponen un gran desafío, porque se rompen", dijo Ngwenya a IPS. El resto de los proyectos consisten en manantiales, que son mucho más fáciles de manejar, explicó.

Además, indicó que, normalmente, cuando un pozo se rompe, se construye otro. "El que está deteriorado no es refaccionado, sino que queda ocioso", dijo Ngwenya.

La aldea de Ekuphakameni se encuentra dentro de la jurisdicción de Matsanjeni, que tiene 175 pozos. El director del distrito, Seth Gumbi, explicó a IPS que 75 de ellos no funcionan, y los 100 restantes no son suficientes para cubrir la demanda de los 17.000 habitantes.

Algunos pozos usan bombas operadas a mano que se rompen fácilmente, dijo Gumbi, y añadió que otras se deterioraron por la alta concentración de sal en el agua, que corroyó su mecanismo.

"Algunos pozos se secan debido a que el agua subterránea es insuficiente", explicó. "Hay pozos por todos lados, pero no hay agua para beber".

Trevor Shongwe, director interino del Departamento de Agua Rural, aseguró a IPS que el pozo de Ekuphakameni será reparado dentro de pocos meses, por lo cual Msibi no tendrá que salir de su aldea para obtener agua potable.

"Actualmente estamos haciendo un mapa de todos los planes de agua rural en el país para saber cuántos están funcionando y cuántos no", dijo Shongwe. Señaló además que cinco de los 55 distritos del país ya habían sido estudiados.

Shongwe indicó que el gobierno se asoció con privados y grupos de la sociedad civil para reparar los pozos dañados.

Según el presidente del no gubernamental Foro de Agua, Saneamiento e Higiene, Jameson Mkhonta, la mayor parte de los proyectos quedaron estancados por falta de mantenimiento. Y otros dejaron de funcionar debido a que las comunidades no podían pagar la electricidad que requieren las bombas.

"Como parte de una iniciativa de rehabilitación, también sensibilizaremos a las comunidades para que movilicen recursos de manera de pagar sus cuentas de electricidad", dijo Mkhonta a IPS.

Las comunidades también serán capacitadas sobre cómo administrar los proyectos en forma eficiente.

El Departamento de Agua Rural también insta a las comunidades a usar bombas de agua por gravedad, siempre que sea posible, para no gastar en electricidad.

Nsuka, comunidad ubicada a una hora de Manzini, la capital comercial del país, utilizará este tipo de bombas. Financiado por la organización World Vision Swaziland (WVS), el proyecto implica la construcción de un tanque con capacidad para contener 120.000 litros de agua de un manantial cercano.

"El manantial se ubica al tope de una colina, lo que facilita el bombeo gracias a la gravedad", explicó a IPS el gerente del programa de agua y saneamiento de WVS, Daniel Maduna.

El proyecto atenderá a partir de junio la demanda de 221 hogares con un promedio de 10 integrantes en cada uno, indicó Maduna.

Aunque el costo del proyecto sería bajo, los residentes de Nsuka tendrán que contribuir con el mantenimiento de las cañerías. Hasta ahora, reunieron 66 dólares para crear un fondo.

Maduna dijo que los grifos comunales serían instalados en un radio de 200 metros de cada hogar.

"Cada persona tiene derecho a 30 litros de agua por día. Este proyecto atenderá a esa demanda, y se espera que funcione más de 20 años", dijo Maduna.

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