Jóvenes liberianas se prostituyen para poder estudiar

Patricia Kollie debería estar en la escuela, pero está en su casa en Gbarnga, Liberia, machacando hojas de mandioca en un mortero. Fue expulsada por quedarse embarazada.

La casa de Kollie está muy cerca de la Escuela Secundaria Luterana St. Mark, en la ciudad de Gbarnga, condado de Bong, a 164 kilómetros de Monrovia.

Kollie tiene 21 años pero cursa el grado 11, porque no era posible estudiar durante la guerra civil de 14 años que finalizó en 2003 y que destruyó el sistema educativo.

El fin de la guerra debería haberle dado la oportunidad de reiniciar sus estudios. Pero el mes pasado la expulsaron.

"Éramos cinco encintas. Nos llamaron a la dirección y nos dijeron: ‘Ustedes están embarazadas. Puesto que sienten que son grandes, váyanse a sus casas. No puedo mantenerlas en mi escuela'", relató.
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Kollie dijo que le rogó al director, Peter Jutee, que la dejara permanecer en la escuela privada, pero él se negó, argumentando que embarazarse y seguir concurriendo a clases violaba los estatutos del centro de estudios.

Las otras cuatro jóvenes también solicitaron en vano que las dejaran completar el año lectivo.

Las escuelas privadas redactan sus propios estatutos, y el brazo educativo de la Iglesia Luterana de Liberia se ocupó del de la secundaria St. Mark.

"Tomamos la decisión guiados por nuestro manual. El artículo 10.2d establece que no podemos mantener a mujeres embarazadas en la escuela. Cuando dan a luz las volvemos a admitir", dijo Jutee.

La Ley de Educación de Liberia no dice nada sobre qué debería ocurrir con las jóvenes que quedan embarazadas mientras cursan sus estudios.

Carrera de obstáculos

El embarazo y la posterior deserción escolar es apenas uno de los muchos problemas que limitan el acceso de las liberianas a la educación.

Las que viven en zonas rurales tienen más obstáculos, como el mandato que imponen las prácticas tradicionales, la falta de escuelas y de apoyo financiero.

En abril, más de un centenar de jóvenes del distrito de Mah, en el norteño condado de Nimba, fueron retiradas a la fuerza de la escuela para iniciarlas en las tradiciones.

En las escuelas tradicionales, las niñas son sometidas a la mutilación genital y "preparadas para la vida matrimonial".

La situación en Mah llegó a tal punto que las autoridades cerraron la escuela, retiraron a los maestros y los destinaron a otros lugares.

Cuando en abril de 2006 lanzó la Política Nacional para la Educación de las Niñas, la primera mujer presidenta de Liberia y de África, Ellen Johnson-Sirleaf, dijo que la educación femenina sería crucial para el desarrollo del país.

El gobierno de Johnson-Sirleaf implementó una Política de Educación Primaria Gratuita y Obligatoria para avanzar hacia el segundo de los ocho Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio, que se propone alcanzar la enseñanza primaria universal para 2015.

En los últimos tres años, se logró aumentar la matrícula en 50 por ciento. Pero falta recorrer un largo trecho. La pobreza, los embarazos adolescentes, el analfabetismo y las violaciones hacen estragos entre las jóvenes liberianas.

Según la organización británica Save the Children, una de cada tres liberianas da a luz antes de cumplir 20 años, lo que representa una de las mayores prevalencias mundiales de maternidad adolescente.

Sexo y educación

Un informe divulgado en febrero por la organización Defence for Children International señala que la violación es el delito que se reporta con más frecuencia en Liberia, y que las niñas de entre 10 y 14 años son sus víctimas más frecuentes.

La situación de Kollie ejemplifica los desafíos que enfrentan las jóvenes que quieren estudiar. Ella dijo que quedó embarazada porque necesitaba el apoyo financiero del hombre con el que mantuvo relaciones sexuales.

"El hombre que me embarazó solo me estaba ayudando", sostuvo. Ahora, en un giro irónico del destino, lleva en su vientre al hijo de ese hombre y por eso mismo ya no puede beneficiarse de los estudios que él le pagó.

En Liberia, la cuota de las escuelas privadas es de 92 dólares, equivalentes al salario mensual de un empleado público.

El fenómeno tiene proporciones de epidemia. Un estudio de Save the Children concluyó que cuatro de cada cinco mujeres estudiantes mantenían relaciones sexuales a cambio de dinero para pagar su educación.

Otra investigación, realizada en 2011 por Action Aid Liberia y titulada "Las mujeres y la ciudad", sostiene que el "sexo transaccional" entre estudiantes y profesores, a cambio de buenas calificaciones, es un problema importante en tres de las principales universidades de Monrovia.

Muchas estudiantes son acosadas por sus profesores.

Kollie relató que, en su escuela, nueve estudiantes quedaron embarazadas el año pasado, pero algunas no fueron expulsadas. Interrogado sobre esto, Jutee replicó que las perdonaron solamente porque estaban a punto de graduarse.

La fundadora del Comité de Acción Mediática de las Mujeres de Liberia, Tovian Estella Nelson, sostiene que la expulsión de Kollie pone de relieve las complejidades de mantener a las niñas liberianas en las aulas.

Ese comité creó la primera emisora para mujeres del país: FM 91.1 Liberia Women Democracy Radio (LWDR, Radio Democracia Femenina de Liberia).

Kollie y las otras cuatro expulsads habían pagado las cuotas correspondientes a todo el año lectivo. Cuando las vuelvan a admitir, luego de tener a sus bebés, tendrán que empezar el año de nuevo, si es que logran reunir el dinero para pagar lo que ya abonaron.

A Kollie la indigna que las autoridades esperaran tanto tiempo, hasta que pagó todas sus obligaciones, incluso las de graduación, para anunciarle que estaba expulsada, apenas unas semanas antes de que concluyera el año lectivo, el 30 de junio.

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