De no ser por el VIH/sida, Sudáfrica tendría 4,4 millones más de habitantes que ahora. Este importante enlentecimiento demográfico causa una desaceleración económica y problemas sociales, advierten investigadores.
Datos recabados por el Instituto Sudafricano de Relaciones Raciales (SAIRR, por sus siglas en inglés) muestran que este año, en teoría, el país debería tener 55 millones de habitantes. Pero cuenta actualmente con 50,6 millones.
Sin sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), para 2040 la población sudafricana alcanzaría 77,5 millones.
"La reducción en el crecimiento de la población tiene un impacto negativo en Sudáfrica, porque el grupo más afectado por el VIH (virus de inmunodeficiencia humana) y el sida tiene entre 15 y 49 años, que es la edad más productiva", explicó Thuthukani Ndebele, investigador del SAIRR, sobre los datos publicados el 23 de este mes.
"Si este grupo etario continúa muriendo tempranamente, veremos un severo impacto social y económico en todo el país", advirtió.
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Sudáfrica ha perdido rápidamente buena parte de su fuerza laboral, lo que derivó en la disminución de productividad.
El análisis del Instituto, que se basa en estadísticas de la Sociedad Actuarial de Sudáfrica y el Instituto Sudafricano para las Investigaciones de Futuros, concluye que casi la tercera parte de todas las muertes registradas en 2011 estuvieron relacionadas con el sida.
Se prevé que para 2025 esta proporción aumentará hasta la friolera de 121 por ciento y aun más que en 2000, según el SAIRR.
Expertos en economía afirman que esto desacelerará la economía. "Una epidemia como esta, que afecta a gran parte de la población, sin dudas tiene un impacto económico negativo", confirmó David Hornsby, investigador del Departamento de Investigaciones Internacionales de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo.
"Esto limita la cantidad de personas educadas y calificadas que participan en la producción, la creación de empresas, la innovación, y el desarrollo", agregó.
El SAIRR también pronostica que la cantidad total de personas con VIH/sida llegará a seis millones en 2015, el doble del número registrado en 2000. Esto "debería ser un serio llamado de atención para Sudáfrica", dado que implicará "una crisis seria para el desarrollo económico y social del país", dijo Hornsby.
El VIH/sida no solo reduce la expectativa de vida, sino que también es ampliamente responsable de males sociales como la orfandad y los hogares donde niñas y niños asumen responsabilidades de adultos. En 2009, alrededor de dos millones de menores sudafricanos habían perdido a uno de sus padres o a los dos, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Casi un tercio de la población del país tiene menos de 15 años, subrayó, Siobhan Crowley, de Unicef.
"Esto significa un serio desequilibrio demográfico. Y el gobierno sudafricano se está esforzando por brindar el apoyo que necesitan esas personas, en términos de educación, bienestar social y servicios de salud", señaló.
La gran cantidad de huérfanos en esta franja etaria, así como familias donde los jefes de hogar son los abuelos, han empezado a crear una mayor dependencia del sistema de bienestar social, que demanda una tajada aun mayor del presupuesto nacional.
Las organizaciones sudafricanas de bienestar social confirman con persistencia el aumento de la indigencia debido al VIH/sida. "La cantidad de familias necesitadas y de personas que no pueden satisfacer sus necesidades más básicas aumenta continuamente", advirtió Bernice Roeland, directora de la no gubernamental AIDS Response, con sede en Ciudad del Cabo.
A Roeland le preocupa que, sin un esfuerzo concertado para prevenir nuevas infecciones y manejar las existentes de modo más efectivo, la carga futura sobre el sistema de seguridad social de Sudáfrica pronto se vuelva insoportable.
"Cuestiones como el bienestar social, la salud, la seguridad alimentaria, la pobreza y la vivienda están estrechamente interrelacionadas", dijo Roeland.
"Si las inversiones a largo plazo en nuestra población, especialmente en nuestros niños, no son suficientemente rigurosas, el sistema social puede terminar colapsando", agregó.
Investigadores del SAIRR se muestran particularmente preocupados por el aumento de la carga que el VIH/sida tendrá sobre el sistema de salud pública.
Según el Banco Mundial, en 2009 los sudafricanos gastaron casi nueve por ciento de su producto interno bruto (PIB) en salud, casi el doble que la mayoría de las naciones industrializadas. Este porcentaje puede aumentar aun más en el futuro cercano.
"Nueve por ciento es una cantidad significativa. Los presupuestos de salud pueden tener que aumentar aun más si los gobiernos quieren impedir que el VIH/sida tenga un efecto todavía más negativo sobre la economía", dijo Ndebele.
Como las personas VIH-positivas viven más gracias a los tratamientos antirretrovirales, también generan grandes gastos en atención a la salud en el transcurso de su enfermedad, indicó.
Pero esto tiene una contracara: el mayor acceso a las terapias antirretrovirales ayuda a que los adultos con sida continúen económicamente activos por más tiempo, aliviándole otros costos al sistema social.
Expertos de los sectores académico, económico y social enfatizaron la urgente necesidad de hacer un mayor esfuerzo por impedir nuevas infecciones con VIH como única manera de reducir efectivamente los costos de este mal en la sociedad.
"En Sudáfrica vive 0,7 por ciento de la población mundial, pero representa alrededor de 17 por ciento de todos los casos de VIH en el mundo. Esa correlación es preocupante y tiene que cambiar", dijo Ndebele.