Aunque las últimas precipitaciones desataron inundaciones en gran parte de África austral, al menos en Swazilandia, en un rincón al sur del continente, generan esperanza.
Durante 20 años, residentes de Siphofaneni y de las áreas vecinas en la oriental zona de Lowveld han sobrevivido con raciones de comida donadas desde el exterior debido a la falta de agua para cosechar sus propios cultivos.
Pero ahora, cuatro meses después de haber plantado su campo de cinco hectáreas, el agricultor Elias Mamba está entusiasmado por la próxima cosecha.
"Creo que las lluvias terminarán con nuestra dependencia de la ayuda alimentaria", afirmó Mamba. "Por primera vez en la historia de este país podremos donar alimentos a otras naciones", añadió.
Mamba, presidente de la Asociación de Agricultores de Mganyaneni, está feliz también porque, por primera vez desde que fue construida en 2008, la represa de Lubovane está por superar su límite de capacidad de 160 millones de metros cúbicos. El agua podrá ser canalizada para el uso de los residentes.
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"La comunidad fue a ver la represa y somos optimistas de que habrá más oportunidades", dijo Mamba.
El embalse parece un océano, ilustraron los campesinos.
El nivel de agua de la represa es tan alto que su operador, Empresas de Desarrollo, Agua y Agricultura de Swazilandia (SWADE), debió enviar representantes a los hogares más cercanos para brindarles seguridad.
"Se han tomado cuidadosas medidas para asegurar que las casas en torno a la presa no sean afectadas por inundaciones", dijo el jefe de comunicaciones de la empresa, Gugulethu Hlophe.
"La represa tiene dos aliviaderos que permiten que el agua fluya de nuevo al río una vez que alcanzó su plena capacidad", dijo Arthur Belsey, director del Proyecto de Irrigación del Bajo Usuthu.
La prolongada falta de lluvias hizo que Mamba y muchos otros miembros de la comunidad temieran una sequía del río Usuthu, que contribuye con tres cuartas partes del embalse, así como del Umhlathuzane, que aporta el resto.
La represa de Lubovane fue construida por SWADE para apoyar la agricultura comercial en estas comunidades empobrecidas del oriental del país. La primera fase del proyecto ya permitió la irrigación de 1.390 hectáreas de caña de azúcar.
SWADE es una compañía para-estatal con el lema "Usando agua para eliminar la pobreza de las comunidades rurales". La represa de Lubovane se ubica el centro de una serie de proyectos en la zona, y provee agua a los aldeanos.
Reconociendo los usos interdependientes del agua, el proyecto involucra y organiza a las comunidades locales para mejorar el saneamiento y la seguridad alimentaria
SWADE también realiza estudios para determinar si hay potencial para un proyecto de turismo en torno a la represa, aprovechando los peces que ya abundan en su embalse.
"La represa es un vehículo para iniciar otros proyectos que generen ingresos, por supuesto determinados por la comunidad", dijo Belsey.