BIODIVERSIDAD-EGIPTO: Incierta resurrección de palmera faraónica

Ambientalistas reclaman más esfuerzos para proteger a la palmera conocida como Medemia argun, una rara especie desértica muy preciada por los antiguos egipcios y que ahora está al borde la extinción.

Menos de 400 de estas palmeras existen en remotas regiones desérticas de Egipto y Sudán. Los ambientalistas sostienen que se requiere una acción urgente para proteger a este árbol, clasificado como en peligro crítico por la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

"Estas palmeras pueden ser los remanentes de la vegetación que cubrió el Sahara hace unos 10.000 años, cuando el área era mucho más húmeda que en el actualidad", dijo el ecologista Haitham Ibrahim, de la Agencia Egipcia de Asuntos Ambientales, rama ejecutiva del Ministerio de Ambiente.

Ahora están seriamente amenazadas a consecuencia "del cambio climático y la actividad humana", señaló.

Los arqueólogos supieron sobre la existencia de esta palmera a través de antiguos textos egipcios. Sus frutos secos se encontraban con frecuencia entre las ofrendas y el oro que recubría las tumbas faraónicas.
[related_articles]
Pero durante mucho tiempo se presumió que la valiosa palmera había desaparecido junto con los faraones.

Luego, en 1837, el príncipe alemán Paul Wilhelm von Württemberg, naturalista y explorador, se topó con una especie de palmera no identificada en el norte de Sudán. Los biólogos reconocieron a ese misterioso árbol como el mismo cuyo fruto se había hallado en las tumbas de los faraones, y se dieron cuenta de que la Medemia argun había sobrevivido al paso de los siglos.

Pero el futuro de esta especie era totalmente incierto. Aunque pronto se descubrieron más de estas palmeras enigmáticas en el norte de Sudán, para comienzos del 1900 ya habían vuelto a desaparecer. Apenas en 1963 se avistó nuevamente a esta especie, esta vez en el árido sur egipcio.

En las últimas dos décadas, estudios exhaustivos revelaron la existencia de 30 de estas palmeras en Egipto, y de varios cientos en el norte de Sudán.

La especie "sobrevive, pero su población está sometida a una fuerte presión", dijo Irina Springuel, profesora de ecología botánica.

"A menos que se la proteja, puede desaparecer, y esta bien completamente", agregó.

Según Springuel, la principal población de Medemia argun de Sudán está en riesgo por la sobreexplotación que llevan a cabo las tribus locales, que usan el follaje para hacer sogas, colchones y canastos. En Egipto, la especie está amenazada por la sequía y por el aumento de la actividad humana.

En el Oasis Dungul, donde 25 ejemplares de este árbol constituyen el único sitio silvestre productivo en Egipto, la desertificación ha hecho estragos.

"Había 34 palmeras Medemia argun allí cuando empecé a estudiar a la especie, en 2000, así que hemos perdido nueve palmeras en los últimos 10 años", dijo Ibrahim.

"Esas nueve eran arbustos que no pudieron sobrevivir. Sus raíces nunca llegaron al agua", explicó.

Una amenaza más insidiosa es el constante aumento de la actividad humana en el pequeño oasis, ubicado unos 220 kilómetros al sudoeste de Asuán.

Durante una visita hace dos años, Ibrahim descubrió que un incendio había arrasado la vegetación en el extremo oriental del oasis. El fuego, presuntamente iniciado por cazadores imprudentes, llegó a un kilómetro del grupo de palmeras, entre las cuales figuraban las únicas dos que daban frutos en el país.

Todos estos árboles "crecen en un área que abarca menos de 100 metros cuadrados. Un incendio alcanzaría para destruirlas todas", dijo Ibrahim.

La Agencia Egipcia de Asuntos Ambientales estudia actualmente una propuesta para incluir a la principal población de Medemia argun en un área natural protegida. De aprobarse, ese régimen abarcará entre 6.000 y 8.000 kilómetros cuadrados, acompasando al Oasis Dungul y también al cercano de Kurkur.

Este apartado y deshabitado sector del desierto constituye un refugio para la amenazada palmera, así como a varias especies de animales en riesgo, entre ellos gacelas Dorcas, avestruces y, posiblemente, pequeñas manadas de íbices de Nubia.

Mahmoud Hasseb, director de Protectorados del Área Sur en la Agencia, dijo que la decisión de buscar el estatus de zona protegida fue alentado por el aumento de actividades humanas en un ecosistema vulnerable, más allá del ámbito de las políticas ambientales.

"Durante varios años hemos visto evidencias de que turistas y cazadores han visitado el área", dijo a IPS.

"Cuando la visitamos nosotros, en 2009, recolectamos los huesos de gacelas muertas y descubrimos que se habían incendiado decenas de palmeras. Quedó claro que este ecosistema estaba en riesgo", agregó.

También hay esfuerzos en marcha para conservar la Medemia argun mediante un programa de viveros creado en 2003.

Investigadores ambientales de la South Valley University cultivaron con éxito 21 palmeras jóvenes en el huerto de conservación de ese centro de estudios, cerca de Asuán.

Se espera que esos árboles se reproduzcan, y que la nueva generación de palmeras pueda transplantarse a los varios lugares desérticos donde históricamente han crecido.

"Cuando los arbustos estén suficientemente fuertes, intentaremos reintroducirlos" en su hábitat natural, dijo Ibrahim.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe