La creciente conciencia de que las conversaciones internacionales sobre cambio climático no terminarán con un tratado que extienda el régimen de reducción de gases invernadero después de 2012 está llevando a expertos a buscar soluciones alternativas.
Las negociaciones en marcha en Bonn, en la que participan desde comienzos de este mes delegados de todo el mundo, tienen el objetivo de preparar el camino para otra cumbre mundial sobre cambio climático en la sudoriental ciudad sudafricana de Durban en diciembre próximo.
Se espera que en el encuentro de Durban se ratifique un nuevo régimen internacional vinculante sobre reducción de los gases invernadero en los países industrializados y se establezca un plan financiero para sostener programas de adaptación al recalentamiento planetario y de mitigación en el Sur en desarrollo.
Este nuevo régimen debería entrar en vigor en 2013, una vez que expire el Protocolo de Kyoto en 2012.
Pero los debates en Bonn han producido poco hasta ahora. Al comienzo de las conversaciones, los miembros de dos grupos de trabajo fundamentales no fueron capaces de alcanzar un acuerdo básico sobre la agenda de la reunión.
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Jorge Argüello, jefe de la delegación de Argentina y presidente del Grupo de los 77, que representa a 134 países en desarrollo, recordó a sus colegas que las conversaciones en Bonn no eran una "reunión sobre procedimientos". "Es una cumbre altamente política", dijo a los presentes.
Argüello insistió en que las conversaciones de Bonn, que continuarán hasta el 17 de este mes, debería determinar "qué es lo que quedará en la mesa de negociaciones" de Durban.
"No podemos irnos de Bonn con las manos vacías", señaló Argüello.
"El Protocolo de Kyoto es la prioridad", dijo. "Enviados de más de 190 países necesitan acordar un segundo periodo de compromisos del Protocolo de Kyoto en Durban".
Pero parece que, en efecto, los delegados podrían abandonar Bonn con las manos vacías.
Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), alertó que existía un "riesgo real" de que se produjera una "brecha regulatoria" después de 2012.
"Sería un error poner todos nuestros huevos en la canasta post-Kyoto", dijo a IPS el director de la Red sobre Clima y Conocimiento sobre el Desarrollo (CDKN), Sam Bickersteth.
"Aunque es verdad que necesitamos un acuerdo internacional también es verdad que después de la decepción de la conferencia de de Copenhague (en 2009), numerosos países y agencias se dieron cuenta de que no podíámos seguir esperando un tratado así, y están listos para adoptar soluciones alternativas para reducir las emisiones a nivel local", dijo Bickersteth.
La CDKN es un programa financiado por Gran Bretaña y Holanda para ayudar a países en desarrollo a superar los desafíos del recalentamiento planetario.
Como ejemplo de esas iniciativas locales, Bickersteth se refirió a los programas en Ruanda para reducir la dependencia del país a los insumos no orgánicos importados para la agricultura.
"En la CDKN estamos ayudando a Ruanda a lanzar un programa de producción de insumos orgánicos locales para reducir esta dependencia de importaciones, y al mismo tiempo recortar las emisiones", señaló.
Otros programas, como la promoción de fuentes de energía renovables en Kenia perfeccionando la eficiencia en generación hidroeléctrica en represas regionales, buscan tanto mejorar las oportunidades de desarrollo económico como reducir las emisiones de gases invernadero, dijo Bickersteth.
Expertos ambientales insisten en que el proceso de negociaciones impulsado por la Organización de las Naciones Unidas está estancado debido a la negativa de las delegaciones a aceptar un régimen internacional vinculante de reducción de emisiones y de apoyo financiero a los países del Sur.
Estos temas han estado en la agenda de Bonn por dos años. En junio de 2009, Yvo de Boer, entonces secretario general de la CMNUCC, dijo que esos temas eran "esenciales" para un régimen posterior al Protocolo de Kyoto.
Dos años y numerosas conferencias internacionales después, los mismos asuntos permanecen irresueltos.
Illana Solomon, experta en cambio climático en la organización ActionAid, con sede en Johannesburgo, abiertamente acusó al gobierno de Estados Unidos de "negarse a discutir cualquier vía concreta" de financiar el Fondo Verde para el Clima, con el que se pretende ayudar a los países pobres a afrontar los efectos del recalentamiento planetario.
Solomon dijo en Bonn que el Fondo se estaba convirtiendo en un "sótano vacío".
A pesar de anteriores promesas de apoyarlo, "el gobierno estadounidense ahora dice no estar preparado para hablar sobre cómo generar esas finanzas dentro del proceso de la ONU", dijo Solomon.
Los temores van más allá de los preparativos para la reunión en Durban. También hay preocupación sobre el obvio fracaso de los mecanismos aplicados hasta ahora para reducir las emisiones de gases invernadero.
Un nuevo informe de la Agencia Internacional de Energía, divulgado en vísperas de la reunión en Bonn, confirmó que las emisiones de gases invernadero alcanzaron un récord en 2010.
"Las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la energía en 2010 fueron las más altas de la historia", señaló la agencia, con sede en París, en una declaración publicada en su sitio web.
El informe señaló que las emisiones habían caído en 2009 debido a la crisis económica mundial. Pero en 2010 saltaron casi cinco por ciento respecto del anterior récord de 2008, a 30,6 gigantoneladas.
Ese incremento confirma que las medidas puestas en práctica por el Protocolo de Kyoto han fracasado hasta ahora, y que acciones más severas para recortar las emisiones, especialmente en países industrializados, son cruciales para limitar el incremento de las temperaturas mundiales dos grados para 2050.
Estudios científicos demostraron que un incremento mayor a dos grados causaría severos impactos climáticos en todo el planeta, como inundaciones, tormentas, aumentos del nivel del mar y extinción de especies.