FMI: EL NORTE SE RESISTE A RECONOCER EL NUEVO ORDEN ECONÓMICO MUNDIAL

Pese a la fuerte retórica sobre como el centro de gravedad de la economía mundial y, con ello, la influencia política, se ha movido de las dos orillas del Océano Atlántico hacia Asia, continúa habiendo una fuerte resistencia para reflejar ese cambio en las instituciones internacionales..

El G-20, que ha sido reconocido como «el principal foro para la cooperación económica internacional», había acordado en 2009 en Pittsburg que el Fondo Monetario Internacional (FMI) aumentaría por lo menos en 5% la cuota de los dinámicos países emergentes. En la Cumbre del G-20 de 2010 en Seúl se estableció que ese porcentaje sería del 6% y que habría en el futuro un proceso de selección abierto para los nombramientos en las instituciones financieras internacionales en lugar de seguir la tradición no escrita de nombrar un titular estadounidense en el Banco Mundial y un europeo para encabezar el FMI. Sin embargo, es claro que será una francesa, Christiane Lagarde, la sucesora de su compatriota Dominique Strauss-Khan.

No es una sorpresa. La sensación de poseer un derecho que viene de un prolongado dominio es difícil de abandonar aunque las relaciones subyacentes de poder puedan haber cambiado irreversiblemente.

Y cuenta, por supuesto, el juego de los números. Estados Unidos y Europa suman el 45% de los votos del FMI. Aunque ya hubiera sido instrumentado el aumento de 6% de los votos de las economías emergentes, de modo alguno un candidato de Asia hubiera podido obtener el codiciado puesto en base a una mayoría de votos.

Pero está también la cambiada realidad de fondo en la economía global. No sólo la participación de Asia en el Producto Bruto Mundial es cercana al 50% sino que también está creciendo a un ritmo acelerado. La segunda y la tercera economía mundial son actualmente China y Japón. En las próximaas dos décadas otra nación asiática -India- bien podría emerger como la tercera economía mundial.

Si India y China, junto con otras economías emergentes representadas en el G-20, por ejemplo Brasil, Sudáfrica, México e Indonesia, hubieran decidido unirse para insistir en la designación de un candidato común, dudo que Estados Unidos y los europeos hubieran sido capaces de ofrecer mucha resistencia. La salud de la economía global, y en particular la del mercado financiero, dependen de la cooperación proveniente de las economías emergentes, El puesto de Director General del FMI irá a Francia, una vez más, por incomparecencia de un adversario. Y las naciones emergentes no lanzaron un desafío creíble y determinado.

En primer lugar, no hubo reivindicaciones fuertes de los países emergentes para presionar en favor de un candidato salido de sus filas. La declaración del grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China) de impulsar la candidatura de un representante de los países en desarrollo, fue emitida por los representantes de sus países en el FMI. Ese fue un nivel demasiado bajo como para expresar un firme compromiso político y seriedad en la demanda. Lo que se requería, en cambio, era una declaración común de los Jefes de Estado o Gobierno de esos países..

En segundo lugar, los países emergentes, deberían haberse consultado rápidamente para acordar un candidato común con reputación internacional y reconocida pericia. Pero ello no ocurrió.

También parecería que Francia jugó sus cartas para prevenir un consenso del BRIC o de los países emergentes. Sabiendo cuan interesada estaba China en la inclusión del yuan en la canasta de divisas del FMI, Lagarde se apresuró a asegurarle su apoyo a Pekín y que además estaría abierta para apoyar acuerdos monetarios regionales y la «globalización de las monedas emergentes», lo coincide con la agenda china. No es de extrañar, entonces, que Lagarde haya obtenido el tácito apoyo chino para su candidatura.

Conducidas por los chinos, las economías del Este asiático se están moviendo deliberada y sistemáticamente hacia la constitución de un Fondo Monetario Asiático (AMF) que estaría sostenido por las monedas de China, Japón y Corea del Sur. El AMF será el próximo paso en el desarrollo de la Iniciativa de Multilateralización Chiang Mai (CMIM), que comprende a China, Japón, Corea del Sur y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, llamada ASEAN+3. Hay una reciente decisión de unir el original fondo para crisis de 120.000 millones de dólares del CMIM con la recientemente establecida Oficina de Investigación Macroeconómica de ASEAN+3 , que como el FMI, servirá como mecanismo de vigilancia y monitoreo para el propuesto AMF. (FIN/COPYRIGHT IPS)

(*) Shyam Saran, ex Ministro de Relaciones Exteriores de la India, es Presidente del Sistema de Investigaciones y de Información sobre los Países en Desarrollo.

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