Las aguas internacionales, fuera de todas las jurisdicciones nacionales, representan 45 por ciento del planeta y están bajo grave amenaza debido a la sobrepesca y la contaminación.
"La próxima gran crisis ambiental global que nos espera es el colapso de los océanos", alertó Rémi Parmentier, de la High Seas Alliance (Alianza para Alta Mar), coalición de organizaciones no gubernamentales que trabajan por la conservación de los mares abiertos.
La Alianza se prepara activamente para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, conocida como Río+20, que se realizará del 20 al 22 de este mes en Río de Janeiro.
Los ambientalistas esperan convencer a los gobiernos sobre la importancia de la biodiversidad marina y de adoptar una postura decisiva en Río.
"Los países creen erróneamente que tienen otras prioridades. La crisis financiera, por ejemplo", dijo Parmentier a IPS. "Darle prioridad a las riqueza artificial, como el dinero y los servicios financieros, mientras se deja a un lado la riqueza natural, es decir, todo lo que podemos tomar de nuestro ecosistema, es un gran error", advirtió.
[related_articles]
"La naturaleza, el clima, la biodiversidad
Son elementos sin los cuales no podemos desarrollarnos de manera justa y sostenible", dijo.
La Alianza propone, entre otras acciones urgentes, eliminar los llamados "subsidios perjudiciales del ambiente", con los cuales los gobiernos apoyan actividades contaminantes, como el uso de combustibles fósiles, la sobrepesca y la agricultura industrial, desfavoreciendo a los sectores verdes.
"Estoy pensando en subsidios que financian la energía fósil con varios miles de millones de dólares todos los años, o también en los cerca de 1.000 millones de dólares que la UE (Unión Europea) le otorga a la pesca cada año, fomentando así su sobrecapacidad", dijo Parmentier.
Todos estos temas fueron ya tratados en la Cumbre de la Tierra, celebrada en 1992 también en Río de Janeiro, pero no de forma suficiente, señalan los activistas.
"Es increíble que, 20 años después de Río y de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, sigamos financiando fuentes de energía contaminantes y reduciendo en muchos países las subvenciones a las energías renovables, que son de hecho parte de la solución", lamentó Parmentier.
A comienzos de este mes, el ambientalista realizó una conferencia de prensa en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York junto a representantes del Llamado Global de Acción contra la Pobreza (GCAP, por sus siglas en inglés) y del grupo International Partners for Sustainable Agriculture.
Los tres portavoces hablaron especialmente sobre las metas de desarrollo sostenible que se espera sean acordadas en Río de Janeiro, entre las cuales se incluirá una referida a la conservación de los océanos.
"Mientras no se implemente un acuerdo sobre conservación de las aguas abiertas, nosotros y nuestros gobiernos no podemos tener voz para incidir en lo que está ocurriendo en casi la mitad del planeta", dijo Parmentier.
Las aguas internacionales sufren cada vez más la contaminación y la sobrepesca, lo que está llevando a la extinción de muchas especies. Por ejemplo, 90 por ciento de los mayores depredadores, como el atún, el bacalao y el tiburón, ya han desaparecido o están seriamente en riesgo, según la organización ambientalista española Ocean Sentry.
Para Parmentier, la tan esperada conferencia en Río será el momento ideal para finalmente tomar decisiones urgentes y establecer plazos vinculantes.
"Los estados han reiterado en el G-20, en la UE y en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) su voluntad para poner fin a los subsidios perjudiciales para el ambiente, pero la verdad es que aún estamos esperando. Esta cumbre sobre energía verde será definitivamente la oportunidad para acordar plazos", dijo.
Sin embargo, la eliminación gradual de algunos sectores debe ser acompañada de la expansión de otros. La Alianza promueve la investigación y el desarrollo de las energías renovables.
"No deberíamos hablar solo de un decrecimiento. Sí, es verdad, debemos procurar decrecer nuestra huella ecológica y nuestro impacto en los recursos, pero eso debe hacerse para alcanzar el crecimiento sostenible de los recursos que la humanidad y su ecosistemas necesitan para sobrevivir", dijo Parmentier a IPS.
Organizaciones ambientalistas esperan que Canadá, Estados Unidos, Japón y Rusia, cuatro países que con frecuencia rechazan el borrador del documento final de Río+20 en lo que respecta a los océanos, cedan a favor del interés común.
Proteger las aguas internacionales no es solo salvar los océanos, sino también los ecosistemas que sostienen la vida en el planeta, insistió Parmentier.