Mientras desarticula una dictadura militar cincuentenaria sin que se dispare un solo tiro, el presidente birmano Thein Sein recurre al arte político de hacer acuerdos.
Las reformas impulsadas por el general en retiro en menos de un año fue correspondida por Aung San Suu Kyi, activista emblemática del movimiento por la democracia en esta nación del sudeste asiático, quien fue presa política durante 15 de los últimos 22 años.
Uno de los hechos más significativos tuvo lugar el 18 de este mes, cuando Suu Kyi se registró como candidata a las elecciones parlamentarias del próximo 1 de abril. Al así hacerlo, la líder de la Liga Nacional por la Democracia (NLD) y premio Nobel de la Paz sanó una herida política de larga data.
De este modo dio sus frutos la lucha personal de Suu Kyi, de 66 años, y de su partido, al que la junta militar había impedido gobernar pese a haber obtenido una mayoría abrumadora en las elecciones generales de 1990.
La decisión de la activista de apoyar el nuevo entorno político birmano se vio obstaculizada por una respetada organización de exlíderes universitarios el Grupo de Estudiantes de la Generación 88— días después de que sus miembros fueran dejados en libertad.
La Generación 88 "participará plenamente con el gobierno liderado por el presidente, el parlamento, los militares, los partidos políticos y las minorías étnicas por el surgimiento de la democracia, la paz y el desarrollo", señaló un comunicado divulgado por la organización durante una conferencia de prensa realizada en Rangún, la excapital.
En el encuentro, que tuvo lugar el día 21, el legendario líder estudiantil Min Ko Naing, sentenciado a 65 años de prisión por hacer política, dijo que la Generación 88 se alinearía con los reformistas, según un informe de la Associated Press (AP).
Incluso líderes de Occidente antes críticos de las juntas que precedieron a la que gobierno actualmente prodigan elogios al tranquilo y apocado Thein Sein, de 66 años, lo que habría sido improbable hace un año.
"Estoy convencido de que es un reformista genuino. Y, lo que es más importante, también lo está Aung San Suu Kyi", dijo el senador del Partido Republicano estadounidense Mitch McConnell, conocido por su habitual línea dura hacia Birmania, en declaraciones a la AP luego de visitar el país asiático.
En algunas capitales del sudeste asiático se compara a Thein Sein con Mijaíl Gorbachov, cuyas reformas llevaron al colapso de la Unión Soviética, y Frederik de Klerk, que propició el fin del apartheid, el régimen de segregación racial en Sudáfrica.
Tal estrellato político para Thein Sein, desde que en marzo del año pasado se convirtió en presidente del gobierno cuasi civil, contrasta con sus antecedentes de 40 años en el ejército.
"Su experiencia de combate no fue muy conocida en el ejército", dijo Win Min, experto birmano en seguridad nacional que actualmente vive en el exilio.
Se lo reconoce como "obediente, buen administrador, modesto y menos ambicioso y menos corrupto que los otros", agregó.
"De todos modos, muchos de nosotros creíamos que después de convertirse en presidente simplemente haría lo que (el exlíder de la junta) Than Shwe le dijera, como ocurrió cuando fue primer ministro", señaló Win Min en una entrevista.
"Sentimos que no se molestaría en tomar iniciativas como las que tomó en los últimos meses. Así que para mí es una gran sorpresa", dijo.
Tras dejar en claro el tipo de reformas que haría en su discurso de asunción del primer parlamento del país en 50 años, Thein Sein flexibilizó las leyes de censura, apoyó la legalización de los sindicatos y se comprometió con muchos actores para dar forma a las políticas económicas y de desarrollo.
Thein Sein también abrió el diálogo con Suu Kyi, su movimiento prodemocracia y los líderes de grupos rebeldes étnicos.
Pero, como revelaron los cables de Wikileaks, hubo insinuaciones tempranas de que Thein Sein se estaba convirtiendo en un reformista político en medio de un régimen militar.
Funcionarios de la embajada de Estados Unidos en Rangún reportaron ya en junio de 2008 que Thein Sein, entonces primer ministro de la junta liderada por Than Shwe, era retratado como "inteligente" y "pragmático" por Nay Win Maung, activista birmano que falleció este mes.
La nota diplomática confidencial que siguió al devastador ciclón Nargis, que mató a unas 150.000 personas en mayo de ese año, reza: "Nay Win Maung dijo que fue el primer ministro Thein Sein quien había pedido a Than Shwe que garantizara el permiso para que personal internacional y humanitario viajara a las áreas afectadas".
Es este antecedente de Thein Sein el que parece haber conquistado a los birmanos.
"Este es nuestro momento de cambio. Un nuevo amanecer para nuestro país", dijo a IPS el comediante disidente más famoso del país, Maung Thura, más conocido por su nombre artístico Zarganar.
"Deberíamos cooperar. Deberíamos mirar hacia delante", agregó, tras ser liberado de la prisión.