Desde hace ya algún tiempo, las fotografías de las paradisíacas playas del Caribe de los folletos turísticos no reflejan la realidad actual. Es que no aparecen las toneladas de basura acumuladas que ponen en peligro el paisaje.
La esperanza de revertir la situación llegó de la mano de una empresa británica que transforma desperdicios en energía.
Varios países de la región realizaron acuerdos con Naanovo Energy Inc. para instalar plantas que convierten la basura en electricidad y agua potable, al tiempo que reducen la dependencia con los combustibles fósiles.
"El Caribe es una región hermosa, pero no tiene tierra ni recursos", señaló Tony Fiddy, presidente de la división de Desperdicios a Energía y vicepresidente para Europa y África de Naanovo.
"Si quieres fomentar la energía solar, necesitas vastas extensiones de tierra; si quieres usar el viento, necesitas grandes campos eólicos. ¿Pero qué tenemos por ahora?: basura", dijo Fiddy a IPS.
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En una planta incineradora, Naanovo produce siete megavatios de electricidad y 36.000 litros de agua potable a partir de 180 toneladas de basura.
Con equipos modernos que controlan la contaminación, las emisiones de la planta son casi nulas y no representan prácticamente ningún riesgo para el ambiente, la salud o la seguridad de los residentes de la zona.
La Organización de Turismo del Caribe, con sede en Barbados, realiza todos los años la Conferencia sobre Turismo Sustentable. Junto con Invest Caribbean Now, una marca fundada por Felicia Persaud, presentó el Foro de Inversiones Verdes en la tercera semana de este mes, cuando se destacaron los beneficios de esta tecnología.
"Guyana y el Caribe tienen abundante sol, viento, agua y otros recursos naturales", señaló Persaud, directora de una compañía de medios digitales de Nueva York.
"Que quede claro que invertir en la energía limpia no es solo una cuestión de responsabilidad ambiental, sino un buen negocio porque ninguna región ofrece perspectivas de crecimiento a largo plazo en el sector como el Caribe", añadió.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente señaló que los inversores destinaron el año pasado 211.000 millones de dólares en energías renovables a escala global, 72.000 millones de los cuales en los países en desarrollo.
América del Sur y Central se aseguraron 13.100 millones de dólares, pero el Caribe no recibió ni un centavo.
"Es un desafío para la región posicionarse para aprovechar esta oportunidad de forma sustentable y transparente. Nuestros gobernantes deben cambiar su forma de pensar y no temer a aventurarse fuera de los sectores tradicionales, como la moribunda industria azucarera para producir etanol", indicó Persaud.
Naanovo invirtió 50 millones de dólares en San Cristóbal y Nieves para construir una planta de procesamiento de siete megavatios, y está negociando con Jamaica y Santa Lucía para desarrollar proyectos similares en esos países.
Las iniciativas, creadas por medio del acuerdo BOOT (siglas en inglés de construir, poseer, operar y transferir), pasarán a manos de los respectivos estados a los 25 años.
Fiddy indicó que San Cristóbal y Nieves, con 50.000 habitantes, tiene 130 toneladas de basura. En el marco del proyecto, que aguarda la aprobación final del gobierno del primer ministro Denzil Douglas, se cerrará el vertedero actual y los residuos de cinco años se convertirán en energía.
"Santa Lucía tiene 80.000 habitantes, con lo cual debe haber suficiente cantidad de residuos para instalar una planta de 14 o quizá 21 megavatios. Jamaica tiene 2,8 millones de personas y ahí sí hablamos de una de 21 megavatios", explicó.
El ejecutivo de Naanovo agregó que la región del Caribe tiene un enorme potencial para desarrollar proyectos de energía renovable, principalmente por sus condiciones climáticas ideales para producir energía solar, eólica y a partir de la biomasa.
"Nuestra organización creó una tecnología que toma lo que tu pones en el contenedor y lo convierte en energía", indicó.
El presidente de Guyana, Donald Ramotar, señaló que los residuos suponen un gran problema para el país, en especial en la capital y la región costera.
"Realizamos muchas campañas educativas, por lo general diciéndole a la gente que no ensucie, estamos afrontando el problema", dijo a IPS.
"Estudiamos otras tecnologías y la posibilidad de reciclar. Ofrecemos exoneraciones impositivas para las compañías que quieran instalarse aquí para esto último", indicó.
"Algunas pequeñas empresas comenzaron a reciclar. Empiezan a darse cuenta que pueden hacer dinero, pero creo que debe hacerse a una escala mucho mayor", añadió Ramotar.
Convertir la basura en energía es una práctica cada vez más popular en el mundo. Es una solución para los vertederos que permite quemar los residuos comunes de los hogares y convertirlos en energía valiosa, ya sea eléctrica, vapor o agua caliente.
Tras señalar que las centrales de energía alimentadas con combustible fósil son comunes en el Caribe, Fiddy dijo que su compañía está preparada para desempeñar un papel mucho mayor en el futuro para que la región adopte fuentes alternativas de energía y abandone la tradicional, menos sustentable.
"Las soluciones para generar energía solar y a partir de los residuos y de la biomasa contribuyen a esa transformación y estamos deseoso de participar", apuntó.
"Los gobiernos del Caribe deben abrir la puerta a empresas como la nuestra para que les mostremos cómo se hace y dar los pasos necesarios para invertir en estas soluciones de fuentes de energía alternativa", añadió.