Barriles cuidadosamente colocados hacen fila en la puerta de muchos hogares del barrio de Leona, en Kaolack, ciudad de 20.000 habitantes en el oeste de Senegal. Son señales del éxito de un proyecto para introducir el biogás como combustible.
Amadou Faye, cuya familia cría vacas, cabras y ovejas, y produce maníes, es uno de los primeros en adoptar el nuevo sistema.
En los últimos dos meses, su hogar de 25 personas ha dependido exclusivamente de la energía producida con los desechos de su ganado.
"Gastar 300.000 francos CFA, más o menos, para instalar biogás es difícil. Pero creo que es importante. Desde que comenzamos a usar esta energía, no hemos tenido problemas con cortes de electricidad", dijo a IPS.
"Tenemos nuestra propia fuente de energía. Fácilmente puedo encontrar repuestos cuando partes (del equipo) se dañan, porque Thecogas Sénégal, la compañía responsable de la instalación, los provee", añadió.
[related_articles]
Los efectos nocivos en el ambiente usando leña o carbón como combustible doméstico están bien documentados. Contribuyen a la deforestación y además amenazan la salud de las mujeres que pasan horas cada día cocinando.
La electricidad no es una alternativa en este país, debido a la inadecuada generación y las malas conexiones. Casi todos los países de África occidental afrontan frecuentes cortes. En Senegal, estos han motivado manifestaciones públicas contra la compañía estatal.
Por tanto, Burkina Faso, Mauritania y Senegal han apelado al biogás como solución parcial.
Alassane Dème, secretario general del Ministerio de Energía senegalés, dijo que el principal obstáculo hoy del llamado Programa Nacional de Biogás (PNB) es el alto costo de instalación.
El PNB promueve y apoya la construcción de miles de biodigestores por albañiles locales, consistentes de una cámara subterránea, muy parecida a un tanque séptico, en el cual se vierte estiércol de vaca y agua todos los días en forma manual, y un sistema de barriles en el que el gas producido es atrapado antes de ser canalizado a la cocina del hogar.
"La fermentación de la mezcla del estiércol y otros desechos, en condiciones similares a la digestión humana, produce gas metano. Este gas es canalizado a través de un sistema de tubos a la cocina o a una lámpara para iluminar la casa", indicó.
Anne Mendy Corréa, coordinadora del PNB, explicó que, además del gas, los biodigestores también producen fertilizante orgánico, que puede beneficiar a las familias en áreas rurales o peri-urbanas.
Cada biodigestor cuesta entre 800 y 920 dólares, dependiendo de su tamaño, aunque el gobierno senegalés provee subsidios de apoyo que cubren entre 35 y 50 por ciento del costo, según el Ministerio de Energía.
Ousseynou Ba, jefe de personal del Ministerio, dijo que el PNB estaba siendo puesto a prueba en la región productora de maníes de Kaolack y en las áreas peri-urbanas que rodean la capital, Dakar. Se espera que unos 8.000 biodigestores sean construidos de aquí a 2013.
En Thies, no lejos de Dakar, la empresaria Aissatou Gning también apeló al biogás. "Soy propietaria de un restaurante. Gasté más de 500.000 francos CFA (más de 1.000 dólares) en instalar el digestor, los barriles y el sistema de tubos", contó a IPS.
"Tengo dos barriles para almacenar el gas y los he estado usando durante cinco meses, y la aguja muestra que el nivel del gas no ha decaído. Tengo mucho estiércol en reserva. Debo admitir que (el sistema) es caro, pero una vez que lo adquieres, ya no tienes problemas con la energía", añadió.
En Burkina Faso, que también comenzó a experimentar con el biogás, Ignace Ouédraogo, jefe del PNB en ese país, dijo que el costo de un biodigestor de seis metros cúbicos (dos barriles) variaba entre 850 y 1.100 dólares, dependiendo del área de construcción y de los materiales empleados.
Es un poco más de lo que cuesta en Senegal, pero el gobierno burkinés también subsidia los costos de inicio.
"El gobierno destinó un subsidio de 160.000 francos CFA (unos 340 dólares) por biodigestor. En la región de las Cascadas (este), el beneficiario contribuye con hasta 190.000 francos CFA (404 dólares) en efectivo", explicó Ouédraogo.
En Mauritania, El Hadj Mamadou Ba, presidente de la Asociación de Autodesarrollo, dijo que en los últimos tres años su país ha podido producir biogás a costos muy bajos, sin efectos nocivos para el ambiente ni para los usuarios.
"Al inicio del proyecto, capacitamos a las mujeres en las áreas de Ari Hara y Dioudé Djéri, en el valle del río de Senegal (sur de Mauritania), para administrar los equipos de biogás", dijo a IPS.
Además, señaló que unas 100 familias ahora cubren sus necesidades de energía gracias a los biodigestores.
Según Ba, las mujeres entrenadas han sido capaces de instalar otras unidades de biogás, beneficiando a más de 3.500 personas y mejorando la higiene de las aldeas.