Malawi se prepara para adoptar este mes un nuevo y oneroso régimen de tratamiento antirretroviral recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque crecen los temores de que no pueda sostenerlo por falta de fondos.
En noviembre de 2009, la OMS recomendó nuevas directrices en el tratamiento antirretroviral para reducir las muertes relacionadas con el VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida). El organismo sugirió el reemplazo del fármaco stavudine debido a sus comprobados efectos negativos colaterales.
Pero el nuevo régimen costará casi cinco veces más que el actual. La secretaria principal para VIH/Sida y Nutrición en la oficina presidencial y del gabinete, Mary Shawa, dijo que el gobierno gastaba unos 34 millones de dólares al año en antirretrovirales. El nuevo régimen requerirá más de 105 millones de dólares anuales.
El Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria rechazó dos pedidos de Malawi por 564 millones de dólares, y por tanto el gobierno usará sus propios recursos para cubrir el costo del nuevo sistema, informó.
"El presidente ha ordenado que cambiemos al nuevo régimen", señaló.
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El Fondo Global, la Organización de las Naciones Unidas y el Departamento para el Desarrollo Internacional cubren 80 por ciento del presupuesto de salud de Malawi.
Las razones para el rechazo del Fondo son diversas. Algunos dicen que se debió a que el gobierno no incluyó en su propuesta a la comunidad homosexual, ilegal en Malawi. No obstante, Shawa aseguró que sí se tuvieron en cuenta los intereses de gays y lesbianas.
Señaló que el rechazo era algo normal y dijo que el gobierno encontraría la forma de garantizar que los pacientes accedieran a nuevo tratamiento este año.
Pero no sólo escasea la ayuda de parte del Fondo Mundial. El gobierno de Gran Bretaña anunció en mayo que suspendería toda nueva asistencia a Malawi luego de que el enviado de Londres a este país fue expulsado por haber acusado al presidente Bingu wa Mutharika de ser autocrático.
Alemania también retuvo parte de su asistencia en repudio a supuestas violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno malauí.
Todo esto motivó temores de que este país africano no podría adoptar el nuevo régimen de la OMS.
No obstante, el gobierno anunció que cambiaría al nuevo esquema y aseguró que podría financiarlo durante los próximos cuatro años y medio con sus propios recursos.
Según un estudio comisionado por el gobierno sobre cómo implementar las nuevas directrices de la OMS, las autoridades deberán proveer tratamiento a más personas.
La investigación concluyó que los nuevos procedimientos obligarán que el tratamiento comience a aplicarse en portadores cuyo conteo de linfocitos CD4 sea superior a 350. Esto incrementará 50 por ciento el número de pacientes que reciban antirretrovirales.
Actualmente hay 250.000 personas en tratamiento gratuito de hospitales públicos malauíes, según datos del gobierno.
Una fuente en la Comisión Nacional contra el Sida reveló que se preparaba otra propuesta para el Fondo Mundial.
"No voy mentir y decir que el gobierno puede manejar todo por sí solo por mucho tiempo. Sin embargo, por ahora, los dos rechazos (del Fondo Mundial) ayudaron al gobierno a buscar dinero en otros lugares, y por un tiempo podemos mantener el programa", dijo.
Activistas de la salud no están convencidos de que el gobierno pueda sostener el nuevo régimen sin el apoyo del Fondo Mundial, pero aplaudieron la decisión de seguir las recomendaciones de la OMS.
Martha Kwataine, directora ejecutiva de la Red de Malawi por Equidad en Salud, que agrupa organizaciones no gubernamentales del sector, señaló que el mandato constitucional del gobierno es proveer atención médica de calidad a los ciudadanos sin importar su costo.
"El costo (del nuevo régimen) es muy alto, pero la calidad tiene un precio. Cuanto menos precio, menos calidad, y como consecuencia las drogas tienen efectos negativos. El costo vale la pena porque la vida no tiene precio", señaló.
"Considerando los efectos negativos que han tenido las drogas en las personas con VIH, en especial las mujeres, es tiempo que Malawi cambie al nuevo régimen", añadió.
Hay personas que no pueden esperar. Mientras hace fila para obtener sus antirretrovirales en el Hospital del Distrito de Chiradzulu, en las afueras de Blantyre, una mujer mostró a IPS sus piernas que, aseguró, fueron desfiguradas por culpa de los antirretrovirales.
"Honestamente, lo único bueno con estas drogas es que todavía estoy viva. Pero los efectos colaterales me ponen muy incómoda. Mis piernas no eran así. Cuando comencé a tomar los fármacos en 2008 sentí dolor en las piernas por dos semanas. Los médicos me dijeron que eran efectos colaterales del tratamiento", dijo la paciente, que no quiso dar su nombre.
Otras dos mujeres en la fila se quejaban sobre náuseas y protuberancias en el vientre.