Pequeños comerciantes de Malawi que dependen del queroseno para iluminar sus tiendas están preocupados por el aumento de los combustibles. Los más afectados son los que viven en las afueras de las ciudades y en zonas rurales.
Más de 85,7 por ciento de los 13,1 millones de malauís usan queroseno para la iluminación, según el censo realizado por la Oficina Nacional de Estadística en 2008.
La electricidad es un lujo que sólo goza siete por ciento de la población.
Más de 60 por ciento de los habitantes de Malawi son pobres, según la Organización de las Naciones Unidas.
El 28 de enero subió el precio del queroseno en 6,6 por ciento, del gasóleo, en 12,46 por ciento y de la gasolina en 13,9 por ciento.
[related_articles]
La Autoridad Reguladora de la Energía de Malawi, órgano a cargo de las actividades del sector, informó que un litro de gasolina costará 1,90 dólares y de gasóleo, 1,71 dólares.
"El aumento me obligará a gastar más dinero en combustible para mis lámparas porque trabajo hasta tarde. Pero como no quiero tener pérdidas, dejaré de hacerlo de noche", dijo Alefa Wadulira, de 47 años, residente de Mangochi, localidad al sur del lago Malawi.
Wadulira compra pescado fresco en la costa donde los pescadores desembarcan su captura. Lo lleva a su casa y lo procesa ahumándolo y asoleándolo para preservarlo mejor y luego lo vende en distintos mercados del distrito.
El lago de Malawi se encuentra en la frontera con Mozambique y Tanzania.
El pescado es la principal fuente de proteína de los malauís, representa más de 60 por ciento de la ingesta proteica animal del país y de 40 por ciento del consumo de los hogares más pobres, según Maldeco Fisheries, la empresa más grande de Malawi.
La industria pesquera es una importante fuente laboral, de ingreso en el medio rural y de seguridad alimentaria. El sector mantiene a más de 1,6 millones de personas en las comunidades costeras, según la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
"Mantengo dos hogares con la venta de pescado. Soy viuda y tengo tres hijos", relató Wadulira.
"El mayor se fue a Mozambique hace ocho meses y dejó a la esposa y a sus dos hijos en una casa al lado de la mía. Todavía no consiguió un buen trabajo y tengo que ayudar a su familia", explicó.
La pescadera paga alquiler, compra comida y ropa para dos hogares. También se hace cargo del costo de la escuela de sus dos hijos y sus dos nietos. Wadulira estima que sus ingresos ascienden al equivalente a 15 dólares por semana.
"Uso siete litros de queroseno por semana, es decir que ahora voy a gastar la mitad de mis ingresos", se lamentó.
Wadulira tuvo que cambiar su rutina y dejar la escuela de adultos a la que iba para mejorar la lectura, la escritura y el cálculo. Sólo hizo tres años de primaria y tuvo que abandonar por falta de recursos económicos.
"Toda la mañana busco pescado y regreso recién a las tres de la tarde. Hago algunas tareas del hogar y lo proceso", relató.
"Suelo trabajar hasta las 11 de la noche, pero ahora dejo la escuela de adultos y trabajaré hasta que me dé la luz del día para no tener que gastar tanto queroseno", añadió.
"El aumento de precio perjudicará el trabajo de los pescaderos porque solemos trabajar de noche", coincidió Mussa Chipwete.
No pueden usar velas porque trabajan al aire libre y el viento las apaga. "Las lámparas de queroseno tienen un vidrio que cubre las llamas", relató.
El alza de los combustibles cae en muy mal momento, en medio de la escasez, indicó la organización Economic Empowerment Action Group, que lucha por la justicia económica.
Desde septiembre de 2010, algunas pequeñas empresas no han podido mover sus productos desde y hacia el mercado y otras se vieron obligadas a suspender sus operaciones por la escasez de combustible.
Algunas personas sostienen que el problema se debe a la falta de divisas causada por el presidente Bingu wa Mutharika, quién las gastó realizando muchos viajes.
La importación de queroseno cayó el año pasado 22,5 por ciento respecto de 2008, informó la Autoridad Reguladora de la Energía en su informe de 2010.
El gobierno sostiene que la baja de las importaciones se debe a la escasez general del producto en el mercado internacional.