Expertos temen que el impacto del cambio climático en los frágiles ecosistemas de Jamaica exacerbe los estragos causados por la actividad humana y destruya por completo la industria turística local.
El turismo es uno de los pocos sectores de este país caribeño que ha experimentado crecimiento a pesar de la caída de la economía.
La industria turística creció 4,2 por ciento entre 2002 y 2007. Provee cerca de 2.000 millones de dólares al año, alrededor de la mitad de las divisas que ingresan a la isla y cerca de un cuarto de todos los empleos.
El sector es consciente de los desafíos que afronta, dijo a IPS la responsable de políticas sobre cambio climático del Ministerio de Turismo, Tina Williams. La funcionaria señaló que las proyecciones indican que el nivel del mar crecerá al punto de inundar gran parte de las áreas costeras, afectando la infraestructura, los hoteles y las atracciones.
También se prevé que más intensas precipitaciones y huracanes, alternados con días más secos y calientes, añadan presión sobre los ecosistemas y la industria turística.
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Pero Williams dijo que, aunque el sector no está trabajando específicamente contra el cambio climático, diversos actores implementan estrategias de reducción de desastres y programas para hacer más resistente a la industria.
"El cambio climático exacerbará todas las vulnerabilidades del sector, que sufrirá deslaves e inundaciones. Sin duda la industria sentirá el impacto, considerando que tiene muchos pequeños empresarios dependientes de la agricultura local", señaló Williams.
El turismo jamaiquino es especialmente vulnerable por su dependencia de los ecosistemas naturales, y ya ha sufrido daños irreversibles en varias áreas. Arrecifes moribundos
Informes indican que al menos 30 por ciento de la vegetación costera original de la isla se ha perdido. La mayor parte de los 1.240 kilómetros cuadrados de arrecifes de coral, con unas 111 especies, han muerto por la combinación de enfermedades y actividades humanas.
Del resto de los arrecifes, cerca de 60 por ciento están en riesgo, según indicó el World Resources Institute en 2010. La escorrentía agrícola y el vertido de aguas residuales en la costa también dañaron los arrecifes. Según datos del gobierno, los balnearios de Negril, Montego Bay y Ocho Ríos, así como varias partes de la costa sur, en el área protegida de Portland Bight, sintieron el mayor impacto.
El biólogo marino Andrew Ross indicó que la actual decoloración de los corales, la sobrepesca, el desmonte de tierras y la contaminación, particularmente con aguas servidas, son los principales factores de la pérdida de arrecifes.
"Varios sitios donde hay visitas turísticas regulares sufrirán muchos daños accidentales y causados por las anclas" de los barcos, e incluso por la recolección de objetos marinos para decoración, indicó.
Pero la situación es más preocupante en la costa de Negril. Allí, las dunas de arena hace tiempo han dejado el paso a viviendas de concreto, hoteles y plantas depuradoras de agua.
La propagada destrucción de la vegetación costera, de los bosques y de los humedales da una idea en la zona de los estragos que se espera provoque el cambio climático a nivel general.
El verdadero costo del desarrollo
La infraestructura turística de Negril fue construida a expensas de sus humedales costeros. Los bosques de manglares en la costa y las praderas de hierbas marinas fueron eliminados para permitir la creación de las blancas playas que los turistas adoran.
Sin embargo, ahora, esa reluciente arena que genera la mitad de los ingresos del país está desapareciendo a un ritmo de entre medio metro y un metro al año. Algunas zonas han perdido hasta 55 metros de playa en los últimos 40 años.
La erosión, concluyeron científicos de la Universidad de las Indias Occidentales, es directo resultado del desarrollo.
Con la remoción de los humedales, fueron destruidos organismos que habitaban los lechos marinos y que ayudaban a producir al menos la mitad de la arena.
"Las actividades humanas también desempeñan un importante papel" en la degradación de los arrecifes, indicó un informe del Proyecto para el Desarrollo de Metodologías ante Riesgos y Vulnerabilidades del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
El estudio también reconoce que fenómenos externos no son menos importantes.
El informe señala que el tradicional uso de hierbas marinas como compost para la agricultura también ha afectado los lechos. Muchos jamaiquinos además usan los mangles como combustible y como material para construir sus casas.
El futuro del turismo en Jamaica
Se prevé que el número turistas que vistan Jamaica totalice 3,1 millones de aquí a 2050, pero el cambio climático podría hacer que la cifra se reduzca a 2,7 millones, alertaron expertos.
Para reducir el impacto y reparar parte del daño, la isla lleva adelante un amplio programa de adaptación al recalentamiento planetario y de reducción de riesgos, replantando árboles y mangles, así como hierbas marinas.
Una organización no gubernamental local, con asistencia del sector privado jamaiquino, está creando un arrecife de coral artificial en la zona de Portland Bight, y otro en Negril.
Williams señaló que el Ministerio de Turismo trabaja también con otras agencias para sensibilizar a todos los actores.
Algo central para el plan de adaptación es el proceso de Valoración de los Recursos Naturales, que le adjudica valor monetario a los bienes de la naturaleza, explicó a IPS el economista ambiental Maurice Mason.
"Estamos construyendo una fórmula que nos ayudará a determinar el valor de nuestros recursos naturales, por si queremos desarrollarlos, preservarlos para el futuro o solo tenerlos por la satisfacción de tenerlos", dijo.