Hartas de los apagones, comunidades campesinas de Burkina Faso, Mali y Senegal buscan soluciones en la energía solar.
Los promotores de los paneles solares señalan que más de 80 aldeas de Senegal ya recurren a esa fuente de energía, y en el vecino Mali son más de 150 las comunidades que optaron por esa alternativa.
Las células fotovoltaicas, o paneles solares, son desde hace años una solución para la electrificación rural. El único inconveniente para su propagación en África occidental es el costo relativamente alto de instalación, señaló la empresa fabricante Sustainable Power Electric Company (SPEC), con sede en Senegal.
Pero ahora, un generoso subsidio del gobierno ayuda a que los paneles solares estén al alcance de más habitantes de este país, señaló el director de SPEC, Mamadou Saliou Sow.
"Un metro cuadrado de célula fotovoltaica costaba 650.000 francos CFA (unos 1.350 dólares), pero con el subsidio de unos 8,3 millones de dólares, logramos reducir ese costo. Ahora usted puede comprar los paneles y equipos necesarios para instalarlos por un monto de 300.000 o incluso 250.000 francos CFA" unos 520 dólares, dijo Sow a IPS.
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"Además, los paneles solares tienen una prolongada vida útil. Pueden durar ocho, 10 años, o incluso más", añadió.
Los paneles de SPEC generan desde 50 a más de 300 vatios, por lo que pueden cubrir casi todas las necesidades. Además de suministrar luz a viviendas y escuelas, también se usan para hacer la refrigeración, mejorar la seguridad y servir a pequeñas empresas cooperativas y mini- plantas de generación eléctrica.
En la aldea de Kidira, en el este de Senegal, los ganaderos estaban sufriendo cada vez más robos. Entonces decidieron emplear paneles solares para iluminar los corrales, señaló Amadou Dida, profesor de secundaria.
"La gente de aquí se dedica principalmente al pastoreo. Tras una serie de robos, decidieron poner 50.000 francos CFA por hogar (un poco más de 100 dólares), para traer electricidad", dijo a IPS.
Shakir Sow, otro habitante de la zona, decidió actuar por su cuenta. Invirtió más de un millón de francos CFA (unos 2.000 dólares) para instalar paneles solares en su casa, pero no se queja del costo.
"Con la instalación de un equipo fotovoltaico, mis animales están protegidos y mis hijos, que van a la escuela, pueden estudiar. Ahora tenemos una televisión para ver las noticias. Soy un pastor moderno", señaló.
SPEC también opera en Mali, junto con Sahel Energie. En Dindiéri, una comuna en el este del país, casi todos los hogares tienen energía solar.
"Gasté 680.000 francos CFA (1.417 dólares). Con eso tengo energía para toda la casa y un bar, así como dos televisores, lámparas y dos refrigeradores", indicó Moutakilou Bangoura, joven comerciante de Dindiéri.
En Kayes, en el oeste de Mali, algunas familias optaron los paneles solares pese a que la ciudad está conectada al tendido eléctrico porque es más barata y prolonga la vida de sus electrodomésticos.
Khalidou Soumaré, funcionario de la municipalidad de Kayes, tiene paneles solares en su casa desde hace 10 años.
"Entonces la gente pensaba que era un lujo. Estaba harto de los cortes de energía, que también dañaban mis electrodomésticos. Elegí la energía solar y no me arrepiento. Ya no pago una factura mensual", dijo Soumaré a IPS.
"Lo que sigue siendo un problema es conseguir repuestos del dispositivo que almacena la energía en una batería. Solíamos conseguirlos en Bamako, pero ahora los encontramos aquí, aunque los vendedores a veces especulan", añadió.
Hay también organizaciones no gubernamentales trabajando para mejorar la provisión de electricidad en zonas rurales, indicó Soumaré. Por ejemplo, la Cruz Roja de Mónaco instaló en Kayes un mini-planta de energía solar, compuesta de 12 paneles de 50 vatios, para la recarga de 400 lámparas familiares.
"Cada usuario recibe una lámpara y la puede recargar en una central cuando lo desee por 700 francos CFA (1,45 dólares) mensuales. Lo recaudado se utiliza para el salario de un técnico y el mantenimiento", explicó.
"Esto permite distribuir electricidad de origen solar de forma inmediata a las familias que no tienen recursos para un equipo fotovoltaico", añadió.
La organización francesa Soleil et Développement (sol y desarrollo), ayudó en 2009 a 102 mujeres de la aldea de Boulsa, en la comuna de Koupèla, en el sur de Burkina Faso, a instalar paneles solares en sus casas.
Las beneficiarias hicieron buen uso de la electricidad y formaron un colectivo que procesa granos y los vende.
"La energía solar sirve para reducir la factura de la electricidad", señaló Sow, director de SPEC. Él cree que el futuro energético del mundo es inconcebible sin fuentes renovables, en especial el sol.