KENIA: Refugio seguro para parir

Un albergue materno en la provincia Nororiental es el único centro de salud para atender mujeres embarazadas en esta zona de Kenia, donde se registran 1.000 muertes cada 100.000 nacidos vivos, más del doble del promedio nacional.

Una mujer embarazada con uno de sus hijos. Crédito: Isaiah Esipisu/IPS.
Una mujer embarazada con uno de sus hijos. Crédito: Isaiah Esipisu/IPS.
Sin embargo, solo había siete mujeres en el recinto con capacidad para 24 cuando IPS lo visitó.

"La poca cantidad de pacientes se debe al desconocimiento de la existencia del centro, a la ignorancia y a la falta de transporte", explicó el médico Amal Alshabibi, de la superintendencia médica del Hospital General Provincial de Garissa, que alberga al centro materno.

Es la única clínica en la provincia porque el gobierno todavía evalúa su sustentabilidad.

La mortalidad materna de Kenia es de 448 muertes cada 100.000 nacido vivos, según la encuesta de salud demográfica de 2009.
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Los indicadores de mortalidad materna de esta provincia son "totalmente inaceptables", indicó. "La principal razón de esta situación es que las mujeres tienen un limitado acceso o ninguno a los centros de salud, debido a las largas distancias que deben recorrer, porque no tienen dinero para pagar la atención médica o por ignorancia", añadió.

La región es semiárida, y en algunas partes árida. Muchas comunidades de la zona subsisten gracias a la ayuda alimentaria que reciben.

Muchas mujeres, como Habiba Issak, quien sufrió cuatro abortos espontáneos, se atienden con parteras tradicionales.

Para sus cuatro embarazos anteriores, esta madre de 37 años, recurrió a una comadrona en Mandera, a 500 kilómetros de Garissa.

Pero cuando llegó a los tres meses de su quinto embarazo, Issak decidió que su bebé viviría. Caminó 50 kilómetros desde su aldea hasta el centro de salud del distrito de Mandera. Tras conocer su historia clínica, los médicos la derivaron enseguida al refugio materno de Garissa

"Recibimos mujeres que tienen antecedentes de complicaciones en el embarazo y el parto o con pronósticos de gestación de alto riesgo y no tienen acceso a ningún centro de salud cerca de su casa", explicó Alshabibi.

El refugio también recibe mujeres con complicaciones por embarazo adolescente, aborto espontáneo, dos cesáreas previas, placenta baja, preeclampsia leve o presión alta, entre otras.

El refugio es único. A diferencia de otros del país, aloja a las mujeres embarazadas y a sus hijos.

"No es una sala de hospital. Es un hogar para madres embarazadas con probabilidad de sufrir complicaciones durante el embarazo o el parto", remarcó Alshabibi.

"Al ser el único refugio materno de la región, llegan mujeres de cientos de kilómetros a la redonda. Pero solo funciona si vienen con sus hijos pequeños, porque necesitan controles durante varios meses antes de la fecha de parto", explicó Stephen Wanyee, representante asistente del Fondo de Población de las Naciones Unidas.

El centro fue fundado en 2007 con apoyo del gobierno keniata, pero la agencia lo adoptó.

"Es un proyecto piloto porque nunca lo probamos en una comunidad con numerosos desafíos. Si se logran buenos resultados, reproduciremos la experiencia como estrategia para reducir la alarmante mortalidad materna de la región", explicó Wanyee.

Hawa Ali es una de las mujeres alojadas en el refugio. Sentada con sus cuatro hijos más pequeños, esta madre de 11 niños aguarda pacientemente su turno para ser atendida. Ahora espera trillizos.

"Desde que abrió, nunca perdimos una paciente ni un recién nacido", señaló con tono tranquilizador Hamadi Muhumed, subdirector de enfermería del Hospital de Garissa.

"Gracias a la atención de especialistas, las mujeres que pasaron por aquí siempre se fueron sonrientes con sus bebés", señaló. Muhumed recordó a una mujer que ingresó hace un año porque había tenido 12 abortos espontáneos por complicaciones en el cuello del útero.

"Después que llegó la controlamos hasta que dio a luz a un varón, a quien llamó Gullet Yusuf, por el médico que la atendió antes y durante el parto", relató.

Sadia Abdirahaman tuvo tres abortos espontáneos y cuando finalmente nació la beba, señaló que era un "sueño hecho realidad".

"Esta región está poco poblada, pero definitivamente se necesitan más refugios en Awjir y Mandera, para que la gente no tenga que desplazarse varios kilómetros para llegar hasta este", indicó Muhumed.

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