EN TIEMPO DE CRISIS, LA ASISTENCIA AL DESARROLLO EXIGE MÁS EFICACIA

Oxfam y los principales donantes que integran la Comisión de Asistencia al Desarrollo (DAC) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) están a menudo en posiciones opuestas. Sin embargo, ahora coincidimos en empeñarnos para asegurar que una ayuda efectiva saque a la gente de la pobreza. La DAC representa a donantes gubernamentales y promueve una “mejor ayuda”. El papel de Oxfam es dar la voz de alarma cuando la DAC falla.

Nuestro llamado conjunto a favor de más sensatez en la cooperación global al desarrollo es un reflejo de nuestro compartido temor de que el mundo pierda una importante oportunidad para adoptar cambios indispensables en ocasión de la Cumbre del G-20 a celebrarse en Cannes el 3 y 4 de noviembre próximo y, pocas semanas después, en el Foro de Alto Nivel sobre Efectividad de la Ayuda a realizarse en Busan.

Con las economías occidentales en crisis y los sistemas políticos bajo tremenda presión ¿será más conveniente posponer las necesidades del mundo en desarrollo? Nuestra suposición es que, en Cannes, los líderes del G-20 comprenderán que un desarrollo efectivo puede calmar a los volátiles mercados de alimentos y de energía, atenuar las amenazas ambientales y dar esperanzas a los miles de millones de personas que están sin trabajo o son víctimas de la pobreza, el hambre, las enfermedades y de otras injusticias.

Es necesario que los líderes del G-20 otorguen un mandato al Foro de Alto Nivel para crear nuevas y más efectivas asociaciones con los países en desarrollo, los donantes de las economías desarrolladas y emergentes, el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil. El actual sistema de cooperación para el desarrollo está mejorando, pero el proceso es todavía demasiado lento. Los gobiernos no están cumpliendo con las promesas de ayuda más efectiva que hicieron en las reuniones previas de la OCDE. Según algunas estimaciones, alrededor del 30% de la ayuda puede haber sido desperdiciada debido a la fragmentación y a falta de cooperación. Entretanto, las últimas evaluaciones acerca de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para el 2015 muestran que se está muy lejos de alcanzarlos.

Busan es una oportunidad para corregir la dispersión de los esfuerzos. Los análisis efectuados por la OCDE muestran claramente que cuando los donantes apoyan a gobiernos y pueblos para que adopten su propia agenda de desarrollo los resultados suelen tener un impacto mayor en la reducción de la pobreza. También se observa falta de coordinación en gran parte de las acciones de los donantes. Oxfam ha llamado repetidamente la atención sobre esas fallas, con el respaldo de estudios y datos de la DAC.

La agenda de los anteriores Foros de Alto Nivel ha sido propiciada por los donantes y sus expertos en asistencia al desarrollo. De ese modo fueron adoptados los principios en los foros de París y Accra, pero sin un apoyo entusiasta de los líderes políticos de los gobiernos donantes, ni de los receptores de la ayuda, ni de las economías emergentes. Sin embargo, un firme proceso de supervisión ha convencido ahora a los escépticos de que se requieren renovadas energías y compromisos políticos para que la ayuda sea más efectiva.

El foro de Busan está apuntalado por dos influencias positivas: el impulso del G-20 para considerar al desarrollo como una prioridad y la exigencia de las naciones en desarrollo por una ayuda más efectiva y para que se les reconozca su derecho a decidir sobre sus propios destinos. La sociedad civil está, a su vez, reclamando un papel vital en cuanto a establecer las prioridades para el desarrollo y a considerar responsables a los gobiernos, tal como lo son los parlamentarios y el sector privado. Y aún más importante, las economías emergentes que practican la Cooperación Sur-Sur y conocen de primera mano la pobreza, están cada vez más motivadas por el proceso del G-20 y la participación de los países en desarrollo.

El G-20 pronto considerará las recomendaciones en las nueve áreas (o pilares) adoptadas en el Consenso de Seúl para el Desarrollo. Francia está exhortando a hacer frente a la volatilidad de los precios de los alimentos y a invertir en infraestructura en el mundo en desarrollo. Pero las buenas ideas pueden marchitarse sin una eficaz implementación. Por ello, resulta crucial que los participantes en la reunión de Busan continúen con la monitorización global y con el compromiso de responsabilidad que la OCDE ha estado conduciendo desde 2005. Busan debería también asumir la tarea de reorganizar la comunidad del desarrollo de una forma más racional y menos fragmentada. (FIN/COPYRIGHT IPS)

(*) Brian Atwood preside la Comisión de Asistencia al Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y Jeremy Hobbs es el Director Ejecutivo de Oxfam Internacional.

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