El Consejo de Seguridad de la ONU, con poder para intervenir en situaciones que amenazan la paz internacional, ha permanecido en silencio ante la crisis en Egipto, aun cuando ésta parece también tener repercusiones en Jordania y Yemen.
Al mismo tiempo, organizaciones políticas regionales de las que Egipto es histórico integrante, como la Unión Africana, el Movimiento de No Alineados (NOAL) y la Organización de la Conferencia Islámica, han evitado expresar su opinión sobre la violencia perpetrada esta semana contra manifestantes pacíficos en El Cairo.
"Egipto no está nada interesado en internacionalizar el tema", dijo un diplomático de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), ilustrando el ambiente que se vive en el foro mundial.
"Están tratando de proteger una imagen de normalidad", añadió, señalando que Egipto ocupa actualmente la presidencia del NOAL, de 118 miembros, la mayor coalición política en la ONU.
Por tanto, es improbable, sostuvo, que cualquiera de esas organizaciones se siente a juzgar sobre la crisis en Egipto, pues temen interferir en los asuntos internos de un país miembro.
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El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, prácticamente repitió las palabras del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cuando pidió una transición pacífica y ordenada en Egipto.
"He dejado en claro esta mañana mi postura de que la transición debe comenzar ahora", señaló el jefe máximo del foro mundial, con énfasis en la palabra "ahora" como lo hizo el mandatario estadounidense.
Luego de una llamada telefónica al presidente egipcio Hosni Mubarak el lunes, Obama dijo reconocer que la situación en ese país africano no era sostenible y que debía producirse un cambio. Señaló que la transición después de casi tres décadas de gobierno represivo debía "comenzar ahora".
"¿Comenzar ahora?", dijo un periodista en tono de burla a la declaración de Ban. "Quizás se debería aconsejar a los redactores de los discursos del secretario general que por lo menos inviertan en un diccionario de sinónimos", añadió.
Consultado sobre la posibilidad de una intervención de la ONU, incluyendo quizás la designación de un enviado especial para seguir de cerca los acontecimientos en el terreno, el portavoz del foro mundial Farhan Haq dijo a periodistas el jueves que el secretario general había sido muy contundente en sus comentarios.
La crisis en Egipto, dijo, "no puede ser categorizada como una amenaza a la paz y la seguridad internacionales", lo que sería razón para un involucramiento directo tanto del secretario general como del Consejo de Seguridad.
Mientras, la Unión Africana, con 53 miembros, que ha intervenido en varias crisis de países como Comoras, Costa de Marfil, Burundi, Mauritania, Somalia y Togo, hasta ahora permanece también al margen.
El presidente del Centro Africano para la Paz y la Democracia, Gabriel Odima, dijo a IPS que los actuales acontecimientos en Egipto ilustraban cómo y por qué la tiranía, y no la democracia, es la principal forma de gobierno en África.
La Unión Africana no tomará una postura sobre la crisis egipcia por obvias razones, señaló. Ese grupo es "un club de líderes no democráticos que han seguido reprimiendo y matando a sus ciudadanos con impunidad", sostuvo Odima.
Algunos de esos líderes han llegado al poder a través de la fuerza, y continúan usándola para aplastar al pueblo, agregó.
En la víspera de la fundación de la Unión Africana en mayo de 1963, el presidente electo de Togo fue asesinado, indicó. Pero el golpe militar en ese país fue condenado sólo en los corredores del hotel y no en la sala de conferencias donde se reunían los líderes del grupo, que no mocionaron ni debatieron ninguna resolución al respecto.
Al igual que en 1963, dijo Odima, los jefes de Estado africanos que se congregaron en la capital de Etiopía el fin de semana pasado discutieron la crisis en Egipto solamente en los corredores del hotel, y no en la conferencia.
"No se propuso ni debatió una resolución llamando al presidente Mubarak a que diera un paso al costado", dijo.
La supresión de la dignidad y de la libertad personal no es un problema confinado a Egipto, Túnez, Uganda, Zimbabwe o Costa de Marfil. "La mayoría de los estados africanos han sido y son gobernados por dictadores", señaló Odima.
Ban destacó que, a través de sus sucesivos Informes de Desarrollo Humano desde 2002, la ONU ha alertado sobre el "déficit democrático" y otros desafíos que tiene por delante el mundo árabe.
"Estoy preocupado por la creciente violencia. Insté a todas las partes a ejercer la moderación. Los ataques violentos a los manifestantes pacíficos son totalmente inaceptables", añadió.
El secretario general también señaló que era importante garantizar una transición ordenada y pacífica.
Ban además instó a todas las partes a involucrarse en ese proceso sin demora, con pleno respeto por los derechos humanos, en particular la libertad de expresión, de asociación y de información.
"No debemos subestimar el riesgo de una inestabilidad en todo Medio Oriente. La ONU está dispuesta a apoyar audaces reformas necesarias para satisfacer las aspiraciones de los pueblos", dijo en declaraciones a la prensa en Londres.
Por su parte, Odima señaló que había grandes posibilidades de que las manifestaciones callejeras que primero comenzaron en Túnez y ahora ocurren en Egipto se replicaran en países como Angola, Argelia, Costa de Marfil, Eritrea, Etiopía, Kenia, República Democrática del Congo, Ruanda, Uganda, Zimbabwe y otros.