La mortalidad materna creció más de cuatro veces desde 1990 en Sudáfrica, debido principalmente a controles prenatales inadecuados, negligencia y hasta discriminación a las mujeres portadoras de VIH.
En toda África subsahariana, la mortalidad materna se redujo un cuarto en comparación con los valores de 1990. Pero la economía más avanzada del continente se mueve en dirección opuesta.
Sudáfrica pasó de 150 a 625 muertes maternas por cada 100.000 nacimientos de bebés vivos; el primer registro corresponde a 1990, y el segundo figura en su informe 2010 de evaluación de los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio.
"El VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) es un gran factor en la mortalidad materna en Sudáfrica", dijo la investigadora Agnes Odhiambo, de la organización Human Rights Watch.
Es posible que en el pasado hayan quedado muertes sin registrar, pero ahora sí se sumaron al total, agregó.
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De todos modos, destacó que hay "negligencia", señalando que "la atención de mala calidad es un gran problema".
Trabajadores de la salud versus pacientes
Entre agosto de 2010 y abril de este año, Human Rights Watch entrevistó a 157 mujeres que requirieron atención materna en el sistema de salud pública en la provincia de Cabo Oriental. Los investigadores también visitaron 16 clínicas en distritos que el Departamento Nacional de Salud identificó entre los de mayor proporción de mortalidad materna en el país, y habló con trabajadores, jerarcas y expertos del sector.
El estudio, "Stop Making Excuses: Accountability for Maternal Health Care in South Africa" (Dejen de buscar excusas: La responsabilidad por la atención a la salud materna en Sudáfrica), revela un panorama de serio abandono.
Se incluyen casos de mujeres que llegaron a hospitales en pleno trabajo de parto y fueron enviadas a sus casas sin siquiera ser examinadas; de enfermeros que las ignoraron o hicieron esperar horas e incluso días; de mujeres abusadas física y verbalmente por el personal hospitalario; y de otras obligadas a cambiar sus propias sábanas o de cargar a sus recién nacidos por todo el hospital cuando todavía estaban débiles por el alumbramiento.
Mujeres con VIH y procedentes de otras partes de África también informaron haber sido discriminadas.
"Para mí, eso es fallarles a las mujeres", dijo Odhiambo.
"Se le falla a una mujer cuando ésta pierde a su bebé y nadie se molesta en explicarle qué causó esa muerte O cuando se la hace limpiar su propia sangre, o cuando se la obliga a dormir (en la misma cama) que su bebé apenas tres horas después de una cesárea, cuando todavía no está suficientemente fuerte", agregó.
El secretario provincial de la Unión Nacional de Trabajadores de la Educación, la Salud y Afines en Cabo Oriental, Xolani Malamlela, admitió que el desempeño de los empleados sanitarios a veces no es suficiente, pero que el sindicato evaluó que el problema empieza por un mal manejo de las instituciones de la salud.
Malamlela agregó que es frecuente que el personal se vea recargado de trabajo y que muchas veces no se le pague a tiempo, lo que resulta desmoralizante.
También dijo que las políticas de compras que centralizaron el control de las existencias de medicinas y equipamiento en la capital provincial privaron a hospitales individuales de la capacidad de administrar suministros vitales.
"Pero no se puede negar que en todos lados es posible encontrar personal insensato Y nosotros también debemos alentar a nuestros miembros a no tratar a los pacientes de un modo muy insensato", sostuvo.
Jerarcas fallan a pacientes y trabajadores
El informe de Odhiambo critica la falta de acción en relación a las quejas, no solamente en sancionar a trabajadores individuales de la salud sino también en reconocer problemas del sistema en general que contribuyen a los abusos y el abandono.
Según ella, las autoridades sanitarias de Sudáfrica son negligentes en otro plano, al no recabar información detallada sobre la mortalidad materna que ayude a orientar las políticas.
El país no realiza una Encuesta de Demografía y Salud desde 2003, por ejemplo. Se argumenta que la demora se debe a su alto costo, pero países con menos recursos tienen estadísticas más actualizadas.
"Nuestros sistemas de salud son deficientes", dijo Marion Stevens, partera e integrante de Mujeres por los Derechos y la Salud Sexual y Reproductiva. Ella considera que la principal causa de muertes maternas es el VIH/sida, pero que el Departamento Nacional de Salud no se centra adecuadamente en la pandemia.
Por ejemplo, a las mujeres no se les dice que tienen que realizar consultas prenatales hasta que tienen 20 semanas de embarazo, porque las clínicas están desbordadas de pacientes.
"Entonces, si las mujeres que están enfermas durante el embarazo quieren ponerse bien, o si son VIH positivas, o si quieren practicarse un aborto, llegan muy tarde, y eso es problemático", dijo Stevens.
Romper la barrera
El sistema de salud de Sudáfrica no es adecuadamente controlado por los pacientes, dijo Odhiambo.
"Muchos de los controles sobre lo que está ocurriendo se hacen desde el punto de vista de un proveedor, pero es necesario que los pacientes digan qué es lo que no funciona", planteó.
Según ella, esto puede ayudar a romper la barrera que separa a los trabajadores de la salud de los usuarios del sistema.
"Los trabajadores de la salud se sienten blanco de las quejas de los pacientes, pero esto se debe a que el mecanismo no se usa como debería", sostuvo.
"Si las quejas de los pacientes se implementaran adecuadamente, los usuarios y los trabajadores de la salud deberían ser amigos ( ), unir fuerzas y presionar al gobierno para que efectúe los cambios necesarios", añadió.