Aun cuando los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) que visitaron esta semana Irán no se fueron satisfechos, el exdirector de ese organismo, Hans Blix, urgió a las partes a efectuar el mayor esfuerzo para aflojar las tensiones por el programa nuclear iraní y evitar una guerra.
"Esperemos ahora una reunión entre iraníes y representantes del P5+1 (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia y Alemania), quizá en Estambul y pronto, y tememos que haya guerra", señaló Blix, excanciller de Suecia que dirigió la AIEA entre 1981 y 1997, en una conferencia el martes 21 en el Capitolio, sede del Congreso legislativo de Estados Unidos.
"Podemos sentarnos y soñar con grandes soluciones. Pero por ahora debemos distender una situación muy grave y peligrosa", apuntó Blix, quien encabezó una misión de inspección de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Iraq en busca de armas de destrucción masiva que nunca se hallaron, antes de la invasión dirigida por Estados Unidos en 2003.
Ahora, Teherán es acusado por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) de desarrollar armamento nuclear, mientras su gobierno niega que su programa atómico tenga fines bélicos.
Tras una visita de dos días a Irán, la segunda en menos de un mes, una delegación de alto nivel de la AIEA expresó frustración pues algunas de sus solicitudes fueron denegadas por las autoridades de la república islámica.
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El jefe de la AIEA, el japonés Yukiya Amano, señaló que hubo "espíritu constructivo" en Teherán, pero Irán no accedió a la solicitud de los inspectores de visitar la base militar de Parchin, a unos 30 kilómetros al sudeste de Teherán, en la que se estarían realizando ensayos de armamento, sospecha la agencia.
Por su parte, un portavoz del gobierno iraní insistió en que la cooperación con la AIEA "continúa y está en su mejor nivel".
Pero Blix acusó a todas las partes de "arrinconarse".
En un libro publicado en 2004, el funcionario sueco acusó al expresidente estadounidense George W. Bush (2001-2009) y al ex primer ministro británico Tony Blair (1997-2007) de exagerar la amenaza de armas de destrucción masiva de Iraq para obtener apoyo de sus ciudadanías y lanzar la invasión.
La tarea más urgente ahora, insistió, es reducir la tensión entre Irán e Israel, que escaló en los últimos dos meses, y preparar "el camino para más conversaciones" a fin de evitar cualquier "consecuencia no buscada" y desastrosa.
Estados Unidos y la UE además de Israel, las potencias que asumen la postura más dura contra Irán deben expresar claramente a Teherán que "todas nuestras ofertas están sobre la mesa" y "no solo las amenazas", señaló Blix en la conferencia patrocinada por el National Iranian American Council (NIAC, por sus siglas en inglés)
Las noticias de que Israel podría atacar instalaciones nucleares iraníes en algún momento de este año, así como las respuestas amenazantes de Teherán, elevaron la ansiedad y el precio del petróleo en varias ciudades del mundo, entre ellas Washington y Londres, dos de los aliados más cercanos del Estado judío.
Tras reunirse con autoridades israelíes la semana pasada, el presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, general Martin Dempsey, declaró a la cadena de noticias estadounidense CNN que un ataque israelí no sería "prudente" en este momento y describió a Irán como un "actor racional".
Los comentarios de Dempsey molestaron a las autoridades israelíes. Según el periódico Haaretz, el primer ministro Benjamin Netanyahu se quejó con el consejero de seguridad nacional del presidente Barack Obama, Tom Donilon, cuando este visitó Jerusalén el fin de semana pasado.
"Los iraníes ven que hay diferencias entre Estados Unidos e Israel, y que los estadounidenses objetan una operación militar. Eso reduce la presión sobre ellos", declaró un alto funcionario israelí a ese periódico.
Colin Kahl, hasta hace muy poco responsable del Departamento (ministerio) de Defensa para Medio Oriente, participó en la misma conferencia con Blix, y dijo que un ataque israelí contra Irán sería contraproducente.
"Si nos preocupa una bomba nuclear iraní, es probable que el camino más corto hasta ella sea un ataque israelí relativamente ineficaz", sostuvo Kahl.
Los cálculos sobre el grado de desarrollo del programa nuclear de Irán son "ligeramente diferentes" a los de Washington, arguyó Kahl.
Los israelíes temen que las instalaciones más importantes para enriquecer uranio sean muy pronto enterradas en lo más profundo de la tierra, en especial en la central de Fordow, cerca de la norteña ciudad de Qom, y a salvo de las bombas convencionales más poderosas de Israel, lo que permitiría a Teherán ingresar a una "zona de inmunidad" dentro de pocos meses.
Pero el gobierno de Obama cree que la situación no es ni por asomo tan urgente, no solo porque Washington tiene armamento capaz de penetrar en Fordow, sino porque Irán afronta varios obstáculos cuya superación le llevará dos o tres años antes de poder fabricar una ojiva misilística, si es que decide hacerla.
"No tiene mucho sentido lanzar una guerra preventiva sobre la base de una zona de inmunidad si lo único que lograrás es que tu adversario reconstituya su programa en las centrales a las que no puedes acceder", declaró Kahl.
El exinspector de la AIEA, Robert Kelley, coincidió en este punto y remarcó en la conferencia del martes 21 que todas las instalaciones que podrían ser utilizadas para fomentar la capacidad nuclear de Irán están bajo supervisión de la agencia.
"Queremos que siga así, y lo peor que me imagino es estar al borde de una guerra que lleve a los iraníes a expulsar a la AIEA. Sería un desastre", añadió.
"Finalmente es una cuestión de voluntad, una cuestión de decisión", indicó Blix, quien arguyó que los iraníes están en la "ruta" nuclear, pero "falta mucho antes de que tengan un arma". No se llegó "al final de la vía diplomática" y los beneficios de un acuerdo negociado para todas las partes superarán todos los costos.
Pero el lobby israelí sigue trabajando en el Capitolio para limitar la capacidad negociadora de Obama.
Unos 30 senadores propusieron la semana pasada una resolución que llama al gobierno a descartar tanto una estrategia de "contención" como cualquier acuerdo negociado que permita el enriquecimiento de uranio en suelo iraní, aun si Teherán accede a las más estrictas medidas de supervisión de la AIEA a fin de asegurar que nada pueda ser desviado hacia un programa armamentístico.
De ser adoptada, la resolución "pone a Estados Unidos en el camino de lanzar su propia guerra contra Irán", señaló el exanalista de la Agencia Central de Inteligencia para Medio Oriente, Paul Pillar.
Kahl observó que la resolución no es vinculante, pero coincidió en que su "retórica" y su mensaje resultarán contraproducentes para una negociación exitosa.
El resultado de "negociadores que boxean en un cuadrilátero" hará "menos probable una solución diplomática y más posible un final movido", advirtió.
Rusia sumó el miércoles 22 su voz a las advertencias contra un ataque de Israel a Irán.
"Por supuesto, cualquier escenario militar contra Irán será catastrófico para la región y para todo el sistema de relaciones internacionales", señaló el vicecanciller ruso Gennady Gatilov.
* Con aporte de Jim Lobe (Washington)