Clima errático desnuda desigualdades de Nueva York

Gran parte de Nueva York quedó a oscuras el 30 de octubre de 2012, tras el paso de Sandy. Crédito: David Shankbone/cc y 2.0
Gran parte de Nueva York quedó a oscuras el 30 de octubre de 2012, tras el paso de Sandy. Crédito: David Shankbone/cc y 2.0

El «Spirit of America» es uno de los 10 ferries que trasladan pasajeros entre Manhattan y Staten Island, en esta ciudad estadounidense. Su quilla, sobre la cual se asienta toda su armazón, fue construida con acero de las Torres Gemelas, destruidas en los atentados del 11 de septiembre de 2001.

A bordo de él, uno puede tener una vista panorámica de la costa neoyorquina: desde el Battery Park, ubicado frente a los principales rascacielos del bajo Manhattan, pasando por las icónicas islas Liberty y Ellis, hasta los muelles de Red Hook.

"Nueva York tiene más kilómetros de litoral que Seattle, San Francisco, Chicago y Portland combinadas", dijo el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, en marzo de 2011, cuando anunció un plan para hacer que los 837 kilómetros de litoral marítimo sean más resistentes a los efectos del cambio climático.

Desde el "Spirit of America" se puede constatar una gran disparidad entre las distintas zonas ribereñas de la ciudad.

Según un artículo publicado por el diario The New York Times en septiembre de 2012, los miembros de la quinta parte más pobre de la población neoyorquina ganaron un promedio de 8.844 dólares el año anterior, mientras que los del quinto más rico ganaron 223.285 dólares.
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Estas cifras reflejan una desigualdad económica equivalente a la que existe en países del Sur en desarrollo.

El 17 septiembre de 2011, críticos del sistema denunciaron estas desigualdades a través del movimiento Ocupa Wall Street, instalándose en el Zuccotti Park del bajo Manhattan.

Y cuando el huracán Sandy azotó el litoral el 20 de octubre de 2012, los neoyorquinos sufrieron también en forma desigual.

La tormenta no discrimina

"Cuando golpea, una tormenta no discrimina por raza o clase social", dijo Albert Huang, abogado principal en el programa urbano Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales (NRDC, por sus siglas en inglés).

El distrito financiero de Wall Street fue afectado por Sandy. Negocios y restaurantes estuvieron cerrados por días, muchas luces de tráfico quedaron inutilizadas y las entradas al tren subterráneo permanecieron oscuras como cavernas.

Esto se vio en los cinco barrios de Nueva York. Pero donde se constató la desigualdad fue en la respuesta al desastre, dijo Huang a IPS.

El abogado explicó que las zonas que sufrieron más luego del paso de Sandy fueron las de ingresos medios, como Red Hook, Far Rockaways y Coney Island, donde hay muchos complejos de viviendas públicas.

Estos edificios, administrados por la Autoridad de Vivienda de la Ciudad de Nueva York (NYCHA, por sus siglas en inglés), son el hogar de cinco por ciento de la población de esta urbe.

"Las comunidades con mucho poder político e influencia son las que reciben los recursos, reciben todo tipo de servicios", explicó Huang, quien coordina el trabajo del NRDC en temas de justicia ambiental.

"La cuestión es: ¿estamos asegurando que nuestras comunidades más vulnerables reciban el mismo tipo de apoyo, para que puedan recuperarse de grandes tormentas como Sandy?", indicó.

2012, año récord

El año pasado fue registrado como el más caliente en la historia de Estados Unidos. Devastadores eventos climáticos, desde sequías hasta tormentas, motivaron una gran movilización el 17 de este mes en Washington exigiendo al gobierno de Barack Obama que tome medidas ante el cambio climático.

Los manifestantes también protestaron contra el proyecto de construcción del oleoducto Keystone XL, que trasladará petróleo obtenido en arenas alquitranadas de Canadá hasta la costa estadounidense sobre el Golfo de México.

Según James Hansen, científico climático de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), este oleoducto podría contribuir enormemente al recalentamiento planetario.

Moho y humedad

El cambio climático también exacerba problemas ya existentes de moho y humedad en las viviendas públicas, dijo Huang.

Según un informe divulgado en junio de 2011 por la Academia Nacional de Ciencias, la propagación del moho contribuyó a problemas de salud en la población.

Esto es especialmente preocupante en áreas de Nueva York donde ya hay mala calidad de aire, como East Harlem y South Bronx, indicó Huang.

La mayor cantidad de casos de asma del país se registran en esos barrios, rodeados por tres autopistas que generan una gran contaminación en el aire.

En los edificios de la NYCHA, el moho y la humedad se han agravado debido a que en muchos de ellos las cañerías están rotas y los techos se gotean.

En enero pasado, Bloomberg y el presidente de la NYCHA, John Rhea, anunciaron un plan para atender de aquí a fin de año las 420.000 órdenes de reparación atrasadas.

Pero Huang teme que esto no sea suficiente. "Aparecen con lejías y esponjas para sacar todo el moho de las paredes, pero hasta que no se eliminen los problemas de humedad, seguirá habiendo moho", indicó. "No se puede hacer solo cosmética".

Áreas vulnerables

La ciudad de Nueva York identifica como áreas de importancia marítima e industrial (SMIA, por sus siglas en inglés) a ciertos lugares de su litoral donde operan gran número de firmas industriales y negocios dependientes del agua.

Cuando la Alianza de Justicia Ambiental de la Ciudad de Nueva York (NYC-EJA, por sus siglas en inglés) inició un mapeo de las SMIA, notó algo preocupante.

"De inmediato nos dimos cuenta de que cada una de estas SMIA se encontraban en zonas vulnerables a oleadas causadas por tormentas", dijo el director ejecutivo de la NYC-EJA, Eddie Bautista.

La alianza elaboró su mapa con información procedente de todas las bases de datos ambientales públicas a las que pudo acceder, desde oficinas del estado de Nueva York hasta la federal Agencia de Protección Ambiental.

La NYC-EJA identificó seis SMIA en la ciudad de Nueva York: South Bronx, Sunset Park, Red Hook, Newton Creek, el astillero de Brooklyn y la costa norte de Staten Island.

Bautista señaló que había químicos en esas áreas a los cuales la población quedaría expuesta en caso de mareas causadas por una tormenta. Estos químicos son tricloroetileno, que es cancerígeno, naftalina, que puede causar daños de hígado, riñón y vista, y el n- hexano, que afecta el cerebro.

"La mitad de los negocios impactados por el Sandy fueron del sector industrial", indicó. "Para nuestras comunidades, esto presenta un claro y pertinente peligro".

"Sabemos que esas tormentas van a ser más recurrentes e intensas", indicó. "Si sabes que hay comunidades que por su perfil son vulnerables y no haces nada, no actúas, entonces estás abandonando una responsabilidad gubernamental básica".

Hace pocos meses, la NYC-EJA propuso una serie de recomendaciones a la ciudad para informarles a los residentes de las SMIA sobre los riesgos a los que estaban expuestos.

Se diseñó un plan al respecto y se fijó la fecha del 29 de octubre de 2012 para que fuera presentado ante la comisión de planeamiento de la ciudad. Pero algo inesperado e irónico ocurrió.

"Debieron cancelar la audiencia para discutir el plan de administración de zonas costeras de la ciudad debido a un severo evento climático y la marea causada por una tormenta", dijo Bautista. "No se puede inventar algo así".

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