Los jóvenes de la occidental aldea senegalesa de Darou Ndoye no pensaban en otra cosa que no fuera buscar un futuro mejor en las ciudades o en Europa. Pero ahora tienen la posibilidad de quedarse en su tierra natal.
Cuarenta jóvenes trabajan en una granja de 20 hectáreas gracias a un plan de apoyo del gobierno.
La granja, rehabilitada en 2008 gracias al programa Regreso a la Agricultura (REVA), cuenta con una bomba de agua a gasóleo que activa una red de rociadores cubriendo 10 hectáreas y un pequeño sistema de pivotes que extienden la irrigación a otras cinco.
El programa REVA fue creado en 2006 con el objetivo de combatir la inseguridad alimentaria y el desempleo, mediante iniciativas privadas.
El plan también procura reducir la emigración de las zonas rurales a las urbanas y a Europa. El REVA recibe financiamiento de los gobiernos de España y de Marruecos, así como del propio presupuesto senegalés.
[related_articles]
Los jóvenes agricultores se dividen en dos grupos, cada uno de los cuales produce diferentes tipos de verduras.
"Cultivamos repollos, tomates, papas, pepinos y zanahorias", señaló Mbaye Ndiaye, de 34 años, quien preside ambos grupos. También indicó que la producción se vende en los mercados locales, así como en los países vecinos de Gambia y Malí.
Los 40 jóvenes utilizan con éxito técnicas de rotación de cultivos y de plantación fuera de temporada.
Ndiaye dijo que, en 2011, la granja produjo 80 toneladas de pimientos, 150 de tomates, 200 de repollos, 250 de papas y 155 de zanahorias.
"Obtuvimos unos 28 millones de francos CFA (55.000 dólares) en ganancias netas, y cada miembro recibió unos 700.000 francos CFA (1.400 dólares) el año pasado", dijo a IPS.
Ndiaye indicó que la temporada 2009-2010 también fue buena, a pesar de que no toda la granja era productiva. "Utilizamos unas ocho hectáreas, pero en 2010 fue el verdadero comienzo de las ventas, luego de que la granja fuera rehabilitada. Vendimos 20 toneladas de repollos, 145 de zanahorias y 257 de tomates", señaló.
Entonces "éramos solo 25, obteníamos unos 20 millones de francos CFA (alrededor de 40.000 dólares) y cada persona ganaba unos 400.000 CFA (800 dólares). Una buena parte de nuestros ingresos se destinaba a reparar el surtidor y comprar semillas", añadió.
Adja Aïda Cissé, concejal de la zona y presidenta de un grupo local de apoyo a las mujeres rurales, destacó el impacto socioeconómico de la granja de Darou Ndoye.
"Nosotros mismos nos procuramos nuestros alimentos. Nos mantenemos gracias a los ingresos de la granja. No hay mejor forma de luchar contra la pobreza", afirmó.
"La aldea era uno de los principales puntos de origen de la emigración clandestina a Europa a través del mar", añadió. "Muchos jóvenes que consideraban irse, ahora trabajan en la granja".
El éxito del programa es ampliamente reconocido, pero quedan desafíos por superar.
Papa Guèye, quien en su momento intentó emigrar a España en un pequeño bote pesquero, trabaja en la granja desde el inicio del proyecto. Pero se queja del alto costo de los fertilizantes.
"Necesitamos 300 bolsas de estiércol por cada hectárea, y cuestan 1.500 francos CFA (tres dólares) si es de gallina y 700 francos CFA (1,40 dólares) si es de vaca", dijo a IPS.
Saliou Mbaye dijo que gana cerca de 1.000 dólares cada temporada, pero que no tiene aún los elementos necesarios para trabajar, y se queja del alto costo del gasóleo para la bomba de agua.
"El gasóleo es caro. Cada cuatro años gastamos 160.000 francos CFA (unos 320 dólares) por cada 200 litros", indicó el agricultor.
"Necesitamos tractores y acceso a más agua para expandir el tamaño de la granja e incrementar las ventas. Nuestro producto tiene una gran demanda en la frontera con Malí, Mauritania y Gambia", dijo a IPS.
El director del REVA, El Hadji Malick Sarr, subrayó que el programa permitió crear equipos de jóvenes agricultores en 23 granjas que ahora producen grandes cantidades de frutas y verduras, 80 por ciento de las cuales son para exportación.
El plan equipó a un total de 1.700 hectáreas con sistemas de irrigación, y pudo así generar 7.000 empleos, dijo a IPS. "De una hectárea de verduras en un año, un joven productor puede obtener 1,7 millones de francos CFA. Pero la tierra disponible solo nos permite darle a cada uno menos de media hectárea".
Durante una visita a Senegal en noviembre de 2011, el director de la División para África Occidental y Central del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), Mohamed Béavogui, conoció las granjas del REVA, entre ellas las de Darou Ndoye.
"Lo que hemos visto aquí es un enfoque innovador", destacó. "Permite que jóvenes agricultores no solo garanticen su propia seguridad alimentaria, sino también que produzcan para mejorar sus condiciones de vida".
El funcionario dijo esperar que esta iniciativa se fortalezca con otros proyectos agrícolas apoyados por el FIDA.