AMÉRICA DEL SUR: De Beijing con amor

Tuberías de granos en el complejo logístico de Suape, nordeste de Brasil. Al fondo, el silo harinero más grande del país, propiedad de la compañía Bunge Crédito: Mario Osava/IPS
Tuberías de granos en el complejo logístico de Suape, nordeste de Brasil. Al fondo, el silo harinero más grande del país, propiedad de la compañía Bunge Crédito: Mario Osava/IPS

América del Sur puede resistir los cantos de recesión que llegan de la Unión Europa y Estados Unidos gracias a la protección que ofrece la demanda asiática de productos básicos. Pero mucho puede cambiar a mediano plazo.

En el mundo hay un nuevo centro de gravedad, constituido por países emergentes encabezados por China, y una declinación de la influencia de las potencias del Norte industrial, coincidieron expertos del campo económico y de las ciencias políticas.

A raíz de las crecientes ventas de alimentos y minerales a China, productores de esos bienes como Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay, entre otros, lograron gran crecimiento y una estabilidad fiscal envidiable, analizaron participantes del seminario "Crisis en los desarrollados, oportunidad para los emergentes", celebrado el viernes 2 en Buenos Aires.

Pero ese efecto benéfico, que se mantendrá en 2012, podría no sostenerse en el tiempo si la crisis global se profundiza y se prolonga y si la región no avanza hacia etapas de mayor industrialización e inversión educativa, señalaron especialistas de Argentina, Brasil, Ecuador, Perú y Uruguay, reunidos por la consultora privada Abeceb.

El economista ecuatoriano Leonardo Suárez, de la Universidad de Guayaquil, puntualizó que "las reservas internacionales (de divisas) están en 10 billones de dólares, de los cuales ocho billones están en países emergentes".

China dinamiza el crecimiento global mediante la demanda creciente de minerales y granos, agregó.

"Mi pronóstico es que China va a salir a rescatar a los ‘commodities’ (productos básicos), y eso es bueno para América Latina, pero hay también riesgo de que la crisis afecte decisiones de inversión, cambie expectativas y provoque devaluaciones", dijo Suárez a IPS.

El politólogo argentino Juan Gabriel Tokatlián, de la privada Universidad Torcuato Di Tella, sostuvo que el contexto internacional en 2012 será "muy turbulento, incierto y crítico", con mayor polarización social.

La influencia de Estados Unidos declinó notablemente en América del Sur, añadió. En ese marco, Argentina y Brasil deberían encabezar una "alianza estratégica" a partir de un núcleo de sectores que incluyan las industrias de alta tecnología, recomendó.

"Las crisis traen oportunidades y riesgos, porque si bien hay condiciones favorables en América Latina, los países desarrollados se desaceleran, y Asia produce cada vez más y más barato", dijo a IPS el economista Bernardo Kosacoff, exdirector de la oficina de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe en Argentina y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella.

La crisis debe empujar "la agenda de la competitividad" en la región, indicó en su alocución.

En este punto se explayó el brasileño Rubens Ricupero, exministro de Hacienda y de Ambiente de su país y secretario general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) entre 1995 y 2004.

Ricupero remarcó que Brasil hace frente a la crisis con estímulos al consumo, como hizo en 2008 y 2009, y aseguró que en 2012 esos incentivos le permitirán crecer y mantener los salarios y la situación de casi pleno empleo.

Pero la incertidumbre, según el economista, radica en el mediano plazo. Hay en Brasil "una señal inquietante" de pérdida de competitividad industrial frente a las importaciones provenientes de China.

Ricupero aseguró que la demanda generada mediante estímulos en el mercado doméstico no puede ser captada por la industria brasileña, sino que la cubren los productos del país asiático, un fenómeno que "no se resuelve con un proteccionismo rústico", dijo.

En Brasil hay industriales que se convierten en importadores, como ocurrió en Argentina en el período de desindustrialización, durante la década de 1990. Se necesita pensar "una solución regional" para este reto, indicó Ricupero.

El brasileño no cree que las materias primas puedan salvar las economías regionales a mediano plazo. "No se trata de negar las ganancias de la agricultura o la minería, pero esas actividades no tienen capacidad de diseminarse y generar empleos como sí tiene la industria".

La pregunta es "¿cómo vamos a enfrentar a China en cinco años?", dijo Ricupero. Hay que agregar valor a los recursos naturales, bajar las tasas de interés, evitar la apreciación y la volatilidad de la moneda y aligerar la carga tributaria, recomendó.

Así respondió así al panorama más optimista descrito por Suárez y por el peruano Pedro Kuczynski, exjefe de gabinete y exministro de Economía y de Energía y Minas de su país.

Kuczynski afirmó de plano que "China salvará a América Latina" y puso como ejemplo que casi 20 por ciento de las ventas de su país van hacia puertos del gigante asiático.

"Esta demanda va a salvar a Sudamérica, que tiene las mejores condiciones para proveer alimentos y minería a China", dijo. "El mito de que los commodities son malos explotó. Pueden ser un recurso para financiarse", indicó.

El peruano admitió que no se trata de especializarse en materias primas. "La economía debe diversificarse, pero entretanto estos bienes generan divisas que a muchos países hoy industrializados les permitieron financiarse y desarrollarse", apuntó.

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