En el marco de sus esfuerzos para mitigar el impacto del cambio climático, las autoridades de Jamaica enfocan su atención en Negril, donde décadas de desarrollo no planificado de infraestructura han destruido los ecosistemas y erosionado el famoso balneario.
Estudios indican que, en los últimos 40 años, Negril perdió más de 55 metros de playa. Y el pantano, drenado por primera vez por el gobierno en los años 50 para crear nuevas tierras agrícolas, entra en combustión regularmente, asfixiando con el humo a la otrora plácida localidad, ubicada en el oeste de la isla.
La Agencia Nacional de Ambiente y Planificación (NEPA, por sus siglas en inglés), responsable de la administración y protección de los 1.022 kilómetros de costa jamaiquina, comenzó a restaurar los lechos de algas y los manglares en Negril, así como en Montego Bay y Portland Bight.
La agencia señaló que esas zonas se han visto afectadas por la desaparición a gran escala de la vegetación costera.
La replantación es una de las varias actividades en este esfuerzo integrado, multisectorial y de varios donantes para frenar el deterioro de ecosistemas cruciales para la preservación de las valoradas playas Negril, explicó la administradora del proyecto, Mary Gooden.
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Parcialmente financiado con una donación de 4,13 millones de euros (5,3 millones de dólares) de la Unión Europea, se espera que el proyecto ofrezca formas de sustento alternativas para aquellos cuyas actividades impactan negativamente en el ambiente y para fortalecer la capacidad de recuperación de Negril y de otras zonas costeras valiosas.
Gooden, quien trabaja en el Instituto de Planificación de Jamaica, que coordina las acciones de mitigación en la isla frente al cambio climático, destacó que la restauración de los humedales marinos podría fortalecer los ecosistemas y proteger la costa.
Humedales saludables disipan las acciones de las olas y minimizan su impacto.
Las famosas blancas payas jamaiquinas "han experimentado un severo e irreversible repliegue de la línea costera" durante más de cuatro décadas, concluyó un informe de 2010 del Proyecto de Desarrollo de Metodologías para Evaluación de Riesgos y Vulnerabilidades.
Los problemas se han exacerbado por actividades que continúan impactando en los arrecifes: prácticas de pesca insostenibles y la remoción de manglares para expandir los hoteles y la industria del carbón.
El Informe del Estado del Ambiente del año pasado concluyó que, entre 2007 y 2010, fueron creadas 2.560 nuevas habitaciones hoteleras, principalmente en Montego Bay y Negril, con 29 y 12,8 por ciento respectivamente de las nuevas instalaciones.
En las últimas décadas, Negril registró unas de las tasas más altas de erosión costera en el Caribe.
Estudios de la Universidad de las Indias Occidentales y de la Sociedad Smith Warner Internacional para la Protección de los Arrecifes de Coral de Negril indican que la costa del balneario se erosionó un promedio de entre medio metro y un metro al año entre 1968 y 2006.
La rápida pérdida de arena, según ambientalistas, es resultado de la combinación de condiciones climáticas adversas, pérdida de manglares, blanqueo de corales y proliferación de infraestructura urbana que ignoró las necesidades de la costa. En 2008, Smith Warner estimó los costos de restauración de las playas de Negril entre 19 y 25 millones de dólares, un precio muy alto para este país endeudado.
El rápido deterioro de Negril y los altos costos de su rehabilitación llevaron a las autoridades a ajustar una solicitud presentada al Fondo de Adaptación para el Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas para que el área fuera el principal foco de sus esfuerzos, dijo Gooden a IPS.
El Fondo pagará la principal infraestructura de ingeniería destinada a proteger las playas que quedan y hacer trabajos de reparación, añadió. Las blancas playas y las transparentes aguas de Negril generan más de 25 por ciento de los ingresos del país en turismo, destacan las autoridades.
En 2010, el turismo aportó 20 por ciento del producto interno bruto (PIB) de Jamaica, más de 50 por ciento de los ingresos de divisas y un cuarto de todos los empleos. Algunos señalan que solo el ecosistema de Negril de hecho aporta 40 por ciento del PIB.
Pero la industria que ubicó a Negril en el mapa del turismo mundial ha estado destruyendo el frágil ecosistema que necesita para sobrevivir.
En el auge de la construcción de los años 80, se eliminó la vegetación costera y, con ella, la protección de las acciones de las olas y de las tormentas en el mar Caribe. Muchos ignoraron la Ley de Control de Playas, que establece límites al desarrollo costero.
Se construyeron hoteles en la arena para que tuvieran salida directa a la playa, como querían los acaudalados turistas que llegaban a Negril en los años 80.
Plantas de tratamiento vertieron millones de litros de aguas servidas en el mar, mientras se extraía agua potable de los acuíferos para satisfacer a la creciente población.
El director de la Unidad de Vulnerabilidad y Cambio Mundial del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Pascal Peduzzi, recomendó un completo plan de administración para recuperar el área y prevenir la destrucción de otros ecosistemas costeros, de forma de salvar los recursos que mantienen la industria turística.
"Negril es una zona clave para Jamaica, y todo lo que se haga debe ser exitoso", exhortó.
Los planes para restaurar el ecosistema de Negril incluyen estudios hidrológicos creación de arrecifes artificiales "y otros enfoques de ingeniería blanda (biotecnología) para generar una resiliencia a los desastres", dijo a IPS el administrador de políticas y planificación estratégica de NEPA, Anthony McKenzie.