Cuando los líderes de más de 100 países concluyan la conferencia Río+20 la próxima semana, habrán dejado atrás los restos de propuestas que no hallaron eco.
Entre estas, la creación de un Fondo Global para el Desarrollo Sostenible por 30.000 millones de dólares, un Impuesto a las Transacciones Financieras, un Consejo de Desarrollo Sostenible, un Fondo Global para la Educación, una Organización Mundial del Ambiente, y un Organismo Intergubernamental sobre Asuntos Impositivos.
Todas estas propuestas fueron hechas por ambientalistas, organizaciones no gubernamentales (ONG), grupos de derechos humanos, el Comité de ONGs de Financiación para el Desarrollo, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y el Panel de Alto Nivel sobre Sostenibilidad Global.
Tras estancarse en sus negociaciones -particularmente en temas relacionados con financiamiento y transferencia de tecnología- el Comité Preparatorio (PrepCom), integrado por los 193 países miembro de la ONU, no logró alcanzar un acuerdo el viernes 15 sobre el borrador de un plan de acción por una economía verde y el desarrollo sostenible.
Un documento unificado producido por Brasil, en su capacidad de país presidente de la cumbre, probablemente termine siendo el definitivo plan de acción, titulado "El futuro que queremos", y que deberá ser aprobado al término de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, conocida como Río+20, que se realizará del 20 al 22 de este mes en esta ciudad.
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Las propuestas, incluyendo el fortalecimiento y la actualización del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), dependen de la aprobación de la Asamblea General de la ONU.
Sobre la creación de nuevas metas de desarrollo sostenible, el plan de acción advierte que estas no deberían "desviar la atención o los esfuerzos de los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio (ODM)".
Pero las nuevas metas propuestas comenzarían a regir a partir de 2015, cuando venza el plazo para los ODM.
"Es muy difícil para mí decir algo que pueda dar la impresión de que estoy prejuzgando cualquier futura decisión de los estados miembros", dijo el secretario general del foro mundial, Ban Ki-moon.
Los ODM son ocho, y todavía se está considerando si las metas de desarrollo sostenible serán cinco, siete, ocho o 10, dijo Ban.
Además, señaló que la ONU necesita herramientas institucionales para implementar esos planes.
Algunas de esas herramientas manejadas son el fortalecimiento del PNUMA, así como la creación de un foro político intergubernamental de alto nivel, sobre la base de la actual Comisión sobre Desarrollo Sostenible de la ONU, para seguir de cerca el cumplimiento de los compromisos internacionales.
La cumbre recomendará que la primera reunión del foro de alto nivel sea celebrada en la sesión 68 de la Asamblea General, que comenzará en septiembre de 2013.
Hay otras dos nuevas propuestas en el plan de acción: la creación de un mecanismo de desarrollo de capacidades ,dentro de la ONU, para alcanzar las metas de desarrollo sostenible y el inicio de un proceso intergubernamental, a través de la Asamblea General, que proponga opciones para una efectiva Estrategia de Financiación al Desarrollo Sostenible, destinada a movilizar recursos.
No obstante, el plan de acción no incluye ningún compromiso financiero para apoyar la transferencia de tecnología a las naciones del Sur en desarrollo, las más afectadas por el cambio climático.
"De 287 párrafos, solo siete comienzan con la frase nos comprometemos ", lamentó el director político de Greenpeace International, Daniel Mittler.
En cambio, la palabra voluntariamente aparece 16 veces, mientras que la expresión si procede está en 31 ocasiones, indicó.
Estos números muestran que los gobiernos quieren postergar y no hacer nada en Río de Janeiro, añadió.
"La única gracia salvadora", dijo Mittler a IPS, es que haya un compromiso para adoptar un plan de protección a los mares abiertos.
El Plan de Rescate de los Océanos es la gran prueba para Río+20, pues demostrará la verdadera disposición de los gobiernos para hacer algo, sostuvo.
El borrador del documento final de Río+20 elude algunas de las recomendaciones hechas por un papel de 22 miembros, liderado por los presidentes Jacob Zuma, de Sudáfrica, y Tarja Halonen, de Finlandia, que produjo un ambicioso informe en enero pasado.
Las amplias recomendaciones, dirigidas específicamente a Río+20, incluyen la creación de una serie de indicadores de desarrollo sostenible, que vayan más allá del tradicional producto interno bruto para medir el crecimiento.
El panel también llamó a realizar un Informe Prospectivo sobre Desarrollo Sostenible Global anual, y propuso la creación del cargo de consejero científico de la ONU.
"Si es adoptado en términos generales, el último texto presentado por el gobierno brasileño condenará al mundo a un futuro de contaminación, saqueo y destrucción. Aquí no hay acciones, no hay compromisos, no está el futuro que queremos", dijo Mittler, de Greenpeace.