Las mujeres de Sudáfrica siguen rezagadas respecto de los hombres en materia de ingresos, y por eso una nueva organización trabaja para lograr un equilibrio.
El grupo Independencia Financiera A Través del Espíritu Empresarial (FITE, por sus siglas en inglés) apoya a las mujeres emprendedoras a través de microcréditos.
Según un estudio realizado el año pasado, los hombres blancos sudafricanos ganan 53 por ciento más que las mujeres blancas, y 116 por ciento más que las de raza negra. El mismo estudio concluye que todos los hombres sudafricanos ganan 41 por ciento más que las mujeres.
Y este país no es el único que presenta estos desequilibrios.
Según FITE, las mujeres realizan 66 por ciento del trabajo en todo el mundo, producen 50 por ciento de los alimentos e invierten 90 por ciento de los ingresos de los hogares, aunque poseen solamente uno por ciento de las tierras en el planeta.
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Con el apoyo de la organización de microcréditos KIVA, FITE procura fortalecer a las mujeres en países tanto del Sur en desarrollo como del Norte industrializado a través de pequeños préstamos.
Desde su lanzamiento oficial en Sudáfrica en febrero, 30 mujeres han recibido créditos a través de FITE.
La marca de productos para el cuidado de la piel Dermalogica es socia fundadora de FITE. «A través de esta iniciativa, Dermalogica busca potenciar a más de 25.000 mujeres en negocios de todo el mundo en los próximos dos años», dijo la gerente general de la empresa, Lauren Michlo.
Cada vez que un cliente compra un producto de Dermalogica especialmente marcado e ingresa el código del paquete en el sitio web de FITA, la compañía dona un dólar al fondo de la organización.
La iniciativa también permite a los clientes convertirse en prestamistas directos haciendo donaciones de 25 dólares a través del sitio de FITE. Y estos tendrán el poder de elegir qué proyectos apoyar seleccionando de una lista de candidatos.
Una vez que se otorga un crédito, los prestamistas son informados de los progresos del beneficiario a través de mensajes de correo electrónico de KIVA.
Una vez que el préstamo se ha devuelto, el dinero es volcado para otro crédito. Los montos y las cuotas varían de acuerdo con los planes de negocios de los solicitantes.
Michlo dijo que FITE procuraba hacer accesibles los microcréditos a las sudafricanas que por lo general no califican para un préstamo, especialmente las que viven en las áreas rurales más pobres, muchas de las cuales han abandonado la escuela a temprana edad para trabajar.
Una beneficiaria sudafricana de FITE utilizó su crédito para construir un gallinero más seguro y comprar más aves. Otra empleó el dinero para llenar su tienda de abarrotes y una tercera adquirió insumos para su negocio de fabricación de vestimentas tradicionales.
La iniciativa «potencia a las mujeres y les permite convertirse en autosuficientes en sus propios negocios, lo cual es sostenible y les da oportunidades», afirmó Michlo.
«Las microfinanzas son una gran herramienta para aliviar la pobreza», coincidió Fikile Kuhlase, administradora general de la División de Crecimiento Socioeconómico y Desarrollo de la Asociación Bancaria de Sudáfrica.
Kuhlase añadió que concentrarse en potenciar a las mujeres puede tener un gran efecto en una familia y en toda una comunidad.
«Una mujer emprendedora es la puerta a la estabilidad de un hogar», explicó. «Las mujeres son las responsables de garantizar que los ingresos de un hogar cubran las necesidades de esa familia».
* Publicado en acuerdo con Street News Service