La tuberculosis sigue siendo la principal causa de muerte en Malí a pesar de existir un tratamiento gratuito. La enfermedad, vinculada con la pobreza y con el VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) podría ser controlada con un cambio en los hábitos.
"Conozco personas que han muerto de tuberculosis", dijo a IPS Ramata Guindo.
"En este mercado, un vendedor de utensilios de cocina murió de la enfermedad el año pasado. No fue a ningún centro de salud a tiempo. Cuando descubrieron que algo había mal con él, era demasiado tarde", dijo este comerciante de verduras en el mercado de Lafiabougou en Bamako, la capital malí.
Este abarrotado mercado conformado por pequeñas cabañas de madera es un claro ejemplo del hacinamiento que facilita la transmisión de enfermedades.
Los comerciantes van y vienen en un suelo embarrado donde es habitual que escupan. "Si no prestas atención, te arriesgas a recibir en la cara el escupitajo de alguien, pues las personas están acostumbradas a salivar en cualquier lado, incluso en lugares públicos", dijo Guindo.
[related_articles]
Faran Sissoko, especialista en la Clínica Pape en Bamako, explicó a IPS que este tipo de hábitos juegan un importante papel en la tasa de prevalencia de la tuberculosis, que constituye un gran problema público en los países en desarrollo debido a su alta capacidad de contagio.
"La tuberculosis sigue siendo una importante causa de mortalidad en Malí. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud en 2009-2010, la prevalencia es de 142 por cada 1.000 residentes", indicó Sissoko.
Unos 6.840 casos, abarcando todas las formas de la enfermedad, fueron registrados en este país en 2009, incluyendo 5.163 de tuberculosis pulmonar altamente contagiosa.
Las vacunas administradas a los niños y niñas al nacer parecen no ser efectivas en la prevención.
"Vemos muchos casos de tuberculosis, y esto afecta a todas las edades. Los especialistas explican el resurgimiento de la enfermedad señalando (factores como) el VIH y las condiciones vulnerables (de pobreza) en las que viven muchas personas", dijo la enfermera Boubacar Diarra, de la Quinta Comuna, en el distrito de Bamako.
Si bien el diagnóstico puede requerir de técnicas sofisticadas y costosas, existen simples herramientas accesibles para los países en desarrollo con las que se puede detectar la enfermedad.
En Malí, aun los centros de salud comunitarios en las áreas rurales pueden hacer análisis bacteriológicos. "Para diagnosticar la tuberculosis, uno debe realizar un estudio bacteriológico con el esputo del paciente. Si se detecta que el enfermo tiene tuberculosis, recibe tratamiento gratis por seis meses", dijo Diarra a IPS.
Pero en la imaginación popular, se trata de una terrible e incurable enfermedad. Los que la padecen son rechazados por los demás.
Salif Traoré, un comerciante de Bamako, es un testimonio de que la tuberculosis no necesariamente es fatal. "Había oído en la radio o en la televisión que cuando una tos duraba más de 15 días, uno debía hacerse el examen, así que no vacilé", contó a IPS.
"Creo que le debo mucho a los mensajes de concientización", dijo. Su examen dio positivo y fue tratado por seis meses hasta recuperarse por completo.
"Es malo cuando te das cuenta de que la gente está incómoda a tu lado. Aun cuando me he recuperado, me doy cuenta de que las personas todavía tienen miedo de darme la mano", dijo Traoré.
Las campañas de toma de conciencia pueden ayudar a corregir los peligrosos hábitos que facilitan la propagación de la bacteria.
"Si una persona que tiene tuberculosis no recibe tratamiento médico en el lapso de un mes, puede contaminar a otros 10 individuos. Es por esto que en la lucha contra la tuberculosis no es sólo la enfermedad y el médico lo que importa", indicó Sissoko.
"También está la comunidad, que debe ser consciente. Y para lograr esto, se necesita fuerte voluntad política para reforzar los programas nacionales", añadió.
Malí ha adoptado este enfoque de prevención y control, aunque las campañas de concientización se han visto amenazadas por la suspensión del financiamiento del Fondo Global para la lucha contra el Sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), la tuberculosis y la malaria.
Los tribunales malíes investigan un escándalo de corrupción sobre malversación de la última entrega de recursos del Fondo. Catorce personas fueron detenidas, incluyendo el ex ministro de Salud Oumar Ibrahim Touré.
Las autoridades sanitarias reanudarán las campañas gracias a nuevo financiamiento para 2011 y 2012 acordado en junio pasado.