Familias extendidas en Zambia, ¿bendición o carga?

Peggy Kapanda tiene malos recuerdos del tiempo que vivió con su tío cuando era pequeña. Se sintió tratada como un familiar de segunda clase. Pero esto sólo la motivaba a esforzarse para hacer mejor sus tareas.

Peggy Kapanda con su familia extendida: sus tres hijos y dos jóvenes primos que también alberga en su casa. Crédito: Jorrit Meulenbeek/SNS
Peggy Kapanda con su familia extendida: sus tres hijos y dos jóvenes primos que también alberga en su casa. Crédito: Jorrit Meulenbeek/SNS

Hoy, en su pequeño hogar del complejo de viviendas John Laing, en Lusaka, la capital zambiana, ella y su esposo cuidan a dos menores además de sus tres propios hijos. «Son los hijos de mi tía», dijo Kapanda.

Dorothy, ahora en el último año del colegio secundario, no podía estudiar en la aldea donde vivía. Tenía la escuela demasiado lejos, y luego de que su padre murió su familia no contaba con medios financieros para enviarla.

Para Kapanda, maestra de profesión, cuidar de la adolescente es algo natural. «De haberse quedado en la aldea, sin poder ir a la escuela, ya se habría casado y tendría no sé cuántos hijos. Siento lástima por estas niñas que no tienen estudios, no tienen futuro», señaló.

Aunque su tía está agradecida, muchas personas no entienden su acción. «Lo ven como una pérdida de dinero. ¿Para qué atender a estos niños que no se quedarán y no me cuidarán a mí en el futuro? Pero no es esa la razón por la cual lo hago», dijo Kapanda.
[related_articles]
Encargarse de parientes lejanos solía ser algo habitual en este país de África austral, como en la mayoría de las culturas del continente. No importa cuán pobre podía ser un hogar, se consideraba un deber ayudar a otros en la familia extendida.

«La ropa puede ser muy pequeña, pero el alimento nunca será demasiado poco para compartir», reza un proverbio en la lengua bemba que es popular en Zambia.

Pero, en los últimos años, esta tradición ha ido lentamente cambiando.

Jack Kampole, asesor en comunicaciones y productor de vídeo propietario de su propia compañía en Lusaka, reconoció que se sentía presionado por su familia extendida. Gracias a duro trabajo, logró construir su propia casa en el complejo de Makeni para su esposa y sus dos hijos.

«Antes de casarme ya estaba trabajando. Le dije a mis hermanos: es el momento en que puedo ayudarlos a pagar los estudios y todo. Pero ahora estoy casado y tengo mi propia familia que cuidar. Tengo que hacer mis propios planes», señaló.

Hoy alberga en su casa a uno de sus hermanos más jóvenes, pero algunos parientes creen que podría hacer más, ya que posee una gran casa llena de espacio.

Collins Phiri llegó a Lusaka de la provincia de Copperbelt para instalar su propio negocio de taxis.

Para hacer una carrera uno debe alejarse de la ciudad donde viven sus parientes, ya que cuando se empieza a hacer dinero estos se acercan e impiden que se puedan hacer más inversiones en el negocio, sostuvo.

Organizaciones de bienestar social y grupos religiosos llaman a un retorno al sistema de familias extendidas, especialmente para cuidar al enorme número de huérfanos que existen en el país.

Como consecuencia de la epidemia de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), hay entre 750.000 y 1,2 millones de niñas y niños sin padres en Zambia, según el Marco Estratégico Nacional de VIH/Sida 2006-2010.

Una encuesta hecha en Kitwe, la segunda ciudad más importante del país, reveló que casi 20 por ciento de los niños y niñas menores de 14 años no vivían con sus padres.

«En nuestras investigaciones para encontrar las familias de huérfanos y niños y niñas en situación de calle hemos tenido muchos casos en los que terminan hallando a sus parientes», dijo Teddy Masuwa, quien trabaja para Macnet Zambia, organización que provee consejería y atención a menores.

«Pero en muchos casos, los parientes se niegan a hacerse cargo del niño», dijo Masuwa.

«La gente piensa: ‘Ustedes son una organización no gubernamental, deben recibir mucho dinero de donantes, ¿por qué no se hacen cargo de ellos?», indicó.

Masuwa ve esta actitud especialmente en las ciudades.

«En las áreas rurales, el sistema de familia extendida todavía funciona, porque allí los hogares necesitan mucha mano de obra. Si hay un niño huérfano, un tío simplemente dirá: ‘Ven aquí, ayuda a cultivar la tierra’. Pero en la ciudad, la gente no ve beneficio alguno. Sólo ven que su salario se achica», explicó.

Masuwa sostuvo que esto se debía a la cultura del capitalismo, que reemplazó al «humanismo africano» promovido el ex presidente Kenneth Kaunda (1964-1991) durante 27 años después de la independencia.

«Solíamos estar juntos. Nunca sabíamos de tías o primos, sino que todos eran tu madre y tu hermano», recordó.

«Hoy la mayor parte de las personas piensan que hacen mejor cuando sólo se concentran en sus propias cosas, pero no creo que sea así. Nos necesitamos para desarrollarnos», señaló.

* Publicado mediante acuerdo con Street News Service.

 

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe