SOMALIA: Nada saca de la cancha a las basquetbolistas

La capitana del equipo de básquetbol femenino de Somalia, Suweys Ali Jama, no se amilanó ante las amenazas de muerte de combatientes de Al-Shabaab para que dejara de jugar.

Equipo nacional de básquetbol femenino entrena para los Juegos Árabes de Qatar. Crédito: Shafi’i Mohyaddin Abokar/IPS.
Equipo nacional de básquetbol femenino entrena para los Juegos Árabes de Qatar. Crédito: Shafi’i Mohyaddin Abokar/IPS.
"Moriré cuando se me acabe la vida, nadie me matará, salvo Alá. Nunca dejaré mi profesión mientras viva", dijo Jama a IPS.

"Ahora juego, pero cuando me retire quiero ser entrenadora. Dejaré el básquetbol cuando me muera", insistió.

Al-Shabaab, la organización armada vinculada a la red extremista Al Qaeda, controla grandes partes de Somalia y ocupó casi la mitad de Mogadiscio hasta su retiro el 6 de agosto, aunque mantiene cierta presencia como se verificó al adjudicarse el atentado del 4 de este mes, que dejó por lo menos 70 personas muertas.

Jama y sus compañeras de equipo recibieron amenazas de muerte de la milicia, que considera que la participación femenina en el deporte es contraria al Islam.
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La Unión de Tribunales Islámicos prohibió a las mujeres somalíes practicar deportes en agosto de 2006 porque es una "herencia de viejas culturas cristianas". Entonces, la UTI controlaba Mogadiscio, dominio que perdió en diciembre de ese año.

Al-Shabaab, que ofició de brazo armado del UTI, no modificó su postura respecto de las mujeres y el deporte.

La subcapitana del equipo, Aisha Mohammad, también fue amenazada por los islamistas.

"‘Eres doblemente culpable. Primero por ser mujer y realizar deporte, prohibido por una autoridad islámica. Segundo, por representar a un club militar, títere de los infieles. Te alcanzaremos donde sea que estés’, me dijo uno de ellos por teléfono. Pero me aferro a mi profesión", dijo a IPS.

Mohammad es una destacada integrante del equipo nacional y pertenece al club deportivo del ejército, Horseed, al igual que fue su madre, razón por la cual juega al básquetbol de pequeña.

El básquetbol es el deporte más popular del país después del fútbol y, además de handball, el único practicado por mujeres, quienes reciben un magro salario como jugadoras profesionales.

"Soy un ser humano y tengo miedo, pero sé que solo Alá puede matarme", señaló Mohammad de 21 años, expresando los mismos sentimientos que Jama.

El equipo entrena para los Juegos Árabes, que se realizarán en diciembre en Qatar, dentro del amurallado y blindado gimnasio de la academia de policía.

Con atuendo deportivo suelto y camiseta y velo, las jóvenes corren de un lado a otro del gimnasio abierto bajo la atenta mirada de cientos de policías

Al terminar el calentamiento, hacen una fila para encestar. Entrenan dos horas todos los días y se van a sus casas jueves y viernes, el fin de semana islámico.

Cuando dejan la seguridad de la base, se cambian el atuendo deportivo por la tradicional vestimenta islámica, vestido y velo. También llevan una yashmak, una pequeña prenda que les cubre el rostro.

El primer equipo de básquetbol femenino de Somalia fue creado en 1970 y participó en competencias africanas y regionales durante varios años pese a que nunca ganó un torneo, señaló el presidente del Comité Nacional Olímpico, Aden Hajji Yeberow.

Pero la prohibición para las mujeres de practicar el deporte instaurada en 2006 frenó su desarrollo, señaló Abdi Abdulle Ahmed, subsecretario general de la Federación Somalí de Básquetbol.

"Muchas tuvieron miedo y dejaron de entrenar", se lamentó Ahmed.

Cuando aumenta la participación femenina en básquetbol ocurre algo que la hace menguar, señaló el presidente de la Federación, Hussein Ibrahim Ali.

La prohibición de 2006, que hizo que casi 200 mujeres dejaran de entrenar por miedo a represalias, fue uno de los peores incidentes. Pero antes, el deporte sufrió las consecuencias de dos décadas de guerra civil y la sequía que asoló vastas partes del país e hizo que en julio el sur de Somalia fuera declarado zona de hambruna.

La falta de patrocinio y la inseguridad son los mayores factores que perjudican el deporte en este país, añadió Ali.

"Cuando el mundo sepa que Somalia sufrió tantas penurias y, sin embargo, nuestras mujeres participan en un torneo internacional, será una gran publicidad para todo el país y, en particular, para la Federación de Básquetbol", añadió.

Pese a todo, el entrenador, Ali Sheik Muktar, tiene esperanza de que el equipo obtenga buenos resultados en los próximos Juegos Árabes.

"Tener un equipo femenino es un gran logro para Somalia", añadió.

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