SUDÁFRICA: Langostas en retirada

Tras observar cambios en el mar y en el ciclo vital de las langostas, pescadoras de la provincia sudafricana de Cabo Occidental reclaman al gobierno que modifique las zafras de pesca para adaptarlas a lo que, señalan, son alteraciones relacionadas con el cambio climático.

Rita Francke y otras pescadoras en el embarcadero de Witsands. Crédito: Lee Middleton/IPS
Rita Francke y otras pescadoras en el embarcadero de Witsands. Crédito: Lee Middleton/IPS
Unos 40 kilómetros al sur de Ciudad del Cabo, la comunidad pesquera de Ocean View está integrada principalmente por familias de raza negra a las que, a fines de los años 60, el régimen del apartheid expulsó de sus aldeas de la pintoresca península del Cabo.

La mayoría de ellas continuaron viviendo de la pesca. Hasta hace poco, casi todas las personas dedicadas a esta actividad en esta zona eran mujeres.

Hace casi 20 años, Sahra Luyt empezó con su esposo a pescar langostas del Cabo, también conocidas como "de la costa oeste" o cigalas. Entonces lo hacían para una empresa, pero luego ella se independizó.

Luyt decidió fundar la Asociación de Pescadoras Sudafricanas (SAFWA, por sus siglas en inglés) en 1999, al percibir que las mujeres que se dedicaban a esta actividad siempre estaban subordinadas a los hombres.
[related_articles]
Actualmente, SAFWA tiene unas 70 afiliadas. La mayoría de ellas proceden de los distritos más pobres de la península, y muchas dicen haberse encontrado con hombres desconformes con la presencia de mujeres en el mar.

"Antes esto era muy difícil, pero ahora no es tan malo; nos lo hemos demostrado a nosotras mismas", dijo Luyt.

Con sus propias embarcaciones con motor exterior y munidas de sendas redes, las mujeres participan en la pesca comercial de langostas cerca de la costa, capturando entre 600 y 800 kilogramos cada temporada, que normalmente se extiende entre noviembre y junio.

El kilogramo de langosta viva puede venderse a entre 14 y 20 dólares.

Aunque la dinámica de género mejoró, las mujeres enfrentan ahora otros problemas.

"Donde antes encontrábamos muchos peces, ahora no encontramos tantos. También ocurre que a veces una sale al mar un día lindo, y de repente cambia el tiempo y hay que volver rápido a casa", explicó Luyt.

Las pescadoras también mencionaron cambios en las temperaturas del agua, mareas más severas y modificaciones en el ciclo vital de las langostas.

La calidad de las mismas, que antes era buena, se redujo en los últimos años a partir de noviembre, señaló Luyt.

Ahora comprueban algunas alteraciones en su reproducción, además de que se han vuelto más blandas. Luyt atribuye esto al cambio climático.

SAFWA pidió a la autoridad sudafricana de manejo de recursos marinos (MRM, por sus siglas en inglés) que ajuste la temporada de pesca a las variaciones observadas, y que de ser posible la prolongue, ya que la situación es impredecible.

Pero los científicos especializados en temas de pesca responden que las zafras y las políticas se basan en evidencias científicas, y que hasta ahora los vínculos entre las reservas pesqueras y el cambio climático no están suficientemente claros.

SAFWA puede apelar la decisión, pero aun no lo hizo.

"Está claro que se produjeron cambios ecológicos que pautaron las diferencias que vemos, y pueden estar relacionados con el cambio climático, pero no lo podemos demostrar", dijo Johann Augustyn, director de MRM.

Aunque algunas investigaciones, como una internacional liderada en 2009 por Edward Allison, lograron avances significativos en cuanto a vincular los impactos del cambio climático con las pesquerías de todo el mundo, hay una gran carencia de datos sobre África.

"La mayoría de las reacciones que vemos en África se basan en estas evaluaciones mundiales, que no se han adaptado a lugares específicos, como el de estas pescadoras a pequeña escala. ¿Se deben al cambio climático estas alteraciones que ellas ven? Podrían deberse a la pesca excesiva", dijo Tabeth Chiuta, directora regional del World Fish Center, una organización sin fines de lucro que se dedica a la investigación.

"Para África la ciencia no está, y es necesario generarla", enfatizó.

Pero las pescadoras, como muchos africanos que dependen de la pesca para vivir, no tienen tiempo para esperar a que la ciencia acompase los cambios que se registran. Según Chiuta, 10 millones de familias africanas se dedican a la pesca de pequeña escala, y 15 por ciento de la población trabajadora del continente está empleada en el sector pesquero.

Kim Prochazka, jefa de investigaciones de MRM, reconoció la urgencia de la situación. "Tenemos que hacer algo ahora. Así que hay que adoptar un enfoque pragmático que las ubique en la mejor posición para afrontar cualquier cambio que se les presente", dijo.

Según Prochazka, esto significa adoptar un enfoque proactivo para restablecer las existencias pesqueras y manejarlas en el contexto de un ecosistema amplio en vez de para reservas aisladas, además de desarrollar una tecnología acuícola a fin de impedir una catástrofe alimentaria.

Chiuta coincidió en que estas intervenciones son las mejores opciones para el manejo de reservas pesqueras en vista de la incertidumbre reinante. Crear una base de conocimientos, mejorar los controles, desarrollar infraestructura para implementar estrategias de adaptación y mitigación y trabajar en reformas políticas e institucionales también es crucial en todo el continente, dijo.

Mientras, las existencias de langostas del Cabo están en su registro más bajo, sin que haya señales claras de que esto vaya a mejorar. MRM estima que la población de esta especie es de apenas 3,5 por ciento de lo que era antes de que se la empezara a capturar a gran escala.

"El problema principal es el agotamiento de recursos. Lamentablemente no podemos vincular eso al cambio climático. Tenemos que asumir la responsabilidad y decir que el recurso está agotado porque en el pasado capturamos demasiado", expresó Prochazka.

Rita Francke es una madre soltera que mantiene a sus tres hijos. Cuando Sahra Luyt le enseñó a pescar, hacía años que carecía de un empleo estable. Ahora, ante la pregunta de qué haría si allí colapsara la pesca de langosta, bromeó: "¡Me mudaría!". Y luego, con más sobriedad, admitió que tendría que buscarse otro trabajo, por ejemplo de limpiadora.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe