Aunque se redujeron, los números siguen siendo impactantes: cada dos minutos muere una mujer en el mundo por complicaciones en el embarazo o el parto.
Sangrados severos, infecciones, alta presión arterial o abortos inseguros son las principales causas de esos fallecimientos.
Noventa por ciento de las muertes maternas ocurren en los 132 países del Sur en desarrollo, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
No obstante, hay señales esperanzadoras en el horizonte, según un nuevo informe conjunto de la Organización Mundial de la Salud, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el Banco Mundial y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Los datos divulgados el miércoles 16 indican que la cantidad de mujeres que mueren por complicaciones en el embarazo o el parto casi se redujo a la mitad en las últimas dos décadas.
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El estudio, titulado "Tendencias en mortalidad materna: de 1990 a 2010", señala que la cantidad anual de muertes pasó de más de 543.000 a 287.000 en los últimos 20 años, una significativa caída.
Aunque se logró un progreso sustancial en casi todas las regiones, muchos países, particularmente de África subsahariana, aún están lejos de alcanzar la meta de reducir la mortalidad materna en 75 por ciento para 2015 respecto de los niveles de 1990, incluida en los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio.
"Me complace ver que el número de mujeres que mueren en embarazos y partos sigue mermando", dijo el director ejecutivo del UNFPA, Babatunde Osotimehin.
Esto demuestra que los esfuerzos intensificados de los países, apoyados por la agencia y otros socios en el desarrollo, están dando resultados, añadió.
"Pero no podemos parar aquí. Nuestro trabajo debe continuar para hacer que cada embarazo deseado y cada parto sea seguro", dijo Osotimehin.
No obstante, la disparidad sigue existiendo en los diversos países y regiones, según el informe.
Un tercio de todas las muertes maternas ocurren en solo dos países: en 2010, casi 20 por ciento (56.000) se registraron en India, y 14 por ciento (40.000) en Nigeria.
De los 40 países con las tasas más altas del mundo en muertes maternas, 36 son de África subsahariana.
Según el informe, en 10 países se producen 60 por ciento de todas las muertas maternas: India (56.000), Nigeria (40.000), República Democrática del Congo (15.000), Pakistán (12.000), Sudán (10.000), Indonesia (9.600), Etiopía (9.000), Tanzania (8.500), Bangladesh (7.200) y Afganistán (6.400).
Al mismo tiempo, 10 países alcanzaron la meta de reducir 75 por ciento los fallecimientos en los embarazos y partos: Belarús, Bután, Guinea Ecuatorial, Estonia, Irán, Lituania, Maldivas, Nepal, Rumania y Vietnam.
El informe también señala que, en 2010, la tasa mundial fue de 210 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos.
África subsahariana presentó el índice más alto, con 500 muertes por cada 100.000 nacidos vivos. En esa región, las probabilidades de que una mujer fallezca en un embarazo o parto son de una en 39.
En Asia sudoriental, el riesgo es de uno en 290, mientras que en el Norte industrializado es de uno en 3.800.
"Un importante obstáculo que dificulta los esfuerzos para evaluar los progresos de forma adecuada es la falta de información confiable", admite el informe.
En muchos países en desarrollo, muchas muertes y sus causas no son registradas correctamente, sobre todo en los casos de mujeres que fallecen en sus casas.
En una declaración divulgada en Nueva York, Osotimehin indicó que su agencia sabía exactamente qué hacer para impedir las muertes maternas: mejorar el acceso a métodos de planificación familiar, invertir en personal de salud capacitado y mejorar la atención obstétrica de emergencia cuando surgen las complicaciones.
"Estas intervenciones han salvado vidas y han acelerado los progresos hacia la meta cinco de los Objetivos del Milenio", indicó.
Todavía mueren más de un cuarto de un millón de mujeres cada año por complicaciones en el embarazo o el parto, y más de 215 millones aún carecen de acceso a métodos anticonceptivos modernos, añadió.
Atender la necesidad de planificación familiar voluntaria de estas mujeres no es solo cumplir con un derecho humano, sino que además es vital para reducir en un tercio el número de muertes maternas, agregó, señalando que se trataba de una "estrategia de salud pública altamente rentable".
"Es excelente que el tema del mejor acceso a la planificación familiar regrese a la agenda del desarrollo, luego de ser pasado por alto tantos años. Nosotros en el UNFPA hacemos lo mejor para obtener apoyo en esta inversión clave para garantizar la salud de las mujeres y las adolescentes", indicó Osotimehin.
"Esas nuevas estimaciones demuestran cómo está progresando la salud materna a nivel mundial y cómo mejora la calidad de la información. También revela cómo la ONU es capaz de trabajar unida para mejorar la situación de las mujeres y adolescentes", añadió.