El constante zumbido de los mosquitos fue la primera señal de que algo estaba mal. Bernard Akumiah podía escuchar claramente a los pequeños insectos, pero no veía a ninguno alrededor.
El zumbido luego se transformó en voces que llegaban desde habitaciones cercanas. Parecían hablar en francés, un idioma que no entendían ni Akumiah ni su hermano, con quien vivía.
Era el año 1982, y esas fueron las primeras señales de que Akumiah, entonces joven y con toda su vida por delante, padecía esquizofrenia.
El desorden mental, que ahora puede ser tratado con una adecuada combinación de antipsicóticos, se caracteriza por delirios paranoides y alucinaciones auditivas, por lo general relacionadas con disfunciones sociales y ansiedad.
La vida de Akumiah cambió cuando se le diagnosticó la enfermedad. Como muchos otros con esquizofrenia, ha sido víctima del estigma social.
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"Al principio recibí mucho apoyo de mi familia. Hasta me traían comida para que no comiera la preparada por el hospital, pero cuando fui dado de alta, en algún momento, hubo algo de discriminación", dijo Akumiah.
El estigma es el mayor impedimento para el tratamiento de los problemas mentales en Ghana. Se espera que se apruebe una ley específica para fines de marzo con la cual se mejorarían los servicios y la atención.
Ahora con 59 años, Akumiah ha logrado controlar su enfermedad tomando fuertes antipsicóticos todos los días. Es voluntario en la Sociedad de Salud Mental de Ghana, y dedica gran parte de su tiempo libre a combatir el estigma asociado con los males psiquiátricos.
Es uno de los pocos ghaneses que pueden llevar una vida normal a pesar de padecer una enfermedad grave.
Subrayó que el gobierno debía reconocer oficialmente a las enfermedades psiquiátricas como un problema de salud.
"Cuando te enfermas, tu familia te rechaza. Entonces, ¿quién te va a cuidar? El gobierno debe aceptar y atender a las personas con problemas mentales con todo su corazón, y no solo de palabra, sino con hechos", añadió.
Se estima que 98 por ciento de los ghaneses con enfermedades psiquiátricas reciben tratamiento. Solo hay tres centros de atención especializada en el país, y todos localizados en el sur, la zona más populosa.
Ghana tiene más de 24 millones de habitantes, pero solo 12 psiquiatras.
Este país gasta apenas uno por ciento de su presupuesto anual de salud en el tratamiento de las enfermedades de la mente. Profesionales del sector estiman que al menos 10 por ciento de la población sufre algún tipo de desorden psiquiátrico.
Akwasi Osei, director del Hospital Psiquiátrico de Accra, el mayor de su tipo en este país, sostuvo que al menos siete por ciento del presupuesto total de salud debía ser destinado a la atención de los problemas mentales.
"Nuestro sistema de salud mental es muy pobre", indicó Osei.
El hospital alberga a 800 pacientes pero solo cuenta con 500 camas. En la sala para hombres, los pacientes vagan por un patio abierto, fuertemente medicados, rogando por comida o por salir del lugar. Algunos reciben visitas de familiares, pero otros han sido abandonados.
Osei dijo que las enfermedades mentales no eran una prioridad en Ghana debido al estigma social, y que se manifiesta en tres formas: contra la condición misma, contra el paciente y contra el profesional que lo atiende.
"Es el miedo a lo desconocido", dijo Osei. "La gente no sabe exactamente qué es la enfermedad mental y qué causa. Y nosotros somos seres crédulos. Queremos creer. Y si quieres creer y no entiendes, entonces abrazas la superstición. La superstición se convierte en un antídoto contra la ignorancia".
Esto se ve claramente en campamentos religiosos en distintas partes de Ghana, a donde son llevadas personas con enfermedades mentales y encadenadas mientras los predicadores rezan por su recuperación milagrosa.
Pero profesionales de la salud y activistas creen que la nueva ley podría ayudar a poner fin al estigma y permitir un mejor tratamiento.
El proyecto fue presentado en el parlamento en 2006, y ahora es analizado por un comité.
Humphrey Kofie, secretario ejecutivo de la Sociedad de Salud Mental de Ghana, dijo que miembros del comité le habían adelantado que el texto sería aprobado en marzo próximo.
Kofie aseguró que la norma ayudaría a proteger los derechos de las personas con enfermedades psiquiátricas. A muchas, por ejemplo, se les prohíbe votar en las elecciones.
Por su parte, Osei destacó que la nueva ley sería una de las más avanzadas en el campo de toda África.
"La atención médica estará centrada en la comunidad, en vez de estar institucionalizada. Será creada una junta y un fondo para reunir recursos", indicó.
Además, se creará un "departamento de educación pública para reducir el estigma, y capacitar y supervisar a los curanderos tradicionales".
El proyecto de ley también proveerá fondos adicionales para la salud mental, aunque todavía no se han divulgado cifras.
No obstante, Kofie señaló que la ley necesitará de adecuados instrumentos legislativos para ser aplicada.
La Ley de Derechos para la Discapacidad, aprobada en 2006, aún no ha entrado en vigor. Muchos edificios públicos son todavía inaccesibles para las personas con limitaciones físicas. Kofie teme que lo mismo pase con la norma sobre salud mental.