Jesús Guerra, voluntario en la V Cumbre Mundial del Microcrédito realizada esta semana en esta noroccidental ciudad española, se quedó perplejo al ver el caro reloj de oro en la muñeca de un banquero de un país del Sur en desarrollo.
"Cuando me ofrecí como voluntario para ayudar en la Cumbre pensé que sería diferente", dijo Guerra a IPS. "Creí que todos los que trabajaban en las microfinanzas querían acabar con las injusticias sociales, pero aquí estoy escuchando a muchas personas decir que el objetivo es hacer ganancias".
En cambio, Susana Balet, otra voluntaria, quedó impresionada por la dedicación de algunas personas para ofrecer microcréditos. Destacó una presentación hecha por Ingrid Munro, fundadora en 1999 de la organización de microfinanzas keniana Jamii Bora, enfocada en la lucha contra la pobreza.
Munro dijo creer firmemente que cualquier familia, no importa cuán desesperadamente pobre esté, era capaz de revertir su situación.
"El desarrollo humano no funciona sin personas que se escuchen entre sí, especialmente las que están en la base de la pirámide", dijo Pilar Vereda, encargada de relaciones internacionales de la Fundación Iberoamericana de Desarrollo.
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Pero ese diálogo entre proveedores y beneficiarios de los microcréditos estuvo ausente en la Cumbre, celebrada entre el lunes 14 y el jueves 17. Los pobres solo figuraban en las imágenes de las presentaciones y vídeos.
"Las personas en la base de la pirámide no tuvieron su propia voz en esta Cumbre, aunque la plataforma española de organizaciones no gubernamentales había propuesto una mayor participación de cooperativas y otros beneficiarios de las microfinanzas", dijo Vereda.
"Finalmente, sus voces fueron representadas a través de vídeos que produjimos y transmitimos en la Cumbre", añadió.
Muhammad Yunus, pionero del microcrédito, premio Nobel de la Paz y fundador del bangladesí Banco Grameen, dijo a IPS que un pequeño grupo de acreedores estaba participando de la Cumbre.
"En esta gran cumbre había solo un pequeño grupo de beneficiarios porque queríamos asegurarnos de que estuvieran cómodos y que evitaran toda esta gran multitud de personas de todo el mundo", explicó Yunus.
"Pero en las cumbres regionales anuales habitualmente hay reuniones entre prestatarios y otros participantes", agregó.
"Tenemos que creer en el potencial de la gente. Confiar en que cada persona sepa qué es el microcrédito. Cada persona es tan capaz como cualquier otra en el mundo, porque la creatividad existe en todos nosotros", dijo Yunus en la inauguración de la Cumbre.
La realidad en Valladolid fue que el principal objetivo de los expertos y de las instituciones participantes fue buscar vías para reunir más clientes y generar dinero, lo cual no necesariamente coincide con la idea de que las microfinanzas son una herramienta para la lucha contra la pobreza.
Hubo algunos ejemplos claro de esfuerzos por los más necesitados: la cooperativa senegalesa U-IMCEC trabaja para mejorar los ingresos de la población y asegurar el bienestar de las familias y los pequeños emprendedores.
Con 72.000 miembros, la cooperativa provee acceso a servicios financieros y crea actividades generadoras de ingresos, especialmente para las mujeres, los pobres y los más vulnerables.
"Mi institución trabaja en las áreas rurales que rodean las ciudades, donde viven los más necesitados. Hemos mejorado sus vidas con programas que permiten a las personas recibir remesas del exterior sin tener que trasladarse a las ciudades, donde están las grandes instituciones", dijo a IPS el subdirector de U-IMCEC, Diao El Hadji Moussa.
"Esto también tiene un efecto positivo en la familia y en los micro negocios, porque reduce los costos", dijo a IPS.
El año pasado, bancos mostraron gran interés en el potencial de los microcréditos, como indicaron numerosos participantes de la Cumbre.
"Cuando los bancos corporativos comienzan a trabajar en microfinanzas, deben aprender y especializarse", dijo el director adjunto del Banco de Desarrollo de América Latina (ex Corporación Andina de Fomento, CAF), Alejandro Soriano.
"Necesitan entender que esta (especialización) es esencial para garantizar la sustentabilidad y para que las microfinanzas tengan un alto impacto social", dijo Soriano a IPS.
"Hay demasiados ejemplos de bancos que trabajan con una metodología inadecuada. Cuando dejan de ser rentables, abandonan a los países y a las comunidades, y esto causa un gran daño en los acreedores, porque no tienen más acceso a crédito", añadió.
CAF es una entidad de fomento que promueve el desarrollo sostenible a través de operaciones de crédito y apoyo técnico, y ofrece estructuración financiera a proyectos de los sectores público y privado en América Latina.
"A veces, los grandes bancos aprenden de las experiencias de los países en desarrollo", señaló Estela Cañas, investigadora Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, de San Salvador.
"Ese fue el caso del banco Santander en El Salvador, que invirtió medio millón de dólares para reunir y propagar este conocimiento. Fue una práctica positiva", dijo a IPS.
En la Cumbre estuvieron presentes instituciones innovadoras dedicadas a estimular el desarrollo promoviendo la auto sustentabilidad y conectando a individuos interesados en colaborar con personas que necesitan de microcréditos.
Angel Aranda, una emprendedora social, explicó a IPS cómo funcionaba esa conexión: "Los individuos pueden hacer una donación de unos 27 dólares, y nosotros mediamos entre ellos y las instituciones de microfinanzas que hemos elegido cuidadosamente".
"Pueden elegir un proyecto de nuestro sitio web, donde hay completa información, y pueden seguir el proceso de los micro negocios en países del Sur", indicó.
A pesar de las buenas prácticas por un lado y los problemas que afrontan las instituciones de microfinanzas por otro, la Cumbre todavía se trató de mantener un sistema que maximiza las ganancias para algunos.